Capitulo 3

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   Le dolía mucho la cabeza. La luz lastimaba sus ojos y el ruido golpeaba con fuerza los oídos. Sus sentidos se agudizaron más nunca. Los sonidos, la luz, el tacto, el olor. Su cerebro tardó unos segundos en asimilar la información que estaba recibiendo. Después de que la bala había traspasado su pecho, todo se había frío, oscuro y callado.

   Era como quedarse dormido.
   Solo para ser despierto de un golpe.

   —¡Agh..!—ni pudo retener el dolor. La voz que había escuchado no era la suya.

   Era una más gruesa, como si tuviera mucho echo. Como el sonido de un insecto gritando. Puso unas de sus manos sobre su cabeza. No podía sentir el calor de la piel de sus viejas y cansadas manos.
Era como una piel hecha de cuero. Como un muy grueso guante de plástico.       

    Definitivamente era su propia mano. Sentía como chocaba contra su rostro. Pero al mismo tiempo no lo era. Era negra, gruesa. Uno podría ver fuertes ligamentos de carne en los dedos, en la muñeca y en el codo.

   Trató de respirar hondo. La inmensa cantidad de aire que sus pulmones sintieron lo asustó.
   Trató de controlar su respiración, y enfocó la vista. Cuando el enorme esplendor de luz finalmente cambió a color pudo observar su alrededor.
Era una sala blanca, con una gigantesca mesa redonda perfectamente hecha. De un material fresco y resistente. Tan resplandeciente como una joya y tan fuerte como el metal.

   No tardó mucho en darse cuenta que no estaba solo. Criaturas asquerosas de todo tipo en encontraban sentados alrededor de la mesa junto a él.

   Cualquier persona se habría desmayado con solo ver a las criaturas. Pero él las conocía. Estas figuras eran los avatares de sus viejos amigos de Ainz Ooal Gown. Lo único raro, es que no recordaba que se hubieran visto tan reales...

   —¿Qué...?—logró decir finalmente. Aún no podía reconocer la voz que salía de su boca. —¿¡Qué esta pasando aquí!?

   Rápidamente levantó su cuerpo con un fuerte golpe. Hasta logro agrietar la mesa. Esto causó que los que estaban dormidos despertaran.

    —¿Qué? ¿Que?—, un hombre pájaro lleno de plumas doradas dio un fuerte brinco saliendo de su siesta. Parpadeo muchas veces pero parecía igual de confundido.

   —Quiero dormir un poco más...— una masa de baba viscosa de un color morado oscuro parecía estarse derritiendo sobre la mesa. —un poco más por favor....—y se volvió a dormir.

   Una figura llena de pelo con dos grandes cuernos sobre su cabeza movió violentamente hacia el que estaba parado.

   —Acaso tu eres...—, empezó a decir como si no creyera lo que veía.

   —Esto es imposible...—, un hombre pulpo se levantó en pánico.

   —... esto debe ser un sueño—, la gigantesca criatura roja con muchas bocas en su cuerpo se levantó y dio algunos pasos hacia atrás.

   —Esto es...—la voz de insecto salió desde sus pulmones nuevamente— ¿¡Yggdrasil!?

   —¿¡Ehhh?!—, gritaron todos al unísono.

   Después de una larga discusión y gritos por la confusión, por fin lograron calmarse.

   —Déjeme ver si entendí—, una slime de color rosa caramelo movió uno de sus babas así arriba como si estuviera alzando una mano. —¿Todos nos morimos y aparecimos aquí como nuestros avatares?

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora