Capítulo 38

819 65 6
                                    

Reino de los Elfos

—¿Cuanto tiempo hasta la capital?—se quejó Zesshi Zetsumei.

—Y-ya casi llegamos, su majestad—. Le dijo el elfo de aspecto delgado y pobre.

Ya habían tardado unos días en carro donde tuvieron que rodear zonas debido a la forma del bosque, donde había espacios entre los árboles tan pequeños que no tenían más opción que rodearlos. Claro que la híbrida se había ofrecido a destruirlos en mil pedazos, peor los demás elfos le rogaron que no lo hiciera.

—Son molestos...—dijo la del pelo bicolor al entrar dentro de la carroza donde esperaba End sentada.

—HmM... Me LoS cOmErÉ—, dijo la world enemy decidida.

Esto hizo que la Zesshi la mirara feo.

—DeSpUeS dE qUe lo DeRrOtEs, ClArO...

Y Zesshi perdió el interés. El viaje se volvió un silencio incómodo. Pero finalmente, llegaron junto a un enorme muro de piedra y madera dentro del corazón del bosque.

—FuE RaPidO...—dijo End sorprendida de que haya tomado tan poco mientras asomaba la cabeza desde dentro.

Con emoción, la miembro de la escritura negra saltó fuera del vehículo y se dirigió a la ciudad. Antes de que nadie pudiera hacer nada, destruyó la puerta principal de un golpe y corrió hacia el edificio más grande que vio.

—¡Su majestad! ¡Espere! Esta no es la-

   Zesshi sacó su enorme oz y saltó hacia la ventana del piso más alto rompiendo la ventana.

   —... la capital—, terminó muy tarde el elfo.

   Todos los demás que no sabían que estaba pasando estaban temblando y asustados de la loca que acaba de entrar en su territorio. Zesshi bajo de un brinco desde el edificio más alto al suelo sin ningún daño, pero tenía una cara fastidiada.

   —¿Y? ¿Dónde está él?—exigió saber al conductor, apuntándole la oz a la cabeza.

   —E-en la capital, mi princesa...

   —¿Eh? ¿Y donde estamos?

   —En Queterra, mi lady. Una ciudad de camino a la capital. El rey está en el palacio que es mucho más grande que este pueblo.

   —¿En serio?—bajo su arma desilusionada. —Y yo que pensaba que todos los lugares del mundo se veían así de pobres.

   Mientras guardaba su arma, un elfo de cabello castaño y ojos azules, que parecía de doscientos años de acercó corriendo hacia ellos.

   —¡A-alto ahí! ¡Yo soy el alcalde de este pueblo! ¡Usted está bajo arresto!

   —¿Ehh?—dijo molesta.

   Moviendo una de sus manos, le dio un puñetazo que sacó volando al elfo. Todos los demás retrocedieron con algo de miedo. Pero ese miedo, pronto se transformó en admiración y esperanza. Los viejos y los adultos dieron una pequeña reverencia, mientras los niños veían la escena confundidos.

   '¿Qué esta pasando aquí? ¿Están ofreciendo respeto a alguien más fuerte?'

   End estaba confundida. Normalmente hubieran atacado o hubieran salido corriendo. Pero ellos estaban mostrando respeto.

   —Por favor, oh ser poderoso—. Una mujer elfo se acercó aún inclinada hacia Zesshi. —Enfréntese a el tirano que nos gobierna. No tenemos nada que ofrecer, pero-

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora