Cap.- 26 Marchita

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9:30 AM vιe., 24 de αвrιl
Foreѕт Scнool

Sentí un nudo formarse en la boca de mi estómago en cuanto comenzaron a asaltarme los recuerdos de lo sucedido en la noche con mi padre, reviviendo cada tacto de sus degeneradas manos recorrer mi piel desnuda, viéndome inmóvil bajo su pecho, sintiéndome endeble y desgraciada mientras abría nuevamente las cicatrices de mi pasado.

Aferré mis manos contra la silla, inclinando la cabeza hacia abajo sin poder evitar que una gruesa y solitaria lágrima brotara de uno de mis ojos para derramarse por mi mejilla.

Mi cuerpo, mi alma y mi mente, se sumergen en un profundo pánico cuando estoy cerca de mi padre, y por más que intento defenderme, sus golpes e insultos degradantes terminan por hacer que mis gritos e intentos de auxilio se desvanezcan, al igual que mis ganas de seguir con vida...

—Libérate —susurraron a mi lado.

Cuando me giré, no había nadie junto a mí.

1:16 PM

—No puedes seguir evitándolo, tarde o temprano tendrás que hablar con Darwin —observé a mi amiga mientras llevaba un nugget de pollo hacia mi boca.

—Jamás me imaginé que esto me pasaría... Me es difícil asumir que me gusta mi propio hermano, y decirlo en voz alta se oye muchísimo peor que en mis pensamientos.

—Si lo dices de esa manera, sí.

—¿De qué otra forma podría decirlo?

—No lo sé —me encogí de hombros—. Y... No has pensado en... Por ejemplo, decirle a Darwin que te borre la memoria, así olvidas que es tu hermano y te lo puedes coger con tranquilidad.

Ante lo dicho, solo fue cuestión de segundos cuando me vi salpicada en salsa ketchup más la bandeja de comida sobre mi regazo, al igual que las burlas de quienes estaban cerca de nosotras.
Alba había utilizado su magia para arruinarme el almuerzo, mi maquillaje, y mi ropa.

Me levanté de la silla con evidente enfado, y tomé entre mis manos la bandeja de Alba, vertiendo toda la comida sobre su larga cabellera oscura.

Las miradas cayeron sobre nosotras, y lo que comenzó siendo una pequeña pelea entre mi amiga y yo, terminó desatando una guerra de comida en el comedor.

Los estudiantes estaban eufóricos y divertidos, pero entre tanto desorden, con Alba decidimos salir del comedor para ir limpiarnos.

—Perdón por mi comentario, no volveré a decir algo así —me disculpé una vez dentro del baño.

—Yo también lo siento, no volveré a tirar tu comida —esbozó una sonrisa, a la vez que se miraba en el espejo frente a los lavamanos.

—Lo bueno de tener poderes, es que ante situaciones como esta —señalé mi ropa y maquillaje arruinados—. Hay solución.

Ambas reímos, y en cuestión de pocos minutos, nos encontrábamos como nuevas.

Luego de lavarnos los dientes, Alba me dijo que iría a hablar con Darwin; finalmente, era lo mejor que podía hacer. Así que, por mi parte, iría rumbo a la biblioteca para encontrarme con Daniel, y así aprovecharía de hacerle unas preguntas respecto al grimorio, además de hablar sobre el viaje a Hill of Soul.

Mi mirada permanecía fija en él, intentando concentrarme en lo que este me decía. Pero era inútil, mi mente se hallaba en muchos lugares, menos en donde debería estar.

𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 [𝓣𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓭𝓪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora