v e i n t i s e i s

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| SEIS AÑOS ATRÁS |

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| SEIS AÑOS ATRÁS |

No nos esperábamos una emboscada.

Quizás se podría decir que nos confiamos. Que nos tomamos esto de ser fugitivos de la justicia a la ligera, pero la verdad es que llevamos tanto tiempo escondiéndonos, que necesitábamos un pequeño descanso. Descanso que nos costó demasiado caro.

Voy caminando por la noche, el lado izquierdo de mi tórax duele y no me sorprendería si me dijeran que tengo un par de costillas rotas, pero no puedo detenerme. Si me detengo ahora y me siento en la esquina de alguna de estas calles, lo más probable es que no tenga las fuerzas después para ponerme de pie y seguir avanzando.

Tengo que avanzar.

Tengo que encontrar a los demás.

Tengo que encontrar a Riley.

Dejo de caminar para tomar aire, y cambio de idea. En vez de tener un par de costillas rotas, quizás tengo cinco. Trato de mover la parte superior de mi cuerpo. Quizás seis.

La calle está desierta y tiene sentido, deben ser las cuatro de la mañana y estos lados de la ciudad no son muy seguros para caminar solo de noche. Miro hacia adelante, según mis cálculos me faltan tres manzanas para llegar al lugar de encuentro que determinamos hace  un par de semanas. Lo cambiamos de vez en cuando en caso de que estén siguiendo nuestros pasos.

Trato de tomar aire y sigo caminando.

Solo un poco más.

Cuando llego a la fábrica de zapatos abandonada, quito una de las rejillas para poder entrar. El interior huele a humedad y polvo. Arrugo la nariz y trato de buscar a los chicos.

Al fondo veo unas escasas sombras que se mueven levemente y luego escucho el corto silbido de Sam. Una clave que inventamos hace un tiempo en caso de que tuviéramos una situación como esta.

—Soy yo —digo—. Steve.

La luz de una linterna se enciende en el fondo de la fábrica y desde donde estoy cuento tres cuerpos sentados en el borde de la pared. Frunzo el ceño y camino hasta ellos.

—Steve —dice Natasha tratando de ponerse de pie, pero tiene una herida en el muslo derecho que se lo impide.

Wanda está sentada a su lado, el rostro escondido en sus manos, su espalda sube y baja despacio. Está llorando. Sam tiene un par de magulladuras en el rostro pero parece estar bien.

Busco a mi alrededor tratando de encontrar a Riley, quizás está haciendo guardia en alguna parte, buscando insumos para curar la herida en la pierna de Natasha que no deja de sangrar, pero lo único que mis ojos encuentran es oscuridad y más oscuridad.

Busco de nuevo.

Nada.

—¿Dónde está Riley? —pregunto sintiendo como mis pulmones comienzan a perder aire, la desesperación ahogándome.

Nat niega con la cabeza pero es incapaz de decir nada, Wanda parece estar perdida en su mundo, no parece escucharme, y Sam suelta un suspiro.

—Natasha, ¿dónde está Riley? —ella me mira con los ojos llenos de lágrimas, su labio inferior tiembla, pero ningún sonido abandona sus labios.

Necesito que me hablen, necesito que me lo digan con palabras.

Mi vista se nubla, y creo por un segundo que el dolor en mis costillas pasa a segundo grado.

No debí haberla dejado sola. No debí haberme confiado, si tan solo no le hubiera hecho caso, si hubiera ido con ella y con Wanda nada de esto estaría pasando.

—Necesito que me digan que ocurrió.

—Se la llevaron —es Sam el que responde—. Logramos localizar su gps hace unos minutos, se movía rápidamente así que suponemos que la subieron a un avión o algo por el estilo. Perdimos la señal justo antes de que llegaras.

La voz de Sam es lo único que escucho antes de que la negrura me envuelva por completo.

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puede ser que mas tarde suba otro jejeje lo voy a pensar

———————puede ser que mas tarde suba otro jejeje lo voy a pensar

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carry on | steve rogers | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora