Capitulo 22

780 82 11
                                    

El cuarto era oscuro. Los lugares donde las lámparas iluminaban eran los únicos lugares visibles en el cuarto. Lo demás era completa oscuridad.
Al final de esta habitación había una pequeña jaula de un material transparente. En este jaula estiraba atrapado una criatura envuelta en sábanas. De sus dos ojos, desplegaba una luz blanca. Su cuerpo era un líquido negro, que se mantenía flotando en el aire como una gas. Una sombra tomando forma física.
El heteromorfo se acercó a ella. Una criatura blanca, con tentáculos, una máscara de plata.
Tabula se acercó y se sentó junto a la jaula.

—Muy bien. ¿Por que no lo me dices de una vez?—le dijo a la sombra.

Esta solo miraba. Su luz lo veía justo como una luz de cámara. Desde el otro lado, End miraba al jugador con una vista seria, pero con una sonrisa tranquila.

—¿QuÉ?

—¿Quieres que te obligue a decírmelo?

El world Enemy dejó oír una retorcida risa a través de su sombra.
—¿Y cOmO hArAs EsO?

—Te encontraremos tarde o temprano—, Tabula estaba claramente la paciencia. Pero este no dejaba su emoción flirtear su voz.

—Y cUaNdO aL fIn NoS eCoNtReMoS...—, sonrió de su lado, —TeRmInArÉ lO qUe EmPecÉ...

—¿Lo hiciste o no?—interrumpió a la sombra. —¿A alguien de nuestro gremio?

Esta conversación parecía darle mucha risa, por que la criatura rió de nuevo.
—CaSi Me SiEnTo MaL pOr Él... CaSi...

El pulpo se paró de la silla violentamente. Ahora no solo estaba preocupado, ahora temía lo peor. ¿Realmente alguien de su gremio fue borrado? El miedo lo invadió. Pero tenía que calmarse. Respiro hondo y se alejó de la silla, tapando la jaula con una sábana.
Tabula salió de la habitación con una mirada molesta. Afuera, Albedo lo esperaba con su cara de Póker habitual. Esta se inclinó un poco y se levantó con elegancia y clase.

—¿Ah dicho algo de utilidad la sombra, Tabula-sama?—aunque su rostro mostraba una agradable sonrisa, su voz era seca. —¿Desea que la mate, mi lord?

—No, no—. Continuó con su camino sin darle mucha importancia. —No te preocupes por eso, es demasiado débil. No puede ver nada ni oír nada desde ahí.

Albedo lo siguió desde atrás, con un elegante paso. A pesar de todos sus esfuerzos, una pequeña aura asesina se podía sentir de ella. Para Tabula, esto era obvio. El era su creador, el sabía todo de ella. Solo había algo que no encajaba.
De repente, detuvo su paso con una actitud de seriedad.
Las últimas líneas de código.
"Ella es una perra". Eran cortas y simples, pero claras. Su elemento Gap Moe. Su elemento Gap Moe faltaba.
Antes creía que su actitud se debía a su fachada de alguien educado. Como los demás NPC, debía seguir su descripción a la perfección, ¿no?
¿Entonces por qué? De toda la historia que le dió, lo único que no parecía afectarla en personaje eran las últimas y más importantes líneas de código.
Pasaron días, semanas, un mes, y nunca la vio invitar a nadie al sexo. Cuando le preguntó directamente, ella le admitió que todavía era virgen. ¿Como era posible? Eso no solo hiba en contra de su descripción de personaje, sino su naturaleza de demonio de la lujuria.
Era imposible que nunca sintiera deseos. Simplemente no encajaba. No se lo había dicho a los demás. Esta parte de Albedo significaba una cosa clara. Los NPC no estaban obligados a seguir por pie de la letra lo dictado en se biografía. Más bien, ellos podrían cambiar, aprender. Podían incluso traicionarlos. Es por eso que nunca se lo dijo a los demás. Eso solo traería pánico a sus compañeros.
Los NPC parecían ser completamente leales en su mayoría. Pero había una sola y pequeña excepción. Un solo grupo de NPC traidores.
Este grupo era denominado como la unidad secreta de búsqueda que Albedo le había informado. La operación era buscar a jugadores. Pero había algo que no encajaba en cuanto oyó su descripción.
¿Por que se mantenían en secreto del resto de Nazarick? ¿No debería ser una misión de todos los sirvientes en su conjunto? Y si era solo para recolectar información, ¿Por que incluirán a Rubedo?
Uno podía pensar que era en caso que necesitaran atacar a un jugador, pero Tabula conocía perfectamente el poder de Albedo. Su inteligencia también. Incluso si necesitaran matar a un jugador, Shalltear era una mucho mejor opción que revelar la carta de triunfo del gremio. No, Albedo había elegido a Rubedo por una razón. No era por que ella fuera la más fuerte de Nazarick. Sino por que Rubedo, sería el único NPC de Nazarick que no dudaría en seguir cualquier orden. Especialmente si era atacar a alguien del gremio. No... matar a alguien del gremio.
Vio a Albedo de reojo, quien mantenía una sonrisa tranquila. Luego volteó su cabeza y siguió con su camino.
Desde el inicio nunca confío mucho en el Actor de Pandora. Antes de llegar a este mundo, ni siquiera sabía de él. Los NPC tampoco lo sabían. Es como si hubiera salido de la nada.
La única persona con quien podía confirmarlo era Rubedo. Ella terminó por revelarle todo lo que su hermana le había dicho. Las advertencias de Nigredo eran ciertas. Rubedo sería una terrible amenaza para Nazarick. Pero Nigredo no sabía que sería un peligro si caía en las manos de Albedo.
Es por ellos que había pedido que se incluyera a Auroele Omega. Un NPC guardián de Área con el poder suficiente como para retenerlos en caso de pelea. Ella era completamente leal a Nazarick como grupo. Ella era guardiana del arma del gremio después de todo.
Solo esperaba que fuera suficiente.
Antes de llegar a su habitación, este se paró enfrente de la puerta, y dió media vuelta para quedar enfrente de la succubus.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora