Los rayos del sol se colaban por la ventana al lado de su cama, sentía un peso pegado en el costado que le impedía moverse para colocarse boca arriba, lentamente fue rodando sobre su cuerpo y miró los cabellos dorados de su hermana en su hombro. Sonrió al encontrarse con su melliza dormida a su lado y se acurrucó mucho más pegándose a ella.
Hace un tiempo que no dormían juntas, desde que Josie había comenzado a alejarse, dejaron de compartir estos momentos que solían llenarlas de seguridad y tranquilidad mutua.
Desde niñas se acostumbraron a compartir la misma habitación e incluso la misma cama... sentían que gracias a eso su vinculo lograba mantenerse unido y reconfortado. La rubia comenzó a moverse al lado de Josie y esta ultima intentó hacerse la dormida, la verdad es que no quería tener alguna charla incomoda luego de haber pasado tantos días distanciadas.
-No te hagas la dormida- la rubia pasó su brazo sobre el estomago de la morena -ya sé que has despertado- Josie abrió los ojos y volteo a mirar a su hermana.
-Buenos días Lizzie- fue lo único que dijo y la rubia se lanzó sobre la chica abrazándola fuerte -agh, no, déjame- se quejó la morena.
-No seas aguafiestas, ven aquí y abrázame- se aferró más a su hermana haciendo que a los pocos segundos la morena también la abrazara con fuerza.
-Te he echado de menos- dijo Josie casi en un susurro sintiendo como una lagrima rodaba por su mejilla.
-Yo también a ti Jo- la rubia también soltó un par de lágrimas. Ambas permanecieron abrazadas varios minutos sin decir nada más. El vínculo de ambas chicas vibraba en el interior de cada una, nunca estuvieron tanto tiempo separadas por decirlo de cierta manera.
Lizzie aflojó el abrazo primero, se volvió boca arriba mirando el techo y luego viró la cabeza para observar a su hermana.
-No quiero seguir con esto- pronunció despacio, Josie no respondió -no quiero que sigamos de esta forma... eres mi melliza y te necesito-.
La morena suspiró antes de responder -Yo tampoco quiero... pero para ser sincera, no creo que me necesites-.
-Pero ¿qué estás diciendo? - Lizzie se levantó de golpe de la cama y se puso frente a estas mirando a su hermana con el ceño fruncido.
-Lizzie, por favor, tranquilízate un poco- Josie se sentó en la cama para mirarla y sintió un ligero pinchazo en su tobillo izquierdo al realizar el movimiento, no se quejó.
-Josette Saltzman, ahora mismo me vas a explicar que demonios te pasa- gruñó la rubia y Josie supo enseguida que su hermana había pasado mucho tiempo sin sufrir un ataque de ira.
-Lizz...- suspiró -bien, lo diré. Llevo semanas sintiéndome apartada. Tú, los chicos. Sé que acordamos respetar nuestro espacio y no pasar todo el tiempo juntas, pero tú...-.
- ¿Yo? Yo lo único que he intentado todos estos días es hablar contigo y acercarme, pero eres tú quién no me deja hacerlo. Estoy cansada de esto, sí, te necesito, pero odio que cada vez que te hablo estés con la mente en las nubes o simplemente pases de mí- Lizzie comenzó a gritar las palabras con enojo y Josie escuchaba intentando interpretar las palabras de su hermana.
-Tu ahora tienes a más personas, yo solo te tengo a ti, tenía a Penélope, pero ahora incluso ella está con sus cosas, y tú, Hope- al darse cuenta de las palabras la morena guardó silencio.
- ¿Hope? – Lizzie la miró entrecerrando los ojos - ¿Acaso de importa Hope? - Josie esquivó la mirada de su hermana, aunque podía sentirla sobre ella.
-Tu y ella no han dejado de estar juntas- susurró, pero su hermana podía escucharla bien- no me molesta, de verdad, esta bien que tengas tus amigos, pero... no lo sé, primero llegó Hope y ahora con Maya, yo...- Lizzie bajó la guardia y se sentó delante de su hermana.
ESTÁS LEYENDO
Haunted Heart
Science FictionEl amor puede ser tanto una bendición como una maldición, los corazones pueden estar embrujados por los ecos del pasado, pero es en su luz donde encontramos la fuerza para forjar un futuro lleno de esperanza y amor. ¿Será esta su salvación o su des...