Capítulo 30.

11.1K 1.2K 197
                                    

Ariel.

Había llegado el día donde debía enfrentar a todas esas personas que me lastimaron, tenía miedo de lo que podría pasar en esa sala y sobre todo como manejaría la situación.
Se que es demasiado estresante, no es nada lindo sentarse en ese estrado y contar todo lo que me hicieron esos tres hombres hace más de un año atrás, revolver el pasado muchas veces no hace bien pero debía controlar mis emociones, mi psiquiatra me había dado consejos para manejar cada sensación sin olvidar que mis abogados me habían recalcado que ellos serían letales, tratando de demostrar que todo lo que me sucedió no fue consensual cuando esas mierdas tomaron lo que quisieron de mí sin importarles nada.

- ¿Estás bien Sirena? - la voz de Bautista me hace salir de mis pensamientos.

- Si, solo pensaba - contesto mirando por la ventanilla del auto.

Hace dos semanas había arrancado el juicio, su tía y hermano me querían proteger hasta último momento por eso hoy debía declarar, mis palabras son las que definiran la condena de cada uno de ellos.

- No estes nerviosa - acota.

- No quiero hablar Bau - murmuro.

Hace dos días me habían dado el alta provisional, estaba viviendo nuevamente con Bautista pero debía cumplir con mis terapias de todos los días yendo al hospital, seguía con mi tratamiento y todavía faltaba mucho para tener mi alta definitivo.
Estás semanas en el hospital fueron divertidas, después del gran drama que se armó por escaparme con Bianca del cuál no me arrepiento para nada, ella venía cada tarde a estar conmigo, su compañía me hizo demasiado bien pero me preocupaba un poco ese raro malestar que llevaba teniendo del cuál solo alegaba que era una intoxicación por alimentos.
Adler también venía a visitarme cada día, él es todo un caballero y en los momentos dónde nadie nos veía me robaba besos que nos dejaban sin aire a ambos. Nunca imaginé que viviría algo así pero él está cambiando mis expectativas y soy feliz por cada momento a su lado.

- Ariel - la tía de Bautista es la primera que me saluda cuando llegamos juzgado.

- Todo estará bien - acota su hermano sonriendo.

Ellos eran mi esperanza para terminar con los que me hicieron tanto mal.

- ¿Estás bien Sirena? - me pregunta Bautista preocupado.

- Estoy tratando de no pensar en nada, estoy bien pero necesito relajarme - comento recibiendo una botella de agua de su parte.

- ¡Ari! - Bianca aparece para estrecharme entre sus brazos.

- ¿Cómo estás? - le consulto al separarnos .

- Eso debería preguntarte a tí no tú a mí - bromea sonriendo pero al notar a Bautista a nuestro lado su cara cambia por completo. - Todo estará bien, esos malditos tendrán su merecido y nosotros después de eso saldremos de fiesta - agrega divertida.

- Ella no irá de fiestas - gruñe a nuestro lado.

- No te metas dónde no te llaman, es un tema entre nosotras - contraataca con una fulminante mirada.

Ellos dos estaban peleados porque Bautista se fue de boca reprochando y echando toda la culpa de nuestra escapada del hospital a Bianca porque supuestamente me había puesto en peligro cosa que era absolutamente mentira pero nadie entendía, ella en sí no tenía la culpa porque accedí a seguir con esa locura.

- No se si ir de fiesta pero algo más tranquilo en tu departamento acepto - acoto.

- Será solo nosotros tres, Adler, tú y yo - declara.

- ¿Y Bau? - consulto tratando de que lo incluya. Quería que ellos dos se reconcilien.

- Él no está invitado a mi departamento - sentencia bufando.

Mi Maldita Perdición (13° SAI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora