Capítulo 16.

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Bautista.

Aunque no quería estaba a nada de explotar como un jodido volcán, mi malhumor cada vez era más evidente y se estaba siendo difícil controlarlo desde hoy a la mañana, hasta rompí mi celular y le grite a mi madre por no saber diferenciar las cosas pero en verdad estaba que iba a matar a alguien, el maldita hijo de puta de Josh Tanner me había denunciado por hostigamiento.

Solo en este país puede suceder esto.

El victimario acusaba a la víctima, el idiota había presentado miles de calumnias encontrá mío y de Ariel, trataba a la sirena como la ex que nunca lo pudo olvidar y a mí como el novio celoso, ahora los dos estábamos demandados por hostigamiento, ¡Hijo de puta! Encima para completar estaba escondido como la rata asquerosa que es porque Gavriel y su gente lo venía buscando por semanas, no podían dar con su paradero.

- ¿Nuevo? - la voz de mi hermano me hace observarlo.

- Sí, el mío lo estampe contra el suelo está mañana - le cuento abriendo la caja de mi nuevo celular.

- Escucharme - ingresa a mi oficina y se sienta enfrente mío. - Deja que me ocupe de la demanda y del caso de Ariel, estás muy comprometido sentimentalmente, no es correcto que la representes porque en un tribunal te van atacar en tu punto más débil que es ella - asegura mi hermano mayor.

- Alexander - digo con mi ceño fruncido.

- ¿Quieres justicia? - me pregunta y asiento. - Bueno yo también la quiero así que por el bien de todos cede el control y dame el caso, quisiste ir por las buenas haremos todo para que esos hijos de puta se pudran en la cárcel - sentencia convencido.

- Es muy difícil cederte todo - digo suspirando.

- No seas egoísta piensa en Ariel, tú quieres justicia, también lo queremos nosotros y no estás haciendo mal en dejar la causa solo estás confiando en mí que voy a buscar que esas personas se pudran en la cárcel como la mierda que son - sentencia mi hermano con seguridad.

Suspiro resignado, Alex tenía razón no había abogado más capacitado para esto que mi hermano. - Está bien tienes el control pero quiero me mantengas informado - declaro.

- Lo que esté a mi alcance lo sabrás - acota sonriendo. - Estaba pensando en agregar a una abogada femenina, Ariel no se sentirá cómoda conmigo hablando de lo sucedido - agrega pensativo.

Nuevamente tenía razón, Ariel no se sentía cómoda con nadie para hablar de lo sucedido nisiquiera había buscado ayuda psicológica en la fundación sería muy complicado hacerle hablar de lo sucedido esa noche y más con Alexander.

- ¿Hablamos con la tía Izzy? - consulto. Mi tía es la única abogada mujer penalista del bufete.

- Puede ser ella pero pensaba en Amy - comenta rascando su nuca.

- Amy y tú no pueden trabajar juntos - afirmo rodando los ojos.

- Ariel se sentirá segura hablando con una mujer, me dijiste que no querías meter a nadie más de la familia creo que Amy es la persona correcta para ayudarnos. Necesitamos una colega femenina y que nos dé confianza - asegura tratando de convencerme.

- Quiero un montón a Amy pero sigo pensando que es una locura además es palpable la tensión sexual entre ambos - digo negando la cabeza.

- Quiero sacarla del bufete de Bianco - gruñe tenso.

- ¿Qué le hizo? - pregunto con mi ceño fruncido.

- No me gusta la forma en que la mira - responde mi hermano gruñendo.

Mi Maldita Perdición (13° SAI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora