Capítulo 33.

12K 1.2K 179
                                    

Ariel.

Cuando desperté está mañana me sorprendió encontar a Bautista en la cocina preparando el desayuno, estaba tan en su mundo organizando que en verdad me llamaba la atención porque desde que vivía con él, era la única encargada de hacerlo.
Me acerqué a su lado para ayudarlo, al ver tres tazas solo significaba que teníamos compañía ya era muy común tener a Bianca en este departamento, ella había llenado el lugar con más alegría y me gustaba sentarme a charla con ella además que se había propuesto a terminar de enseñarme francés.

- ¿Todavía duerme? - le pregunto.

- Sí, ella está muy cansada - contesta sirviendo las tazas, una con café y las otras dos pone el agua para que se haga un té.

- ¿No tomas más café? - consulto porque hace varias semanas había cambiado su infusión.

- Últimamente se me hace un poco agrio el café por eso cambie - dice sonriendo.

- ¿Qué te sucede? - inquiero al verlo más  inquieto de lo normal.

Me mira a los ojos. - Te contaré un secreto, prométeme que lo guardarás - pide.

- Te lo prometo - aseguro confundida.

- Le pediré matrimonio a Bianca - susurra.

- ¡Bau! - chillo como una loca abrazándolo.

Estaba tan feliz por ellos.

- Sirena - se ríe. - Lo haré en dos semanas - me cuenta con una gran sonrisa.

- ¡Estoy feliz por ustedes! - exclamo al volverlo a abrazar.

Bautista es mi ángel guardián, lo he visto sufrir a mi lado, dejar muchas cosas por mí y por preocuparse por mi bienestar, ahora verlo de esta forma tan enamorado, feliz y con muchas ganas de formar su propia familia no hacía más que generar más felicidad en mi sistema, él se merecía lo mejor de este mundo.

- No pudiste guardar el secreto - escuchamos a Bianca que nos observa con una gran sonrisa.

- Bian - dice Bau rascando su nuca.

- Déjame decirte que queremos que seas la madrina de nuestro bebé - comenta tomándome por sorpresa.

- ¿Bebé? - digo tapándome la boca sorprendida.

- No le había contado nada todavía - acota él sonríendo.

Me acerco para abrazarla, no podía creerlo, es una hermosa noticia que me ponía sumamente feliz por ellos.

- ¿Quieres ser la madrina de nuestro bebé? - pregunta Bian cuando nos separamos.

- Sí, claro que sí - aseguro observando a ella y luego a Bau que nos sonríe.

- Pensábamos contar lo del embarazo en dos semanas, al final la boca suelta fuiste tú amor - bromea el apoyando las tazas sobre la isla de la cocina.

- Por eso te sentías mal - digo al darme cuenta que todos sus vómitos y náuseas eran por su embarazo.

- No soy la única que tenía síntomas, el señor tenía los suyos - bromea dejando un beso en su mejilla.

- Parece que es algo muy común en los hombres de los De Luca - se encoge de hombros.

- ¿Hace cuánto lo saben? - les pregunto cuando los tres nos sentamos a desayunar.

Ambos se miran con tanto amor.

- Hace cinco semanas nos enteramos del embarazo, estoy cursando la semana número diez - me responde Bianca.

Mi Maldita Perdición (13° SAI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora