Bajo los Reflectores

Capítulo Veintinueve

Callum:

—Termine la canción. —Pronuncio con el cuaderno en mano, Lucinda esta acostada a mi lado viéndome escribir.

—¿En serio?

—La oirás muy pronto.

Ella intenta ver de mi cuaderno.

—Dámelo.

—No, dije muy pronto.

Intenta quitarme el cuaderno, pero este cae al suelo y cuando va a sujetarlo, la detengo de las caderas atrayéndola contra mí.

Dejo caer su cuerpo sobre el colchón y me subo encima de ella.

—¿Qué haces?. —Pregunta notando que permanezco mucho tiempo en silencio.

—Recuerdo.

—¿Qué?

—Lo sexy que es tu rostro mientras follas.

—Callum..

Sonrio y atrapo sus labios con los míos.

La beso despacio y prosigo a desnudarla, como ella hace conmigo, tan pronto como terminamos, ya me estoy meciendo sobre ella.

La sensación es increíble y su rostro lo es también, sonrio ante la excitada cara que me muestra y ella se sonroja, entre risas vuelvo a besarla y hacemos el amor.

Despacio, de eso me encargo yo.

Quiero ir despacio y memorizar cada parte de su cuerpo en mis manos, ella al principio está inquieta, pero terminamos así, entregándonos uno al otro.

(*)

Tengo a Lucinda acostada sobre mí, su cuerpo desnudo cubre el mío y sus manos me sujetan como si no me quisiera soltar, me siento igual.

—Mañana iré a grabar la canción.

—¿Y puedo estar presente?

—No.

Ella se ríe. —Callum...

—He estado pensando en algo.

—¿Cómo en qué?

—Hagamos un viaje.

Su cabeza se levanta y sus ojos se encuentran con los míos.

—Solo los dos, Lucy.

—Acabas de volver a los escenarios.

—Lo sé.

—Ángel se enojará.

—Ángel entenderá una vez que grabe la canción, ha deseado que lo haga todos estos meses, pero finalmente la termine.

Lucinda sonríe. —¿Y a dónde iremos?

—¿Dónde quieres ir?

—Siempre he querido visitar Paris.

—Buena elección.

—Tú ya has ido.

—Solo en giras. —Le prometo. —Pero no he tenido tiempo de visitar la ciudad.

Ella sonríe. —Paris será.

—De acuerdo.

Ahora ella se me queda viendo.

Entonces me lo pide. —¿Cantarías una parte de la canción?

—Lucinda..

—Solo una parte.

Suspiro.

—"Te extraño, baby, eres mi salvación." —Empiezo una estrofa y sus ojos se iluminan. —"Tú me das fuerzas, aunque no estés cerca" "Ni la distancia podrá separarnos, porque tú y yo nos amamos"

Ella sonríe.

—"Porque tú y yo nos amamos.."

Me detengo y observo su rostro, la mirada de Lucinda cambia.

—Callum..

—¿Q..

Lleva la mano a mi rostro.

—Estas llorando...

¿Tan pronto?

Que absurdo, Callum.

—Lo siento, recuerdo todo y..

—Entonces no la cantes. —Me detiene. —Hasta que te sientas mejor.

El corazón se me acelera.

—Pero.. ¿Me escucharas después?

—Cuando te sientas mejor, sí.

Le sonrio.

—Y sé cómo hacerte sentir mejor.

Lucinda se sube encima de mí y yo también me siento, abrazo su cuerpo y la besa, nos movemos juntos mientras mis dedos y sus dedos exploran nuestros cuerpo.

Y en un momento me quedo viendo su rostro excitado y hermoso.

—Callum.. ¿Qué hace...

—Solo me encanta esa expresión.

Vuelve a sonrojarse.

—Y veo a la mujer que amo.

Sus ojos se abren.

—¿Qqu-e dijiste?. —Tartamudea.

—Te amo, Lucinda.

Sus ojos se llenan de lágrimas y me abraza.

—Yo también te amo, Callum.

Esa fue definitivamente la mejor noche de todas.