8:00 PM vιe., 17 de αвrιl
Recostada sobre la cama, terminé de hacer mis tareas a la vez que apagaba la alarma de mi celular, la cual me hacía recordatorio de la fiesta en casa de Violet.
Dejé mis cuadernos y lápices esparcidos sobre la cama y me levanté dirigiéndome hacia mi clóset, tomando un vestido ajustado de terciopelo color vino tinto. Este, destacaba por tener la espalda descubierta y las mangas largas.
—Es hora de estrenarte —sonreí tomándolo entre mis manos, acariciando la suavidad de la tela con mis dedos a la vez recordaba el día en que Mason me lo compró.
Era un vestido perfecto para ocasiones nocturnas; elegante y seductor. Ideal para lucir como una chica sofisticada que desea ser sexy de una forma sutil y discreta. Esto, lo acompañé con unas pantis negras traslucidas y botines negros de tacón. Seguidamente, me fui al baño e hice la misma rutina de siempre.
Cuando estuve lista, eran las 10:25 PM; una buena hora para ir saliendo de casa.
Bajé las escaleras y me dirigí al comedor, adorando el sonido que hacían mis tacones al pisar el suelo.
— Vaya... Luces divina —elogió mi abuela al verme llegar.
—Gracias abue —sonreí alegre, ansiando que me vieran los demás cuando llegara a la fiesta—. Y ¿Rita?
—Ella salió hace una media hora atrás, se fue con Anastasia —vertió un poco más de su whisky Jack Daniel's en su copa con cubitos de hielo.
La verdad, ya ni recordaba cuándo cambió de beber sus tacitas de té a beber whisky y fumar cigarrillos casi a diario.
—Abuela... —comencé a decir mientras la miraba.
Ella había cambiado últimamente, era como si todo le diera igual.
—No creo que le haga bien beber a diario.
Sus finos labios rojizos esbozaron una sonrisa ladeada—. Mis poderes se van desvaneciendo Lilith —pasó los dedos por su ondulado cabello rubio—. Poco a poco me voy convirtiendo en una simple mortal, y prefiero estar muerta antes que eso ocurra cariño.
La miré en silencio por unos segundos, sentándome en una silla al lado de ella.
—Creí que las brujas eran inmortales...
—Ay mi niña ilusa... —dio un suspiro y me miró a los ojos—. ¿Aún no te das cuenta, verdad?
Fruncí levemente el ceño y desvié la mirada por un momento a pensar.
—No lo sé... ¿A qué se refiere?
—Tus poderes van aumentando... Y yo me voy debilitando al igual que mi hija —dijo refiriéndose a Irene, haciendo una pequeña pausa para beber de su whisky. Luego, prosiguió—: A medida que pasa el tiempo nos vas consumiendo Lilith, tú nos estás... Acabando, y no te das cuenta de ello.
Estaba atónita, sin saber qué decir o cómo reaccionar ante la confesión de mi abuela. Realmente... ¿En qué momento había ocurrido? Yo jamás había usado mi magia contra ellas.
—P-pero abuela... Y-yo... Yo jamás les haría daño —aseguré a medida que sentía un nudo formándose en mi garganta.
—No eres como nosotras Lilith, no eres solo una Animis. Hay una parte de tu sangre que predomina, una parte oscura que aunque trates de ocultar reluce en ti de manera involuntaria. Por ello, no te das cuenta cuando haces algo malo, y tus habilidades de Animis las estás alterando de alguna manera para acabarnos... Aunque no lo quieras cariño —dio un pequeño suspiro y se levantó de la silla.
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𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]
FantasyMarcada por unos hombres que la violaron y desconociendo sus verdaderas raíces, Lilith Page decide abandonar su tormentoso pasado para comenzar una nueva vida junto a su abuela materna. Sin embargo, tras cumplir su mayoría de edad comienza a desarro...