Capítulo 7.

10.5K 1.1K 288
                                    

Había días en la que estaba saturado, días en los cuales no tenía idea lo que debía hacer para ayudarla y ella tampoco se dejaba ayudar, se encerraba tanto en si misma que nadie podía ingresar hasta que por si sola pase sus crisis. Esto se nos estaba haciendo difícil y ayer por la mañana fue la gota que colmó mi vaso, menos mal que pude contar con Helena y Madison en ese momento, ambas no dudaron en ayudarme para que fuera a trabajar tranquilo.
Todo el día estuve pensando en Ariel, los mensajes de mi prima me sirvieron de alivio pero no sabía cómo debía actuar cuando llegara a casa nuevamente pero otra vez las chicas me sorprendieron cuando organizaron una cena dónde Owen y Dmitri también se unieron, no hubo nada más lindo que ver a la Sirena reírse con mis sobrinos sobre todo con Stefano que es personaje, no había dudas que Helena era la madre de ese niño.

- ¿No vendrás a cenar hoy? - su voz me saca de mi atención al mensaje de buenos días de Bianca.

- No, es la inauguración del restaurante de mi primo, no puedo fallarle - respondo mientras le contento a la chica rubia desde mi celular.

- Espero que salga todo bien - murmura apoyando una taza de café a mi lado.

- Gracias Sirena - sonrío al leer como Bianca me pedía ayuda para que debía ponerse esta noche para ir conmigo.

¿Qué iba saber uno sobre ropa femenina?

- Siento lo de ayer - mis ojos van a los suyos.

- Todos tenemos días buenos y malos, es un proceso pero debes ir a la fundación de Madison - acoto tratando de persuadirla.

Hace unos días le había encantado la idea de conocer la fundación Meitzner pero a las horas se retractó y me gritó diciendo que no debía meterme en mi vida, como digo ella tiene días buenos y malos de los cuales muchas veces me abrumaba bastante porque no tenía idea como ayudarla y ella en verdad necesitaba ayuda de profesionales, con la mía ya no bastaba.

- He quedado con Maddie de ir con ella dentro de unos días - me cuenta sonriendo.

- Me alegro Sirena - sonrío pero observo la hora nuevamente estaba haciéndose tarde para mí primera reunión del día.

Me despido de Ariel dandole las mismas recomendaciones que le doy todos los días y ante cualquier situación que no dudé en llamarme, sería un día largo donde estará sola porque volvería tarde.

Apenas llegué al bufete mi cliente me esperaba está vez me tocaba partir la mediación de un divorcio de común acuerdo, es más fácil para los abogados cuando ambas partes tienen todo arreglado y estipulado.

- Nos veremos la próxima semana señor Smith - digo estrechando la mano con mi cliente.

- Ante cualquier cambio lo llamo doctor De Luca - comenta al saludarme.

Giro mi rostro para justo observar que Eric sale de su oficina con una mujer, mis ojos se abren enormemente al reconocerla es la que se follo la otra noche en ese bar. ¿En qué lío se había metido mi primo ahora?
Espero que la mujer de pelo negro se retire y me acerco a él con mucha curiosidad, la mirada de él acompañada por un largo suspiro mostraba no un buen panorama.

- ¿Es la mujer de la otra noche? - pregunto sabiendo la respuesta.

- Es mi nueva clienta, la mujer policía acusada de complotar contra los suyos - me cuenta volviendo a suspirar.

- ¿Tú sabías que ella? -

- ¡No, claro que no! Cuando la ví entrar al otro día en mi oficina casi me da algo - comenta negando su cabeza.

- ¿Y por qué aceptaste su caso? No sé si es ético que la representes cuando ya intercambiaron más fluidos que palabras - acoto siendo sincero.

Mi Maldita Perdición (13° SAI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora