Cap.- 9 Señales

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4:20 PM мαr., 25 de мαrzo

—Listo, ya está —dijo la madre de Mason, terminando de poner la cinta médica para cerrar la herida.

—Muchas gracias —sonreí agradecida.

—De nada, y para la próxima ve con más cuidado —rió mientras se levantaba de la silla ubicada frente a mí. Después, se fue de la habitación de Mason, dejándome a solas con él.

—¿Crees que se lo haya creído? —preguntó el pelirrojo sentándose frente a mí, donde anteriormente se hallaba la madre de este.

—Decirle a tu madre que me golpeé la cabeza con la puerta porque no la vi, me hizo quedar como estúpida. Pero creo que funcionó.

Él rió por lo bajo. Pero tras pasar unos segundos dejó de hacerlo repentinamente, mirándome confuso.

—¿Por qué lo hiciste?

—Mm... ¿Hacer qué? —lo miré, sabiendo perfectamente a lo que se refería.

—Fue solamente por molestar a Rita ¿Verdad? —preguntó dando un suspiro, desviando la mirada.

En ese momento, quise apretar sus mejillas al igual que las de un bebé tras la ternura que sus facciones expresaban. Pero, me mantuve firme y dije—: Sí, ¿Por qué otra razón te besaría?

Mason negó con la cabeza y me miró vulnerable—. Creí por un momento que querías hacerlo.

—Claro que quise hacerlo, pero no porque sintiera algo por ti.

Me divertía la situación. Aunque, a Mason se veía que no le parecía divertido, sino todo lo contrario.

—Lo entiendo —asintió con voz entrecortada y sus ojos cristalizaron.

Lo miré confusa. Por alguna razón presentía que Mason me estaba manipulando. No obstante, para ver a qué tan lejos llegaba decidí seguirle el juego.

—No... No llores, lo siento —hice un gesto de arrepentimiento, acariciando su mejilla.

—No, está bien... Descuida —se apartó de mi lado, levantándose de la silla y caminando hasta su cama. Luego, se recostó en ella en posición fetal.

Sonreí leve y me acerqué a él, sentándome a su lado. Seguidamente me incliné hasta su rostro para susurrarle al oído—: Estás en la modalidad de Artes ¿No es así? Apuesto a que se te da muy bien la actuación —dije por último, besando su frente y apartándome de él.

Mason soltó una risita la cual estuvo conteniendo. Para después, incorporarse en la cama junto a mí.

—Oye naranjita... ¿Sabes quién es Daniel?

—¿Cómo me llamaste? —frunció levemente el ceño y sonrió divertido.

—Te pregunté quién es Daniel —insistí divertida.

—Pues... Lo sorprendí hablando de una cosa y... Me pidió que no se lo dijera a nadie porque sino estaría en problemas —respondió encogiéndose de hombros.

—¿Qué fue lo que decía? —lo miré intrigada.

—No puedo decirlo, no quiero que te metas en problemas —negó rotundamente.

—Vale, si me lo dices haré lo que quieras —propuse, a lo que este sonrió y sus ojos brillaron con picardía.

Pasaron unos segundos hasta que finalmente confesó.

—Bueno, Daniel va al mismo club de boxeo Equinox, como te había comentado ayer... Y vi a uno de los gemelos Uradel hablando con él, yo de curioso los seguí hasta los camarines para oír de lo que hablaban. Ellos hablaron sobre drogas y el gemelo le dijo a Daniel que tenía lista la cabaña para un encargo o algo así. Eso fue todo lo que alcancé a oír, ya que después me amenazaron e hicieron otras cosas que no me gustaría recordar —frunció el ceño, negando con la cabeza.

𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora