Capítulo 37.

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Bianca.

Nunca entendía eso de los días importantes en la vida de una persona hasta que nació Naomi, literalmente todo cambió esas horas largas de trabajo de parto que me hicieron sufrir, sentía que no podía pero a mí lado tenía un gran compañero que me apoyó y alentó en cada segundo para no rendirme antes de intentarlo por completo.
Fue el día más largo y doloroso que experimente en mis veintitrés años pero cuando todo terminó y la apoyaron sobre mi pecho conocí al gran amor de mi vida.

Ella es perfecta.

Por primera vez la genética Meitzner no estaba presente, puede en sus ojos porque hay días que son claros pero otros son un poco más oscuro, dicen que cuando son bebés nunca se saben bien cual será el color exacto de sus ojos. Su cabello es castaño y se parece mucho a Bautista, según mi padre en su faceta de abuelo baboso la ve muy parecida a mí pero la mayoría de la familia cree que se parece más su padre y a la linda genética de los De Luca.

- ¿Estás lista? - la voz de la mamá de Bau me hace salir de mis pensamiento. Ella sostenía a su nieta que llevaba un gran vestido blanco diseñado por su abuela para ser el centro de atención en la boda de sus padres.

Hoy finalmente uniría mi vida a la de Bautista, nos íbamos a casar rodeados de nuestra familia.

- Está nerviosa - asegura mi madre con una gran sonrisa.

- Lo estoy - afirmo observando como había quedado el maquillaje perfecto en mi rostro.

- Eso que no viste cómo está mi hijo, muere de nervios - acota Catalina riendo.

- Y eso que no lo vieron a Dominic, ni en nuestra boda estuvo tan nervioso como lo está ahora - comenta mamá negando su cabeza.

- Cuando se casó Jazmín, mi esposo no durmió una semana completa - cuenta ella sonriendo.

- Para nosotros es la primera que se casa, encima que sea la más pequeña nos pone más sentimentales - declara mamá secando una traicionera lágrima.

- Al ritmo que vamos seré la única que se case mamá, Harry rompió su compromiso y Landon dudo que quiera una esposa - aseguro al acercarme a abrazarla.

- Lo sé cariño, esos dos son unos casos perdidos - reconoce sonríendo.

Mis hermanos están próximos a cumplir los treinta años y ninguno de los dos quiere algo serio en su vida, los he escuchado decir que viven mejor sin compromisos pero en sí se que necesitan dos mujeres que los disciplinen o mejor dicho les enseñen que es el amor.

- Toma Jud a nuestra nieta que es hora de hacer mi magia - dice mi suegra al darle a Naomi a mi madre para que la sostenga sobre sus brazos.

Tener como suegra a la mejor diseñadora de vestidos de novia tenía un gran beneficio sobre todo cuando ella quería dejarme como una princesa, con ese vestido que había soñado desde que era pequeña.
Ella se toma todo su tiempo para colocarme el vestido y sobre todo acomodar mi largo velo.

- ¡Oh mi dios! - escucho que dice mi mamá.

- Vamos Bian, mírate en el espejo - me pide Catalina.

Al girarme me quedo sin palabras, el vestido es mucho más lindo de lo que había soñado e imaginado, parecía una princesa.

Al girarme me quedo sin palabras, el vestido es mucho más lindo de lo que había soñado e imaginado, parecía una princesa

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Mi Maldita Perdición (13° SAI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora