Capítulo Veintidós

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Lucinda:

Se esfuerza.

Lo está haciendo.

Me traído a cenar a un lugar que en la vida iba a imaginar, con buen ambiente y muy atractivo, sin embargo si digo que se esfuerza no es por esta magnífica cena de ensueño que toda fan desea tener con su Ídolo.

Debo dejar de decir eso.

En fin, es porque si veo muy buenos cambios en el.

—Te escribí una canción.

Mis ojos se abren.

—¿Una nueva canción..? —Le pregunto, Callum sonríe. —Pero anoche..

—Falta terminar algunos ajustes—Me asegura. —Por eso aún no la he sacado, pero Ángel cree que será un éxito.

¿Tan buena es?

Y la escribió para mí.

—¿Como se llama?

—No seas impaciente.

Sonrio.

—Lo sabrás igual que los demás, cuando salga.

Alzo una ceja.—Pero está basada en mi ¿No?

—Sin privilegios esta vez.

Mi sonrisa crece.

—¿Cómo esta el sushi?

Llevo los palitos a mi boca y termino de masticar.

—Es la primera vez que pruebo, pero me gustan.

Callum me observa con esos ojos tranquilos.

—¿Sabes que si me hubieran preguntado si en un futuro me viera comiendo sushi en una cita con mi ídolo? Creo que tal vez respondería en mis sueños.

Callum sonríe.

—Yo no.

—¿Qué?

—Siempre creí que me quedaría con una fan.

El corazón se me acelera.

—Asi pasó..

Mis mejillas se acaloran y el vuelve a sonreír.

—Eres Hermosa cuando te sonrojas.

Realmente amo a este Callum.











(*)











No todo podía ser perfecto.

Y menos los muchos, pero muchos fotógrafos esperando por nosotros afuera del restaurante.

Callum debió hacerme caso y debimos venir en un taxi o un coche cualquiera, en lugar del coche privado con chófer que usa siempre para desplazarse.

—¿Están en una relación?

—¿Callum ella es el remplazo de Jackeline?

Genial, el remplazo.

Comienzan a empujar.

—¿Cómo va tus problemas con drogas?

Algunos paparazzi no se limitan con tal de tener una exclusiva o una respuesta de Callum.

—Señorita.. ¿Hace cuánto conoce a Callum?

Callum me tiene muy bien sujeta la mano y como si ese acto fuera una obra de arte que admirar, los fotógrafos no dejan de tomarle foto a nuestras manos, quisiera soltarlo solo por eso, pero no quiero que piense mal y tampoco mi corazón quiere soltarlo.

—¡Callum, Callum, Callum!

—¡Callum, responde!

Alguien me empuja.

Corrección, me golpea.

Caigo hacia adelante y Callum me logra sostener, sin embargo cuando me apoyo en él, noto al tocarlo, como sus músculos están tensos.

En menos de dos segundos todo se vuelve un caos.

Cuando Callum golpea el rostro del fotógrafo que me empujo.

Bajo los ReflectoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora