Capitulo XXVII

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Había pasado una semana y media, y sin duda las cosas en casa de los Mikaelson se habían salido un poco de control. Para la mayor de la familia, las cosas resultaron más complicadas de lo que esperaba y sus hermanos no estaban colaborando, ciertamente.

Hope llevaba cinco días encerrada en su habitación evitando por completo a los miembros de su familia, las noticias que recibió en los días anteriores la tenían consternada y por qué no, hasta un poco asustada.

Freya le contó a su sobrina sobre los sueños y visiones que estaba teniendo días antes de ir a buscarla a la escuela Salvatore y sin duda, sentía que la vida de las personas que le rodeaban corrían peligro, principalmente los miembros de su familia.

La cobriza se encontraba frente a la gran ventana de la mansión donde se alojaban, sus ojos perdidos en el horizonte del pequeño bosque que rodeaba el lugar.

Hace muchos años que no visitaba aquella casa, desde que era una niña, probablemente, sin duda el estar allí la llenaba de recuerdos, unos buenos y otros no tanto.

Flashback

-Te lo he dicho antes, Hope, debes obedecerme – habló su padre con voz firme.

-Nunca he dejado de hacerlo, pero no entiendo por qué sigues haciendo un escándalo por el simple hecho de que saldría de fiesta con un chico – replicó la adolescente.

-No es un escándalo, simplemente no me agrada y por lo tanto no dejaré que salgas con él – sentenció sentándose en la silla detrás del gran escritorio de madera.

-Estoy cansada de que siempre hagas lo mismo – las manos de la cobriza se encendieron en un fuerte color naranja, seguido de esto, las elevó frente a ella y apuntó a su padre con sus palmas desprendiendo una ráfaga de poder inmenso que hizo volar al mayor fuera de la silla cayendo hasta la chimenea de la habitación rompiéndole el cuello.

Al darse cuenta de lo que hizo, la joven abrió los ojos con miedo y se acercó al cuerpo de su padre con prisa para ver cómo se encontraba.

-¡Papá! – le llamó – papá, ¿estás bien? – las lágrimas de sus ojos comenzaron a acumularse sin control, sus manos temblaban mientras sacudía con suavidad al hombre frente a ella.

-¿Qué ha pasado? – preguntó la morena de ojos verdes al entrar a la habitación - ¡Hope! ¿qué has hecho? -.

-Mamá, yo no... lo siento, no quería hacerlo – Hayley miró a su hija fijamente y se acercó tomando sus manos entre las suyas para levantarla del suelo.

-El va a estar bien, tranquila – la chica de trece años aproximadamente, abrazó a su madre escondiendo el rostro en su pecho mientras lloraba.

-Te juro que no quería hacerlo. Solo, estaba enfadada y discutíamos, pero yo no quería hacerle esto-.

-Estoy segura de que no querías, cielo. Tranquila, tu padre estará bien-.

-Hayley... - una rubia alta entró a la habitación encontrándose con una escena bastante peculiar – oh Dios mío, Klaus-.

-Llevaré a Hope a su habitación, necesita tranquilizarse – habló la madre de la chica -.

-Deja que lo haga yo, quédate con Klaus, yo acompañaré a Hope-.

-Gracias, Freya-.

Fin Flashback

-Como me gustaría estar contigo ahora mismo – dijo la chica abrazándose mientras pensaba en su padre – todo sería más fácil-.

Flashback

-Sé que no es tan fácil de entender, pero tengo el sentimiento de que mis visiones son certeras – pronunció la Mikaelson mayor mientras todos cenaban en el comedor de la mansión – no estoy bastante segura de quien pueda ser, pero está en la escuela a la que asistes y si puede hacerte daño, prefiero que no vuelvas más ahí-.

-Dijiste que podía volver en una semana, solo faltan dos días para que pueda volver y no permitiré que me detengas – Hope hablaba con tranquilidad mientras las miradas intensas de sus tíos no se apartaban de ella – tengo dieciocho años y creo que puedo cuidar de mí a la perfección -.

-Tus padres lo dieron todo para que pudieses vivir bien y tranquila, sin tener que preocuparte porque la maldad que hay ahí afuera pudiese hacerte daño-.

-Y les estaré agradecida por ello la vida entera. Pero no pienso permitir que ustedes sigan su legado y dejen la vida en protegerme -.

-Estas siendo un poco egoísta, hemos estado protegiéndote desde el día en que naciste y aún así, vas a correr a la boca del enemigo simplemente porque no quieres hacernos caso – pronunció la menor de las rubias dejando sus cubiertos.

-Tía Rebekah, a lo largo de los años han peleado con miles de enemigos, han sobrevivido a masacres y sin embargo, creo que es hora de que pelee mis propias batallas. Esta vez, sería mi primer enemigo directo y supongo que lo más racional es que me enfrente yo a lo que está por venir-.

-Deja de ser tan testaruda, sin duda estás siendo una verdadera Mikaelson, pero no podríamos perdonarnos que algo malo te suceda – dijo Kol al otro lado de la mesa.

-Lo siento, tío. Pero hay alguien importante para mí implicado en todo esto y no dejaré que las cosas sean hechas a vuestra manera. Tengo recuerdos de que no todo siempre sale como queréis – Hope corrió la silla para levantarse de la mesa y marcharse a su habitación.

-Hay cosas que quieras o no, nos incumben como familia – pronunció Marcel.

-¡No! -.

Lo siguiente que vino fue una ráfaga de poder que hizo crujir los huesos del vampiro matándolo instantáneamente al quebrarle el cuello.

Las miradas de todos permanecieron en la chica que observaba sus manos con temor. No era la primera vez que su magia se salía de control y sin duda, si no lograba controlarla pronto, podría hacerle daño a su familia, mucho más del que ya estaba haciendo.

Fin Flashback

Toc toc.

Llamaron a la puerta dos veces, Hope volteó el rostro hacia ésta y permaneció en silencio un par de segundos, suspiró y dio unos pasos hasta la misma.

-Adelante – dijo con suavidad.

La puerta se abrió dándole paso a una mujer de piel tostada y cabellos rizados junto a un pequeño que sostenía la mano de su madre; era un niño de piel ligeramente tostada, como su madre, y pequeños rizos rubios que cubrían un poco sus ojos verdes.

-Nikky – la cobriza se arrodilló abriendo los brazos para recibir al nombrado mientras este corría a los brazos de su prima con una sonrisa en los labios.

-Andy – le saludó con un fuerte abrazo mientras no dejaba de sonreír. El niño era el único que llamaba a su prima de aquella forma y a ella le encantaba el cariño que le hacía sentir aquel apodo de su parte.

-¿Cómo está mi Mikaelson favorito? – dijo mientras le llenaba las mejillas de besos. Se había incorporado del suelo con el menor en brazos.

-Bien. Aunque un poco triste – dijo haciendo un puchero que sin querer hizo a la cobriza pensar en cierta morena que echaba de menos.

-¿Qué pasa, mi pequeño lobo?

-Qué ya no pasas tanto tiempo conmigo, solo estás aquí y no te puedo ver, solo si mamá Keelin me trae – ambos se miraban fijamente mientras el pequeño no soltaba el puchero.

-Lo siento, Nikky. No me he sentido bien últimamente – con una de sus manos corrió un pequeño rulo que rozaba la nariz del niño.

-Mami Freya dice lo mismo. Ya no puedo salir de paseo con ninguna – el niño de tres años a pesar de ser tan joven, era bastante inteligente y se daba cuenta de todo.

-Hagamos algo, hoy pasaremos la tarde juntos, jugaremos y comeremos helado de chocolate hasta marearnos – la cobriza sonrió ampliamente contagiando al niño haciendo que juntará sus pequeñas manitos en un aplauso alegre.

-No demasiado helado, con una copa bastará – pronunció la más adulta que desde entonces solo miraba la interacción de los más jóvenes con una sonrisa.

-Pero mamá... - se quejó el niño alargando la 'a'.

-Nada de peros, cielo – ambas sonrieron y la cobriza bajó al más joven para salir juntos de la habitación.

Hasta el momento la tarde iba con normalidad, el más joven de los Mikaelson no paraba de saltar por el salón de la mansión con un traje de canguro mientras su prima corría detrás de él para atraparlo. Hope adoraba al pequeño Nik, era sin duda su Mikaelson favorito, a pesar de que los niños no solían gustarle.

Jugaron sin parar durante horas, sin duda, la energía natural del pequeño se amortiguaba a la perfección con el lado lobuno de la mayor, además de agregarle unas cuantas cargas de azúcar gracias al helado de chocolate que habían tomado horas antes.

De todos los días que llevaban en aquella mansión, por primera vez no se sentía silenciosa ni deprimente. Las risas y pequeños gritos de alegría llenaban las habitaciones de la gran casa haciendo a todos sentirse mejor.

Hope sin embargo, no dejaba de pensar en todo lo que estaba sucediendo y peor aún, no dejaba de pensar en todo lo que estaba por suceder. Si su tía Freya estaba en lo cierto, las cosas a su alrededor iban a complicarse y un mal presentimiento comenzó a embargarla por dentro.

Había prometido llamar y escribir a Josie, pero luego de llegar a casa con sus tíos, no pudo hacerlo en ningún momento. Su tía la hizo prometer que no hablaría de nada de lo que estaba pasando con nadie y sin más, terminó aceptando. Lo único que realmente deseaba era volver a la escuela Salvatore para estar con sus amigos y Josie.

La noche había llegado, todos cenaron juntos por última vez aquella semana. Rebekah y Marcel debían regresar a New Orleans aquella noche mientras que su tío Kol y Davina partirían a Francia a la mañana siguiente para continuar una investigación sobre algunos tipos de magia que estaban llevando a cabo.

Keelin y Freya acordaron llevar de regreso a Hope a la escuela Salvatore al siguiente día buscando la oportunidad de hablar con Alaric quien les había notificado que estaba de paso por la escuela. Por lo menos así estarían un poco más tranquila con lo que respecta al futuro de su sobrina.

-Hope – escuchó la suave voz de su tía entrando al estudio donde leía luego de terminar de cenar.

-Tía Freya – contestó a modo de saludo.

-Cariño... quería hablar contigo a solas antes de que te marches- la cobriza asintió dejándole un sitio a la mayor para que se sentará a su lado.

-Primero... quisiera disculparme por mi forma de actuar estos días. Se que no ha sido la más adecuada ni mucho menos. Es solo que toda esta nueva información me tiene inquieta y preocupada-.

-Lo sé, cariño. Te entiendo, mis sentimientos son iguales. Pero quiero que sepas que lo único que he querido siempre es protegerte. Eres como una hija para mí y si algo llegase a sucederte, me destrozaria – la mirada de la rubia se cristalizó mientras hablaba.

-No permitiré que nada malo me pase. Pero tampoco puedo permitir que nada malo le suceda a las personas que quiero, por eso debo volver a la escuela -.

-¿La quieres? – los ojos verdes se clavaron en los azules de forma maternal y comprensiva, pero también preocupada, esperando una respuesta.

Hope sabía de que estaba hablando su tía, ella era consciente de sus sentimientos por Josie Saltzman, pero aun así, prefirió preguntar con incredulidad.

-¿A quién? -.

-Sabes de quién hablo... vi como se miraban cuando se despedían... la hija de Alaric y tú...

-La quiero, tía – afirmó con seguridad callando a la mayor – la quiero y por eso quería quedarme más tiempo en la escuela. Por eso no recibiste más quejas de mi parte para volver a casa, por eso quiero volver ahora. Porque durante estos días que he estado sin poder mirarla o hablar con ella, siento que algo en mi interior falta. Y no sé cómo ni en qué momento este sentimiento se instaló en mi interior. Pero no quiero dejarlo, porque me gusta, me hace sentir bien, ella es tan... diferente.

El corazón de la mayor se encogió, por un lado, sentía pena al saber lo que podría sucederle a su sobrina de seguir con aquel sentimiento hacia la morena pero por el otro, su sobrina por fin mostraba afecto por alguien fuera de su familia y para Freya se sentía como un logro al saber que estuvo cerrada en si misma durante tantos años.

El problema estaba ahora en si debía contarle toda la verdad a su sobrina y probablemente arruinar todo lo bonito que comenzaba a sentir, o si quedarse callada intentando buscar una solución por su cuenta antes de que fuese tarde para salvar la vida de uno de sus seres más amados.

-¿Ella sabe lo que sientes? – preguntó con tranquilidad.

-No se lo he dicho aún. No de esta manera-.

-Mañana volverás a la escuela. Pero voy a quedarme cerca hasta estar segura de que nada malo te pasará estando ahí – afirmó sin pedir el consentimiento de su sobrina para las acciones que pensaba tomar en el asunto.

-Pues... tenerte cerca nunca ha sido malo – contestó Hope con una gran sonrisa en el rostro y abrazó a su tía con fuerza.

Haunted HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora