Cap.- 12 Bosque Rebelwood

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3:50 PM мιé., 26 de мαrzo

—Sí, lo entiendo... Pero esta vez volveré temprano. Lo juro por mi madre que está en el cielo —prometí, intentando convencer a mi tía para que me dejara ir a casa de Alba.

Mientras la miraba sentada sobre el sofá, apareció mi abuela quien se dirigió a mí.

—Lilith, encontraron muerta a la chica que había desaparecido ayer. Estaba en el bosque Rebelwood, sin ojos, toda maltratada y llevaba un vestido rojo como todas las chicas que han sido asesinadas últimamente en Oscurarts —anunció mi abuela con pavor en sus facciones.

—Ya pero...

—Pero nada Lilith, te quedarás aquí junto a tu prima —ordenó Irene como si fuera mi madre.

Fruncí el ceño y espeté—: No voy a estar junto a esa víbora.

—¿Hablaban de mí? —preguntó Rita quien se hizo presente mientras bajaba las escaleras, dirigiéndose hacia el living para estar junto a nosotras.

—Ustedes son familia, no pueden llevarse así —nos regañó la abuela, llevando sus manos hacia la cintura.

—Claro que sí abuela, tiene toda la razón. Lilith ¿Por qué me odias tanto? Sé que soy mucho mejor que tú, pero tienes que aprender a lidiar con la envidia —Rita me miró burlesca, acercándose a mí.

—Eres muy irritante...

—¿En serio? —sonrió engreída, sentándose a mi lado.

Mordí mi labio inferior, intentando no decirle alguna grosería... Pensé que mi tía llamaría la atención de su estúpida hija. Pero, no lo hizo, y mi abuela tampoco.

Me levanté del sofá y caminé hacia la puerta principal de la casa.

Sin importar las advertencias que oía ni las consecuencias que podía traer mi actitud rebelde, salí de la casa dando un portazo; haciendo notar mi molestia.

Saqué mi celular del bolsillo y llamé a mi amiga, que después de unos segundos contestó la llamada.

—Alba, voy camino a tu casa —hablé al oír su voz detrás de la línea.

—Pensé que no te dejarían salir —contestó extrañada.

—No lo hicieron —respondí dando un suspiro—. Pero no me iba a quedar en casa con la estúpida de Rita.

—Entiendo. Oye, ¿Te gustaría quedarte a dormir en mi casa? —propuso con voz entusiasta.

—Sí —respondí ansiosa—. Tengo unas ganas tremendas de poder dormir en buena compañía. No tienes idea de lo cargante que es Rita todas las noches.

—Me lo imagino —rió leve.

—Bueno... Nos vemos al rato —me despedí, oyendo por último un «adiós chica mágica».

Sonreí leve ante mi nuevo apodo a la vez que tomaba mis audífonos y me los ponía; reproduciendo River de Bishop Briggs desde mi celular.

Caminé tranquilamente por la vereda, apreciando la belleza del lugar. Sin embargo, me vi sorprendida ante el miedo que emanaban las pocas personas que paseaban por las calles. Sentían peligro, desesperanza y falta de justicia ante las muertes de esas jóvenes e inocentes chicas; era realmente una situación difícil para las familias de aquellas víctimas.

Pasaron casi veinte minutos y ya había llegado por fin a la tienda Bloodline. Una vez allí, entré a la tienda y me encontré con mi amiga.

—Alba —la saludé dirigiéndome a la barra donde se encontraba.

𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora