El mundo me da vueltas. Pero solo un poquito.
Steve suelta una carcajada escondiendo su rostro en mi cuello. Cada vez que hace eso, mi estómago se ve invadido por un ejército de mariposas que revolotean sin piedad, y los cuatro vasos de alcohol recorriendo mi torrente sanguíneo parecen incrementar la sensación de las despiadadas mariposas.
Estamos en la habitación de Steve, la fiesta de despedida como decidí llamarla, finalizó hace casi media hora, y después de vergonzosamente admitir que no había hecho mi cama por tres días seguidos y que no me veía en condiciones de subir la escalera, Steve accedió a que pasemos la (última) noche en su habitación.
Y aunque no hubiera accedido, habría terminado obligándolo, no hay nada como dormir sobre sábanas limpias, y por alguna razón, las de Steve siempre lo están.
Yo solo limpio cuando estoy obligada.
—¿Sabías que las mariposas no pueden volar si tienen frío? —pregunto acariciando el cabello de Steve. El ríe, pero su risa se ve amortiguada por la piel de mi cuello.
—¿Sabías que eres extremadamente adorable cuando estás borracha? —responde él para después dejar un suave beso en mi clavícula.
Mi corazón da un extraño salto, como si todavía no estuviera acostumbrado a las dulces palabras de Steve. Y creo que nunca lo estará, la verdad.
—También sienten los sabores por sus patas, lo aprendí en Animal Planet—digo y Steve niega con la cabeza, apoyando su codo en el colchón, y luego su mejilla en la palma de su mano, para poder mirarme con sus brillantes ojos azules.
Él sonríe y luego pasa su dedo pulgar por sobre mis labios.
—¿Tienes miedo? —pregunto en un susurro, y la mirada de él se intensifica mientras escanea cada centímetro de mi rostro, como si estuviera tratando de memorizarlo. Hago exactamente lo mismo.
—¿De mañana? —pregunta, también en un susurro.
Me limito a asentir, y todo el humor que había bañado sus sonrisa segundos atrás se desvanece.
En general no suelo tenerle miedo a las misiones. Se podría decir que lo perdí durante todos los años que vivimos como fugitivos, el peligro estaba en cada esquina, era lo normal. Pero después de un tiempo sin tener que escondernos, sin tener que pelear. Es difícil tener que aceptar que una noche, esta noche, podría ser nuestra última.
—Un poco —responde él pasando la punta de su lengua por su labio inferior, y no puedo evitar mirarla con detenimiento mientras lo hace—. Trato de no pensar en las millones de cosas que podrían salir mal... y me enfoco en las que podrían salir bien. Como traer a Sam y Buck de vuelta. A Hope. Wanda.
Trago en seco y tomo una gran bocanada de aire.
No se siente real. Nada se siente real.
—Los extraño —digo y él asiente.
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carry on | steve rogers | TERMINADA
FanficTERMINADA ✅ CARRY ON | Después del chasquido, lo único que queda es seguir adelante. portada por: @wxlflove downinflamess 2019-2020