Capitulo 17

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Ya había pasado algunos días caminando. Era la primera vez que había hecho como esto. ¿Se arrepentía? Eso depende de que encuentre. De igual forma, la iban a aburrir horas y horas de regaños. Mejor que fuera por algo que valiera la pena.

—Ahh... este país es demasiado grande—, dijo lamentándose. No es que estuviera cansada. Estar cansado era de débiles. Solo es que era una verdadera molestia.
Se preguntaba cuando los demás se darían cuenta de que se fue. Algún no le había llegado ningún [Mensaje], por lo que suponía que aún no se habían percatado.

No es como si estuviera haciendo algo illegal o llendo a la guerra. Ella solo iba a verificar que era la anomalía en el sur del país y si había, lo hiba a solucionar. En realidad, ellos deberían agradecerle. Hasta comenzaba a creer que era la única persona de las escrituras que había hecho algo productivo en munchies tiempo.
Por ahora, el camino era largo y aburrido. Salvo por algunas cosas. Durante su viaje, ella visto a algunas aldeas ser presa del pánico por lo de la guerras y eso. Ver gente hacer el ridículo mientras tenían una cara tan patética... era realmente cómico.

La híbrida ocultaba su cuerpo con una caperuza que le tapaba todo hasta el abdomen. No tenía por qué esconder nada más. Solo su cara y sus orejas y nadie le prestaba atención.
El camino llegaba hasta la siguiente villa. No era tan grande como una ciudad pero no estaba tan mal. Era lo mejor que los débiles podían hacer, así que no les criticaba mucho.
Después de casi llegar a la villa a pie recibió el tan esperado mensaje.

—[¡Zeshiiiii!]—el capitán de la escritura negra gritó desde el otro lado del mensaje. En su voz que notaba la angustia y enojo.

—[Oh, hasta que por fin me llaman~]—respondió sin mucho interés.

—[¿¡Donde rayos estas!? ¿¡Qué crees qué haces?!]—se oía muy molesto. Si la chica estuviera ahí, habría visto como golpeaba la pared.

—[Estoy haciendo algo, a diferencia de todos ustedes]—dijo sin que le importara mucho.

—[¡Este no es el momento para ponerte rebelde, Zesshi! ¡Todos están como locos! ¡Nos estamos preparando para una guerra y justo cuando más te necesitamos, no estás!]—. La chica sonrió por la angustia de su capitán. No es como si le importara mucho.

'Bueno, ya era hora que decidieran hacer algo. Si algo les pasa, es su problema por no haberme escuchado antes. Yo ya llegué tan lejos, no me voy a techar atrás'.

—[No se como decirte esto querido capitán, pero voy a ser honesta contigo. No me importa. Yo ya estoy haciendo algo, ¿así que por qué no tú y los cardinales se pasas otras horas hablando de nada mientras vuelvo? ¿Mmh?]—el capitán estaba apunto de protestar pero ella terminó en mensaje, eh ignoro todos los posteriores.

Por fin había llegado a la villa. Estaba claramente vacía. Después de todo, estaba muy cerca donde se habían reportado las desapariciones. Solo quedaban una docena de personas aquí.
'Eh, un poco de comida no me vendrían nada mal'.
Se acercó a un flaco señor que parecía de tener rasgos nobles. Este le estaba gritando a otro que no era más que un campesino.

—¿Qué? ¿¡Cómo que mis hombres han desaparecido?!—está furioso. Tenía hasta de urges de golpearle al hombre, que estaba temblando por miedo.

—L-le digo la verdad señor. Todos los que mando a buscar a su hija no han vuelto desde hace una semana...—esto hizo que en noble levantara su mano con ganas de percatar.

Sin embargo, este contuvo su enojo al hombre. A su lado, miró a una elfo de apariencia joven de un cabello ligeramente rojo de piel clara. Esta tenía una vista cansada, llena de marcas de golpes en su cuerpo, estaba claramente desnutrida. En su cuello tenía un collar de cuero unido a un cadena. Tenía marcas rojas en sus orejas. Al verla a ella, el hombre decidido desatar su ira sobre ella.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora