¿Dulce Venganza?

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Vic: ¿te mantendrás al margen?.

H: por ahora si, pero si las cosas se complican, entonces me meteré en esto quieras o no.

Vic: de acuerdo (le dio un beso).....ahora acuestate, ya quiero hacer el amor.

H: (encantado obedeció).

El lunes, Heriberto se despertó aún más temprano de lo que solía hacerlo para llevarle el desayuno a la cama a Victoria antes de irse al hospital.

H: buenos días, mi vida (despertándola).

Vic: mmh, buenos días (abrió poco a poco los ojos) ¿que haces levantado a estas horas?.

H: es lunes, tengo que regresar a mi trabajo, pero antes de irme te he preparado el desayuno.

Vic: no te hubieras molestado, cariño, con haberme dado un beso de despedida era suficiente.

H: (le dio un piquito) desayunaré contigo (tomándo una de las tostadas) quiero que vayas a visitarme a mi consulta para hacerte el chequeo que te dije, esos desmayos no me gustan nada y quiero asegurarme de que todo va bien.

Vic: todo va bien, te lo aseguro yo.

H: tu no eres médico, deja que eso lo diga yo después de hacerte un chequeo, ¿que te cuesta?.

Vic: ok, después me pasaré por tu consulta (se rindió).

H: ¿saldrás hoy para algún lado?.

Vic: ¿a parte de para ir al hospital? (El asintió) si, iré a la universidad para ver que trámites tengo que hacer para poder estudiar medicina.

H: me gusta que tengas interés en estudiar y en cumplir tus sueños (sonriendo) espero poder ayudarte en todo lo que necesites.

Vic: podrás hacerlo, serás mi profesor particular.

H: (miró el reloj de su muñeca) ya tengo que irme.

Vic: ¿ya?.....no, aún no, quédate un poquito más.

H: no sabes lo que me gustaría quedarme todo el dia contigo, ya me acostumbre a no separarme de ti pero el deber me llama, te amo (le dio un beso) cuídate (tomó su maletín) adiós (se fue).

Vic: (soltó un suspiro de fastidio).....¿y ahora que yo que hago? (Pensó).....me dormiré un ratito más (cerró los ojos).

Heriberto conducía hacía su consulta cuándo recibió una llamada en el manos libres de su auto, pulso aceptar y contestó.

H: Heriberto Ríos al habla, ¿quien és?.

Ru: disculpe que le moleste, don Heriberto, soy Rufino, me tome el atrevimiento de copiar su número de celular del teléfono de Avelina.

H: ah, Rufino, que gusto, no pasa nada, tranquilo, ¿como van las cosas por allá?.

Ru: no van del todo bien, por eso es que le llamo, el asunto es que Avelina no se ha encontrado bien estos días, a estado decaída y a tenido varios días con dolor de cabeza.

H: ¿ha visitado al médico?.

Ru: es muy testaruda, no quiere ir, simula que no está mal para no preocuparme.

La MalqueridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora