7:20 PM мιé., 26 de мαrzo
Bosque RebelwoodDarwin, Alba y yo, contemplamos la ardua escena.
El suelo estaba lleno de objetos esparcidos y rotos, como si hubieran tirado las cosas con impetuosidad después de una pelea. A su vez, había rastros de sangre por donde la adrajosa chica frente a nosotros se había arrastrado hasta la puerta... Era una chica joven quien tenía los labios hinchados y algunos dientes sueltos.
Sus pálidas y magulladas piernas intentaban arrastrarse con gran esfuerzo hacia mí, observándome, viendo cómo su ojo sano se llenaba de lágrimas al vernos.
—Ayúdame... —gimoteó la chica extendiendo su mano ensangrentada, queriendo tocarme.
Estaba patitiesa, totalmente absorta en la mirada de la chica. Esto causó que mis ojos cristalizaran, provocándome un doloroso nudo en la garganta tras la emoción que sentía al verla.
Darwin tomó mi mano, alejándome de la chica y haciendo que me ubicara detrás de él; junto a Alba. Luego, en cuestión de segundos y como si hubiera ocurrido en cámara lenta, presencié lo que nunca me llegué a imaginar...
—¡No! —exclamó Alba con histeria.
Aquel grito, fue silenciado por el disparo que Darwin le dio en la cabeza a la chica moribunda.
Mi amiga llevó ambas manos hacia la cabeza, mirando a su primo boquiabierta—. ¿¡Qué mierda hiciste!? —quedó atónita.
—Se iba a morir de todas formas. Viste en el estado que se encontraba... No iba a sobrevivir —el pelinegro respondió calmado, con el arma aún en la mano.
—¡Estás demente! —lo miró enfurecida, acercándose a él con la intención de golpearlo. Pero antes de que pudiera hacerlo, la detuve sosteniéndola de los brazos.
—¡Basta! —miré a mi amiga a los ojos mientras forcejeaba con ella.
Si bien me encontraba afectada, tenía que pensar en frío.
—Darwin tiene razón... Además ¿Qué se supone que haríamos? ¿Llamar a la policía? Automáticamente nos volveríamos en los primeros sospechosos... ¿Qué diríamos? Además... Aquí la policía vale mierda... De seguro les sería más sencillo imputarnos e inculparnos de los otros asesinatos que han habido —dije por último, zafándola de mi agarre.
—Hay que volver a casa —Alba exigió dando un suspiro de frustración, desviando la mirada hacia el cielo a la vez que soltaba un suspiro.
...
De regreso a casa de mi amiga nos fuimos en un silencio incómodo. Aunque, no podía decir lo mismo de Darwin, a él parecía darle igual la situación. Se le veía relajado e incluso con un cierto entusiasmo, como si nunca hubiera pasado algo malo.
No sé si era optimista o despreocupado ¿Tal vez las dos cosas?.
De vez en cuando, el pelinegro me miraba como si me quisiera decir algo. Pero, no lo hacía, por lo que decidí preguntar—: ¿Quieres decirme algo? —lo miré, poniéndome la sudadera que Alba me había prestado.
—¿Recuerdas lo que me preguntaste cuando estábamos en la casa? —arqueó una ceja esbozando una pequeña sonrisa traviesa.
Lo miré frunciendo levemente el ceño, intentando descifrar a lo que se refería. Pero no había forma en la que pudiera leer su mente...
Por estar mirándolo, tropecé con una de las raíces sobresalientes de un árbol.
A la vez que me veía desplomar cayendo de rodillas al suelo, con mis manos intenté proteger mi rostro de la tierra y hojas húmedas mientras caía de frente, pero no me dió tiempo... Cerré los ojos antes de estampar mi rostro contra el césped, pero fui sostenida por Alba quien alcanzó a agarrarme.

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𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]
FantasíaMarcada por unos hombres que la violaron y desconociendo sus verdaderas raíces, Lilith Page decide abandonar su tormentoso pasado para comenzar una nueva vida junto a su abuela materna. Sin embargo, tras cumplir su mayoría de edad comienza a desarro...