«Entrenamiento»
Cuando desperté, algo suave me hacía cosquillas en la cara. Alcé mi mano para rascarme la nariz y apartar la melena cobriza que estaba sobre mi rostro. Abrí mis ojos y miré la nuca de Flora, con todo el cabello extendido a su alrededor.
Bostecé y me acerqué un poco más a ella, enroscando mi brazo libre en su cintura. Besé su espalda desnuda y la pegué a mi pecho para disfrutar de su calor.
—Buenos días —susurré en su oído. Ella gimoteó en respuesta—. ¿Te comió la lengua el ratón? —pregunté divertido.
Ella soltó otro gemido, mitad gruñido. Sonreí y la besé en la coronilla, dispuesto a dejarla dormir un poco más. Después de todo, anoche nos habíamos desvelado bastante.
Me puse de pie y recogí la ropa que había quedado esparcida en el suelo. Dejé el vestido amarillo sobre la cama para que Flora lo viera al despertar y yo busqué ropa limpia para ponerme. Me vestí rápidamente y volví a acercarme a ella para cubrirla con la sábana. Su rostro lucía tan pacífico que hasta daban ganas de besarla.
Reprimí aquel pensamiento para no despertarla y salí de la habitación, no sin antes asegurarme de ponerle seguro a la puerta para que nadie pudiera entrar.
Bajé a la cocina silbando y tarareando. Me topé a mis padres justo cuando iban saliendo, seguramente ya habían acabado de desayunar.
—Buenos días —los saludé.
Mamá me besó en la mejilla al verme.
—Buenos días, Jared —respondió con una dulce sonrisa.
—Alguien se levantó de buenas —observó papá.
—Dormí bien, eso es todo.
Ambos sonrieron al mismo tiempo, como si no me creyeran nada, pero ninguno hizo comentario alguno y solo se despidieron con la mano. Entré a la cocina y me encontré con Aiden, quien estaba sentado en la mesa y me saludó con la boca llena.
—Hoda —dijo tragando un trozo de pan.
—Hola —respondí con una sonrisa.
—¿Cómo te fue en la reunión de ayer?
—Bien —admití—. ¿Qué harás más tarde?
Él se encogió de hombros.
—Pensaba ir a la biblioteca —respondió mirándome con curiosidad. Yo había tomado un plato y estaba sirviéndome algunas frutas, aún de pie junto a la mesa—. ¿Vas a algún lado?
—Desayunaré en mi cuarto —respondí sin darle más explicaciones.
—Ya —murmuró con una sonrisa pícara—. Flora está aquí.
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Sunforest 3. Jared Rey.
Fantasy«Ada se encontraba a salvo. Lejos de nosotros y sin tener idea de que era la poderosa princesa de SunForest... pero sana y salva. Y eso era lo más importante. Sin embargo, algo en mi interior nunca me dejó tranquilo. Desde que Ada había nacido, yo m...