Capitulo 33

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    —Tengo que decirles... tengo que advertirles...—un hombre adulto de aspecto cansado corría en un pasillo de un edificio oscuro.  Su caballero estaba desordenado, su camisa hecha un desastre. Su rostro tenía temor y el sudor caía por su rostro.

  Después de pasar por el pasillo, abrí la puerta principal de cristal, subió a su auto y prendió la máquina lo más rápido que pudo. No había logrado ni pasar la cifra cuando varios autos negros ya lo seguían.
Sin pensarlo mucho, sacó su celular y comenzó una llamada. Tal vez no iba a sobrevivir, pero al menos podría transmitir el mensaje.

   —Escúchame... Yggdrasil, la compañía de  Yggdrasil... ¡Ahg! Esta usando su poder en el gobierno, sabe que la cuidad no podrá generar más energía. El administrador está... ¡Uhg!—gritaba calles con furia. El someone de las llantas magnetizadas rugían sobre el pavimento. —creado esta cosa, como una realidad aumentada... totalmente hecha a partir del cerebro... ¡Van a usar jugadores como conejillos de India! Ese loco está tratando de hacer el juego de verdad. Tienes que advertirle. ¡Tienes que protegerlo!

   El sonido de la llamada colgando tranquilizó al hombre que por fin había sido arrinconado. Con fuerza, destruyó el teléfono y con un cuchillo destruyó el aparato que se encontraba en la parte trasera de su cuello. Las cámaras con una línea de luz roja ya le apuntaban. Respiro hondo dejando el aire tóxico entrar.

  El sonido de esa vibración el la oreja se pilló cuando la pistola despegó la bala tan pequeña y silenciosa.

Actualidad

  —¿Bellriver? ¿Qué te pasa?—HeroHero volteó a ver preocupado de su anido que simple te se había quedado quieto en medio del pasillo.

   Estaban a punto de llegar entrar en otra junta. Los únicos que ya no están ahí eran Peroroncino y Bukuchangama que había decidido irse hasta el bosque de los elfos.

   —No nos mal entiendas—, había dicho el ave, —solo queremos alejarnos un momento. Unas vacaciones. El gremio... ya no es el mismo.

  HeroHero respiro hondo tranquilamente. Tampoco es como si pudiera culparlo, realmente. Todos estaban muy tensos. Poco a poco, observaba como la gente que conoció una vez como sus amigos se habían dispuesto a matar gente. Había escuchado que Ulbert ya había destruido la frontera entera de la Teocracia. Sus amigos que eran los jugadores poco a poco se habían transformado en sus avatares. En bestias inhumanas. No solo ellos, sin no también el. Se sentía tan cansado, y a veces... muy hambriento.
   Miró el suelo con pena. Ya se había comido a un grupo de personas. Los había digerido, las galletas ya no lo llenaban.
Ya todos no eran humanos.

   Las juntas ahora no eran más que debates y peleas. Su hambre y deseo de poder se hacía cada vez más grande. A sus compañeros ya nos les importaba el daño colateral. Y el trato exagerado de los NPC tampoco ayudaba. Aunque no actuaban como bestias, aún tenían parte de sus personalidades y ideales. Todos todavía eran personas. Personas... en cuerpos de monstruos.

  Bellriver y este estaban caminado hacia la sala de la mesa redonda. Ministra estaba hablando de lo que harían después, parece que estaba recordando algo.... pero no parecía ser muy agradable.

    —Yo... no recuerdo...—Dijo Bellriver con una cara preocupada. Luego voltio a ver a su alrededor preocupado, y luego miró sus manos. —¿Que era...?¿Que era...?

  —¿Estas preocupado por el jugador desaparecido?—el slime oscuro se acercó a apoyarlo.

  —No es solo eso...
 
  —Vamos—, trató el Black Ooze. —Entremos con los demás.

   La puerta dejó pasar a estas dos con criaturas. Todos los demás excepto los hermanos del hentai y el eroge. Todos estaban callados, pero la tensión más grande de la sala. La tensión más grande vecinos de los ojos de TouchMe, quien miraba a Ulbert con ojos de odio absoluto. Cuando los dos últimos se sentaron, el silencio incómodo se apoderó de la sala.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora