Cap.- 11 Visiones

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10:40 AM мιé., 26 de мαrzo
Foreѕт Scнool

—Me siento incómoda —susurró mi amiga—. No deja de mirarme con cara de culo agrio.

—Ya... Lo sé —respondí conteniendo la risa.

Estábamos en clases de lenguaje, y mi tía era oficialmente nuestra profesora. Para desgracia de mi amiga, Irene la tenía entre ceja y ceja. Pero esto a Alba le daba simplemente igual, a ella le parecía ridículo. En cuanto a mi ¿Poder?. Se podría decir que avancé un paso más allá. Durante la divertida clase de mi tía fui practicando en intentar leer la mente de Alba o poder sentir exactamente los sentimientos que tenía en su momento. Era loco, pero dió resultado en poco tiempo y eso me sorprendió, lo que me llevó a aprovecharme de la situación para leer las mentes de cada uno.

Para el resto podía parecer espantoso el hecho de que una extraña husmeara sus mentes, pero para mí, era divertidamente aterrador.

Rita, como era de esperar me odiaba, pero a su vez mi presencia le causaba algo de temor y eso me gustaba. Anastasia era hermana de Mason; ella estaba enamorada de Rita en secreto y sufría bastante al saber que sería rechazada por su amiga. Alba se sentía ansiosa por estar de una vez junto a Anton; quería tenerlo a su lado o encima, de cualquier manera, no le importaba como fuera, ella quería estar junto a él. Harrison, el atractivo amigo de Mason pensaba en su novia, ella se llamaba Cris, una chica guapa y ruda. Se le veía dominante. Esta, pensaba en él. Cloe, la chica de cabello azul con heterocromía tenía un hermano llamado Calvin, quien también llevaba el cabello del mismo color que su hermana; estos sin duda alguna eran los más chismosos de todo el instituto, y su mejor amiga en común llamada Lía; una atractiva morena quien amaba ayudar al resto, ganándose la confianza de las personas para luego ir con el chisme y contárselos a sus mejores amigos. Violet, era una chica que se parecía un poco a mí físicamente, sólo que esta era una ninfómana quien fue exnovia de Mason, Daniel y Evan entre otros muchos más, incluido profesores. Daniel, a él por alguna extraña razón no podía entrar en su mente, y cada vez que lo intentaba fracasaba. Pero, si podía sentir sus emociones; y en su mayoría todos las que habían en él eran oscuras, tanto así que me causaba temor. Mason, él era un vaivén de emociones. No obstante, percibía algo extraño en él; como si sus pensamientos y acciones no fueran propias de su esencia... No me gustaba en lo absoluto.

El tiempo pasó algo lento hasta que por fin era la hora del almuerzo, así que salí de la sala junto a mi amiga y caminamos yendo hacia el comedor, pero al percatarme de alguien, detuve a Alba del brazo y la miré entusiasta.

—Mira quien viene ahí —avisé a lo que mi amiga sonrió ampliamente.

—Mi hombre, mi macho, mi bestia salvaje, mi...

De pronto, Alba se quedó totalmente muda al ver que Anton se acercaba hacia nuestra dirección.

—Hola —lo saludé una vez que estuvo enfrente de nosotras.

—Hola señoritas —sonrió al vernos— adivinen qué... Conseguí trabajo —anunció con esmero.

—Eso es genial —comenté mirando de reojo a mi amiga; ella se lo comía con la mirada—. ¿Aquí? —pregunté a lo que él asintió.

—A pesar de todo, finalmente pude conseguir un trabajo...Y este lugar me encanta, me han recibido muy gratamente —sonrió algo sorprendido.

Realmente nunca lo había visto tan lleno de vitalidad, y eso lo hacía lucir aún más irresistible de lo normal.

—Apuesto que ya tiene muchas consultas con alumnas.

Su expresión se tornó algo tensa; lo había hecho recordar a la acusación que arruinó su reputación, que de hecho gracias a estar husmeando en su cabecita, supe que fue una acusación falsa. Una de sus alumnas lo inventó ya que Anton se negó a las propuestas subidas de tono que la muchacha proponía.

𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora