Capitulo 18

804 80 22
                                    

Apenas habían comenzado su viaje y había muchas cosas que lamentaba.

—¡Mira Tizo, una mariposa!—dijo el grandulón con una gran felicidad en su rostro. Si no fuera por su enorme tamaño, lo habría confundido con un niño.

—Sí, ya la veo grandulón—, le respondió el pequeño insecto que estaba marcando una ruta en en mapa con lo que podía ser un palito de granito.

—¿Vamos a tener mariposas en nuestra granja, verdad?—le preguntó Dilt mientras seguía viendo las mariposas pasar.

—Sí, si—, le respondió aún Cosme grado en el mapa. —Muchas mariposas.

Mientras Dilt seguía viendo las mariposas, Momonga observaba la ruta que ponía en el mapa hacia las montañas en la parte norte del continente. Desde ahí, supo que este sería un largo viaje.
El viejo Jorta, mientras tanto, cocinaba un pequeño cubo lleno de sopa en la fogata que habían hecho.
La luz del día se filtraba por las hojas de los árboles. La brisa del viento se escuchaba pasar. Era una tarde preciosa, y este bosque era una de las cosas más hermosas que habían visto. Si estuviera en otras circunstancias, le habría encantado hacer una expedición con los niños en Nazarick.
Ya se imaginaba a Aura corriendo y saltando por las ramas de los arboles, a Mare viendo la naturaleza. Imaginaba que hacía un picnic con todos en este lugar. La manta sería cuidadosamente preparada. Las pléyades les daban bocadillos a todos. Sebas trataba de ordenar los alimentos mientras que Cocytus solo se quedaba a su lado comiendo. Seguro que Demiurge estaría pensando en todos los planes que Ainz tendría para aprovechar los recursos del bosque o dominar este nuevo continente mientras le explicaba a los demás. Shalltear y Albedo estarían peleando de nuevo por sentarse al su lado mientras que el Actor de Pandora hacía poses ridículas cada vez que hacía un comentario. Luego su mente imagino que sus amigos también estaban en esa escena. Su corazón inexistente se apretó. Todos se veían tan felices en esa escena...

—¡Oye! ¡Te hice una pregunta! ¿Estás escuchando?—Tizo lo sacó de sus pensamiento con una cara enfadada.

—Perdona...—se disculpó Momonga, movió la cabeza para olvidar en lo que pensaba y concentrase. —Estaba pensado en algo. En un mal hábito que tengo perderme en mis pensamientos...

—Ajá. Te pregunte si escuchaste lo que te dije.

—No, no lo hice—, dijo con honestidad. Algo apenado. Recordó que cuando era Susaku solía recibir todos tipo de regaños por quedarse pensando.

—Te pregunte por qué quieres ir hasta allí. Hay un templo ahí, si, pero está totalmente sellado. Nadie ha podido pasar por cientos de años.

—Tengo algo que quiero ir a buscar.

—¿Es la fuente de la magia verdad? ¡Todo el mundo quiere eso! Pero hasta ahora, nadie ha conseguido nada. Créeme amigo, ir hasta allá es una pérdida de tiempo.

—Solo llévame. Necesito ir a confirmarlo.

—Uhh, estás convencido, ¿huh?—Tizo pareció rendirse de convencerlo. —No se quien fue el que te dijo lo de la leyenda, pero no es más que solo una leyenda. La única diosa que está ahí es Deseé laMonta.

Momonga escuchó lo que le dijo con curiosidad.

—¿Me puedes hablar más sobre ella, de los otros dioses también?—Tizo volteó a ver a Momonga con incredulidad.

—De verdad eres de otra realidad alterna, ¿no es así?—dio un suspiro cansado.

Jorta había terminado de hacer la sopa. Con pequeños plantones, repartió la sopa entre los dos insectos.

—Aquí tienen...—dijo el viejo mientras los repartía.

Tizo dejó el mapa de lado para agarrar el plato. Dilt estaba muy contento de recibir la sopa. Le dio muchas gracias al anciano y se empezó a devorar la comida. El anciano apagó el fuego y se sentó junto a los demás. Tomó la cuchara y comenzó a tomar la sopa despacio.
Tizo se vio un poco preocupado por que no le habían dado nada al encapuchado.

Memorias del rey hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora