Capitulo 7

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   La princesa dorada. Una leyenda del Reino. Una persona que es considerada una santa. La persona con el alma más pura de todo el continente. Llevaba un vestido azul como el cielo adornado de flores que recordaban el comienzo de la primavera. Muchos nobles ya habían pedido su mano en matrimonio. Su belleza era tal, que hasta los más olorosos vagabundos se atrevieron a pedirle matrimonio. Su amor y su bondad hacia su pueblo era conocida por todos.
Que mal que todos esos hermosos cuentos... no fueran más que una triste mentira.

   Ella caminaba por el pasillo hacia su habitación con una sonrisa serena.
Todos en el palacio estaban asustados, hasta las sirvientas temblaban por el miedo. La nación que les había quitado la capital oficialmente les había declarado la guerra. Sin embargo, la princesa calmaba sus corazones con su amabilidad. Le daba esperanza a los nobles y a los soldados.

   Todos en el palacio de alegraban de la existencia de la tercera princesa. Solo una alma en el reino conocía la verdad, y sentía totalmente lo contrario. Mientras otros la veían como un ángel, su hermano mayor, el segundo príncipe, la veía como un peligroso monstruo. No es que a ella le molestara, pues después de todo dudaba que su hermano se pusiera en su contra después de todo. Su hermano no era un tonto, sabía que ir contra de ella era como un suicidio. Lo más inteligente de hacer era seguirle el juego. Sospechaban que su padre, el rey, conocía la personalidad torcida de su hija, pero igual sabían que amaba a sus hijos de todas formas, así que no había dicho nada.

   La princesa secretamente era una de las personas más listas del mundo. Si no fuera por la llegada de Nazarick, ella sería la persona con más intelecto en el nuevo mundo. Ser tan inteligente le había costado gran parte de su humanidad. El ser inteligente le permitía saber que lo mejor era aliarse con Ainz Ooal l Gown, sin importar lo que el resto de la humanidad pensaba.

   'Siempre eh estado rodeada por imbeciles'

   Lo único bueno de crecer en un mundo donde nadie más que unas pocas personas podían entenderte, era que los tontos eran fáciles de controlar. Y los más divertido, era ser capaz de controlar a la persona que te gusta.

   'Oh, mi lindo perrito, no puedo esperar hasta el día que estemos juntos'

   Escondió su sonrisa retorcida con su mano.
   Había traicionado y vendido a su propio país al reino hechicero para poder quedarse con su perrito. Albedo-sama le había prometido una eternidad junto a él donde el sería solo de ella.
   Pero incluso con su muy alto intelecto había una cosa que no entendía.

  '¿Por que el reino hechicero había tomado una medida tan brusca cambiando su dirección tan abruptamente?'

   ¿Es que algo había cambiado?
   Hoy iba a reunirse con el equipo de aventureras Blue Rose y después iba hablar con Albedo-sama. Ella debería explicarle todo. Mientras tanto, tenía que lidiar con un grupo de fuertes ilusas como Blue Rose.

   Entró a la sala de estas donde ellas ya la estaban esperando.

   —Lamento mucho la demora—, se sentó en el sofá enfrente de ellas. —Entiendo que querían de hablar de algo urgentemente.

   —Así es su Alteza—, comenzó Lakyus, la lider de las blue Rose. —¿Es cierto lo del reino hechicero?

   Renner fingió una cara triste.
   —Me temo que sí. La primer ministro del Reino hechicero llegó hace unos días para darnos la noticia oficialmente.

   Las aventuras se levantaron en angustia y enojo.
   —¿¡Y que ha dicho el rey?! ¿No hay manera de negociar?

   —Mi padre intenta todo lo que puede, simplemente no aceptan ninguna negociación—, la princesa movió la cabeza de izquierda a derecha mientras hablaba.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora