Memorias del rey hechicero

Capitulo 29

   —No te muevas—, le advirtió Momon quien tenía una fuerte aura asesina. Momonga podía verlo perfectamente, estaría dispuesto a matar.

   En estos casos, ¿qué era la mejor acción a tomar? ¿Tratar de hablar con el y convencerlo? ¿Decirle la verdad? ¿Mentirle? ¿Tratar de escapar? Momonga conocía a la persona debajo de ese personaje que el mismo había inventado. Era una fachada debajo de otra fachada. De todas las personas en este mundo, el Actor de Pandora era quien tenía más posibilidades de recordarlo. El era su creador, después de todo. Fue ahí cuando se preguntó qué es lo que haría ese niño que siempre gritaba con un fuerte entusiasmo a todas horas sin él. ¿Se dió cuenta que no estaba? ¿Aún lo recordaría? Recordó la vez que vio a Momon y a Nabe en la plaza principal del Imperio. No pareció haberlo reconocido en ese entonces. Si le decía la verdad ahora mismo, ¿le creería? El era Alguien inteligente, podría ver a travez de su fachada.

   —Escúchame—, Momon sacó a el esqueleto de sus pensamientos, aún con la espada en mano. —Te traeré conmigo de vuelta al imperio de Ainz Ooal Gown y serás interrogado en Nazarick. No vayas a intentar algo.

   El aventurero alejó un poco su espada de la cara del hechicero y le jaló del delgado brazo para llevarlo hasta el barco. Momonga trató de detenerlo, pero no podía hacer nada con su fuerza actual. Miró a ver a Dilt, quien trataba desesperadamente de soltarse de la red encantada.

   —¡Momon!—llamó a su captor aún tratando de soltarse. —No... ¡Actor de Pandora!

   Esto hizo que el de armadura de color negro se detuviera de golpe. El aire bajo unos ochenta grados, volviéndose frío y pesado. Lentamente, el casco de "héroe" lo volteó a ver, con una potente luz roja desde los ojos. Momonga tembló ante esto. ¿Actor de Pandora siempre había dado tanto miedo?

    —Tú...—dijo con una voz grave. —¿Cómo tú...?

   —Se que tienes muchas preguntas, y que no tienes una razón para confiar en mí, pero necesito que me escuches.

   —No—, dijo él con una voz fría. —Todo lo que necesitamos saber de ti, nos lo dirás en Nazarick.

   Jaló el brazo nuevamente, esta vez con más fuerza. Pero antes de que pudiera pedir una [Gate] el mundo se detuvo. El paisaje de verdes árboles y de una azul cielo, ahora no era más que una escala de grises. El sonido había parado totalmente. Era una parada de tiempo.
   Las luz en la única cuenca de Momonga parpadeó un para de veces. Momon no se movía, la elfo decía inconsciente en el suelo. Lo único que mantenía color era el mismo, y el insecto. Dilt seguía tratando de soltarse, sin darse cuanta de lo que ocurría. ¿Pero quien había hecho esto? ¿Por qué solo no funcionó con estos dos? Estaba seguro que Pandora tenía medidas contra hechizos como estos. Con fuerza, soltó su brazo del agarre de Momon quien se mantenía inmóvil. Corrió hacia Dilt.

   —N-no me puedo... No me puedo soltar—, dijo con miedo en los ojos.

   —No te preocupes—, se sentó de rodillas junto a él y usó sus manos para desabrochar los nudos con cuidado. —Ya te tengo.

   Al terminar de soltar los nudos, Momonga sacó a Dilt de la red con cuidado. Este trató de tranquilizarse, pero al ver lo extraño que se había puesto todo a sus alrededor se puso sin más nervioso.

    —¿Qué pasó...? ¿E-el mundo se hizo piedra?—una de sus manos apretó la túnica de Momonga, como un niño.

    El hechicero no le respondió nada para no preocuparlo. No es como si supiera que estuviera pasando de todas formas. Ayudó a él insecto a levantarse, pero este se mantenía aferrado a el otro. Mientras miraba alrededor para buscar alguna posible explicación, una figura de luz se desplazó en el aire desde el templo en ruinas y se acercó a ellos. La criatura de luz blanca tenía una cabellera en forma de hojas pálidas cubiertas por escarcha. Estas estaban decoradas con luces de varios colores. Colgando de su cabeza, tenía un trapo en forma de abrigo. Si no supiera mejor, pensaría de era un árbol de navidad con abrigo. ¿Fue está criatura la causante de esto?