Capitulo XXII

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La noche llegó pronto aquel día. Lizzie estaba terminando de maquillarse para ir a la fiesta que se celebraría en su honor en el viejo molino. Después de todo, el lunes era festivo y Dorian les dejó hacer la celebración a los mayores. Iría por su puesto con MG, el chico era su mejor amigo y desde que se conocieron, estaba para ella en cada momento. Aunque hace un año aproximadamente, la rubia lo sentía como algo más que solo su amigo, pero no se atrevía a decirlo.

La relación entre ellos era bastante sencilla, Lizzie quería al chico y estaba segura de que él le quería. Pero aún así, a pesar de los años que llevaba sabiéndolo, algo no les dejaba intentar algo más. Probablemente sentían miedo de formar una relación que podría terminar no funcionando y, por ende, arruinarían su amistad. Cosa que la rubia no quería en lo más mínimo.

Aún así, la rubia no podía evitar sentir todo lo que MG causaba en ella. Era un chico dulce, amable, educado y siempre estaba para Lizzie. Bueno, también lo estaba para su melliza, pero con Lizzie siempre era mucho más atento y cariñoso.

-Lizzie, MG está aquí – le avisó su hermana luego de abrir la puerta que el chico tocó suavemente.

-En un momento salgo – contestó desde el baño dando el último retoque de labial.

Justo como indicó, a los pocos segundos salió y una sonrisa iluminó su rostro en cuanto vio al chico de tez morena sentado en la silla de su escritorio. En cuanto el joven la vio, se puso de pie y le ofreció una peonía color rosado como obsequio.

-Gracias – le dijo tomándola en su mano. MG se inclinó un poco para besarle la mejilla.

-Estas muy guapa – le halagó. La chica llevaba pantalones de mezclilla estilo bombacha con un suéter corto de rayas blancas y negras que dejaba ver un poco su abdomen. Sinceramente, Lizzie Saltzman era una chica sumamente guapa.

-Tú también te ves muy bien – dijo de manera coqueta y tierna al mismo tiempo.

-Pueden ya parar, me matan con tanto dulce – le dijo a modo de broma la morena.

-No seas odiosa, Josie – la picó la mejilla el chico haciéndola sonreír.

-Solo está celosa – dijo la rubia jugando.

-Pues te quedas con el mejor partido de la escuela, ¿cómo no estarlo? – siguió el juego con su hermana.

-Venga chicas, no se peleen por mí. Hay MG para todos – dijo de forma galante ganándose un codazo en las costillas de la rubia – ouch – se tomaba con ambas manos el costado.

-Deja de decir tonterías y mejor vámonos – la rubia caminó hasta la puerta para salir cruzándose de brazos. Ella no quería precisamente que hubiese MG para todas...

- ¿Vienes con nosotros? – preguntó el chico antes de salir a la morena.

-No, vayan ustedes. Debo pasar primero a buscar a alguien – dijo sentándose en su cama mientras el chico se acercaba a la puerta por donde ya había salido la rubia.

-Bien, nos vemos entonces. Mejor corro si no quiero que tu hermana me deje – terminó de decir para cerrar la puerta tras de él.

Josie se levantó de la cama a los segundos y fue al baño para mirarse al espejo. Ya se había maquillado, peinado y vestido. Optó por llevar un Capri color negro con un suéter de mangas transparentes color beige junto a sus botas de piel color vinotinto. Algo casual para la ocasión.

Salió del baño para tomar su móvil del escritorio y mirar la hora. Ya era el momento de ir a por Hope, así que caminó hasta la puerta y salió por el pasillo con dirección a la habitación de la mayor. No la veía desde el desayuno y tenía unas ganas inmensas de poder pasar un rato agradable con la chica. A los pocos minutos llegó ante la puerta de la loba y tocó tres veces la madera.

Haunted HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora