Cap.- 2 Los Uradel

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8:39 AM lυɴ., 24 de мαrzo

Me desperté al alba, con el dulce cantar de los pajaritos y el sonido de la ducha que provenía desde del baño.

Miré hacia la cama de Rita, esta se encontraba extendida y ella no estaba.

—¿Qué hora será? —musité buscando mi teléfono.

Prendí el celular —que había permanecido apagado desde el día anterior— y miré la hora; eran las 8:39 AM. Tenía 12 llamadas perdidas de mi padre y otras 5 de un número desconocido, me pareció extraño que un número desconocido me llamara cinco veces, pero en fin, ya era hora de que me levantara. Tenía que conseguir un trabajo lo más pronto posible, y no perdería el tiempo.

Dejé cargando mi celular mientras buscaba ropa en mi clóset. No sabía qué ponerme, y mi estilo grunge aesthetic tal vez no era el más adecuado a la hora de salir a conseguir un trabajo.

Estuve un buen tiempo intentando escoger un outfit adecuado, hasta que opté por un overol negro de tirantes más un jersey recortado de manga linterna en cuello tortuga color vino y unos botines negros de plataforma.

Oí la puerta del baño abrirse, seguido de un dulce aroma a rosas con notas de naranja amarga y miel, lo que significaba que Rita ya estaba lista y había terminado de ocupar el baño. Era mi turno entonces.

—Buenos días —saludé al verla pasar.

—Hola —saludó indiferente mientras se sentaba frente al tocador.

Mi prima aún no estaba vestida; llevaba puesta una bata de baño color rosa palo y en su cabello envuelta una toalla del mismo color.

Entré al baño y me di una ducha de agua tibia. Cuando ya estaba lista y vestida, salí del cuarto de baño y me senté frente al tocador, escogiendo un makeup natural favorecedor a mi piel trigueña; resaltando el área de mis redondos ojos color ámbar. Más tarde, apliqué mi perfume favorito a cada lado de mi cuello, causando que su dulce aroma afrutado y fresco se extendiera por la habitación.

Miré a Rita de reojo, esta me estaba mirando detenidamente.

—¿Pasa algo?

—Mi novio viene a verme, no quiero que le coquetees ¿Okay?

—Ten por seguro que no lo haré, no quiero tener problemas contigo —respondí mientras me levantaba de la silla.

—Vale, pues está abajo... Justo en la puerta de la casa y quiero que le digas que me espere un momento —ordenó levantándose de la cama.

—No lo voy a hacer, lo puedes llamar por celular.

Rita me miró amenazante, entonces se acercó a mí—. Ayer fui muy clara contigo, te dije que me obedecieras.

—Sí, lo hiciste, pero yo también fui muy clara contigo y te dije que no lo haría —me crucé de brazos, mirándola a los ojos con actitud desafiante.

Tenía que mantener la calma y soportar a Rita. Pero se me hacía difícil, ya que ella no paraba de provocarme a cada instante. Finalmente acepté ir a abrirle la puerta al novio de mi prima, ya que después de un duelo de miradas con ella, me cansé y harta de tonterías le dije «bien, como sea».

...

Bajé las escaleras y vi a mi abuela junto a mi tía Irene desayunando en el comedor. Ellas al verme, me saludaron por mi cumpleaños y se disculparon por lo pasado el día anterior mientras tomábamos el té.

Luego de una breve charla con ellas, fui hasta la puerta principal de la casa y la abrí. Allí, estaba esperando un chico alto y pelirrojo con las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón jogger oscuro.

𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora