Lucía: ¿o sea me estás diciendo que lleva desaparecido desde las cinco de la mañana?
Victoria: sí -digo llorando desesperada.
Lucía: a ver lo primero que tienes que hacer es calmarte ¿si?, ¿no se te ocurre ningún sitio al que pueda ir cuando está triste? -dice tranquila.
Victoria: tía... no llevamos aquí nada de tiempo... co-como para saber que ya tiene un lugar favorito... -digo con la voz entrecortada.
Lucía: ya pero tu sabes que aquí también lo hacia de vez en cuando.
Victoria: ni siquiera se a día de hoy a donde iba. -sigo llorando.
Lucía: ¿qué hora es allí?
Victoria: las siete de la tarde tía, y como no llegue pronto va a empezar a anochecer.
Lucía: voy a intentar llamarle ¿vale? -dice intentando tranquilizarme.
Victoria: no creo que lo haga, a los chicos no se lo ha cogido.
Lucía: bueno tu déjame intentarlo ¿si?
Victoria: si...
Fin de la llamada
Victoria: me ha dicho que va intentar llamarlo. -me dirijo a mi madre que va de un lado para otro del salón con varias lágrimas derramándose de sus ojos.
Mi padre ha ido en su busca junto con el padre de Payton. Los chicos también están intentando encontrarle, y yo aquí llorando, ¡¿y si le ha pasado algo?!, ¡¿y si lo han matado?!, ¡¿y si lo han secuestrado o algo así?! no, no, por favor, haré lo que tenga que hacer, le pediré perdón, no me pelearé más con el... pero por favor que no le haya pasado nada, por favor. Me digo en mis adentros, mientras más lágrimas se derraman por mis mejillas.
ROSS
Llamada entrante de Lucía
Seguro que le han dicho que me llame, tal vez deba cogérselo.
Ross: hey. -digo sin ánimos.
Lucía: hey. -dice ella suavemente, con un toque alegre en la voz, la echo mucho de menos. Apoyo mi codo en mi rodilla y me llevo la mano libre al pelo, realmente la extraño. -¿qué tal estás? -guardo silencio, no quiero oír su voz. ¿Es qué quiere que llore?, ¿Quiere que el corazón se me rompa más de lo que ya lo está?
Ross: supongo que bien.... -mi cara empieza a hacer una mueca molesta. ¿Por qué la única persona que me entiende tiene que estar tan lejos?, no es justo... joder, no es justo.... Me digo en mis adentros mientras se me empiezan a poner los ojos borrosos por las lágrimas.
Lucía: hey Ross -hace una pausa- sabes que yo también te echo mucho de menos ¿verdad? -dice un poco triste, acabando la frase con una suave risa. Joder. Guardo silencio.
Ross: ya -hago una pausa intentando no romper a llorar- yo también.
Lucía: ¿y sabes que quiero que estés bien verdad? -se me derrama la primera lágrima- y sé que no lo estás. A pesar de que estamos a miles de kilómetros y no te puedo ver sé que mientes. -dice riéndose suavemente. Yo también lo hago, tiene razón, no se cómo lo hace pero siempre me termina leyendo. Me sorbo la nariz. No le contesto, no se que responderle a eso- ¿a dónde vas Ross? -hace una pequeña pausa- ¿a dónde quieres ir? -me pregunta con una voz suave, placentera, pacífica. Yo tardo un poco en contestar, escucho su respiración y creo que ella escucha la mía, mi respiración irregular y caótica.
Ross: no lo sé -digo llorando, ya no puedo más- solo... ya no sé nada -me detengo, ella no dice nada, está esperándome- no tengo rumbo, desde que llegué aquí me siento perdido. -las lágrimas siguen saliendo- quiero... quiero tenerte aquí -le digo con la voz rota y tan baja que dudo que me haya escuchado. Miro al suelo, estoy en mitad de un bosque, está empezando a anochecer, y mis lágrimas se resbalan por mi cuello mojándome así la camiseta. Ella hace silencio.
Lucía: Ross -puf, hace que el dolor en mi pecho crezca y las lágrimas broten de nuevo- yo también quiero tenerte a mi lado ahora. -me dice bajito.- Pero aunque no nos podamos ver y nos separe un mar inmenso yo siempre pensaré en ti, no te voy a olvidar y te esperaré ¿vale? -dice dulce.
Ross: vale... -le digo bajito, la voz no me vuelve.
Lucía: necesito que vuelvas a casa -hace una pausa- porque tienes una familia que está preocupada, y un montón de amigos que están en tu busca. -espera a que diga algo pero no lo hago- Y porque estoy preocupada por ti Ross... por favor vuelve a casa, y piensa que esta será tu nueva vida, que harás nuevos amigos, tocarás en una nueva banda y serás muy feliz allí, te lo prometo. -chs me llevo la mano a los ojos, no es justo tío.
Ross: pero me falta una pieza... -digo de nuevo ya un poco sereno.
Lucía: Ross esa pieza siempre va a estar ahí -me dice alegre- la única pieza que te falta es quererte tal y como eres Ross. Esa es la pieza que te falta. -sonrío, solo puedo sonreír porque me hace feliz, aunque no la pueda ver me hace feliz escuchar tu voz.
Ross: te quiero -le digo suavemente.
Lucía: yo también te quiero. -dice con esa risa que tiene tan bonita.- y ahora vuelve a casa ¿si?
Ross: si...
Lucía: vale, vamos hablando ¿si?, idiota. -dice vacilándome, yo río.
Ross: idiota, hablamos. -nos despedimos y cuelgo.
Ah Dios como puedo estar tan jodidamente enamorado de esa chica. Sonrío mirando al suelo, me masajeo la nuca y miro hacia el cielo sonriendo como un idiota, la quiero de verdad.
Empezó a chispear y me puse de camino a mi casa. El bosque estaba bastante cerca y aunque comenzó a llover fuertemente no aligeré el paso. Estaba tan feliz que solo podía ir despacio, me relajaba la lluvia. Cuando me encuentro delante de la puerta de mi casa, me paro un momento, respiro hondo y llamo. Oigo como corren hacia la puerta, abre Victoria y me abraza llorando como una magdalena, detrás está mi madre la cual hace lo mismo. Y ahí estábamos los tres abrazados, mi madre y Victoria llorando como unas desesperadas y yo respondiéndoles el abrazo.
Ross: lo siento, lo siento mucho.