Capitulo 48

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Las cenizas se levantaban del suelo. Más soldados de todas las especies luchaban al lado del dios de armadura plateada. Cada día, llegaban más soldados de todas las especies, más fuertes con armaduras y armas poderosas y nuevas. En contraste, el país de Argland tenía soldados cada vez más cansados para luchar.

—¡Ríndanse! —gritaba el señor supremo a cada pueblo al que le levantaba la espada. —¡Ríndanse y únanse a mí! ¡Les haré justicia!

Los Lord Dragón era conocidos únicamente por su enorme poder. No tenían carisma ni apoyo como para influenciar lealtad en sus súbditos. Y cuando apareció alguien en el mundo más fuerte... rápidamente perdieron la influencia de su país.

Pueblo tras pueblo, tras villa, se rendían ofreciendo lealtad al ser supremo.

—Como usted diga, TaichiMi-sama —dijo el hombre-bestia mientras se arrodillaba hacia su nuevo señor.

—Eh... en realidad es... —el insectoide trató de corregir el nombre, pero se dio cuenta que era mejor no hacerlo.

Sebas, sin embargo, no vio ningún problema en corregir a la derrotada bestia.
—Pronúncielo bien. El nombre del supremo es-

—Está bien Sebas —interrumpió su amo.

—Pero señor... —el mayordomo abrió los ojos un poco confundido.

—Dije que está bien —repitió. —No quiero que vayan... ya sabes, a malinterpretar cosas.

Después de unos segundos, el draconiano pareció entender a lo que él se refería y se inclinó.

Salieron de la tienda para ir nuevamente a otro pueblo a conquistar.

—Esto es demasiado fácil —dijo el jugador con una voz preocupada.

—Por supuesto —contestó Sebas como si escuchara lo más natural del mundo.
—Esto debería ser un juego de niños para un supremo —dijo con total seguridad.
—Eso si, es extraña la falta de actividad de los Dragon Lord. Uno pensaría que ya deberían haber reaccionado en este punto de la conquista.

En respuesta, el campeón mundial asintió. Se dirigió hacia su tienda principal, donde le esperaba una gran mesa con una grande versión del mapa de la nación. Mientras señala con una marcador la próxima conquista, una puerta de Gate se abrió de este a él.

De esta salieron dos figuras, el guerrero Takemikazuchi y el limo negro ancestral, HeroHero.

—Ah, chicos —saludó el paladín con voz sorprendida. —¿Qué hacen aquí?

—Hola Touch-san —saludó el monstruo armado como samurai. —Punitto Moe dijo que esperara a avanzar con la expedición. Dijo que entrar a territorio sin ninguna información previa es una estupidez. No quería esperar en Nazarick para siempre así que vine a apoyarte.

—Ya veo —asintió en comprensión. —¿Y tú Herohero-san? No creí que saldrías de Nazarick por fin.

—Tu sabes que hago trabajo en el reino Touch-san. ¿A quién crees que pusieron de trabajador de escritorio? —dijo con una voz cansada. —Aunque no es nada comparado con el trabajo de antes, que me estén vigilando todo el tiempo es muy agotador... —el slime se derritió sobre su silla.

—Ah, supongo entonces que estás aquí para dormir —dijo el insectoide con una voz burlona.

—No me molestes Touch —respondió con una voz molesta. —Solo quiero distraerme con algo.

—Le dije que pelear contra dragones puede ser divertido —admitió Takemikazuchi, encogiéndose de hombros. —Así que lo traje conmigo.

—Hasta ahora es bastante decepcionante —emitió TouchMe honestamente.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora