XI.

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[Faro de Cavalleria, 20/7/2021, 04:14]

Anaju y Hugo estaban sentados en el muro que protegía al faro del océano. En silencio, esperando a que el otro empezara a hablar. Anaju tenía miles de preguntas por hacer, pero la primera en que pensaba era porqué le había traído a ese faro, a esas horas de la noche. Qué tenía ese faro que lo hacía especial para él? Como si le hubiese leído la mente fue Hugo quién rompió el silencio y empezó a contestar las decenas de preguntas que cruzaban la mente de Anaju.

- Solía venir con mi padre a este faro... él y el padre de Rafa eran muy buenos amigos, los mejores. La última vez que estuve aquí con mi padre fue la última vez que le dije te quiero y esas cosas...

El silencio volvió a irrumpir entre ellos dos, Anaju no dijo nada, a pesar de que imaginaba por donde iba la situación. Le estaba dejando su espacio, le dejaría todo el tiempo del mundo con tal de que pudiese expresarse libremente.

Hugo sacó un cigarro del paquete que siempre llevaba a mano y después de la primera calada siguió hablando.

- Esta es la primera vez que vengo desde entonces. Después de ese verano - a Hugo se le entrecortaba la voz al hablar de su padre - volvimos a Córdoba y... y... y a los pocos días - las primeras lágrimas empezaban a asomar en sus ojos.

- Ey, Huguito, no hace falta que lo cuentes - comentó Anaju al tiempo que entrelazaba su mano con la del chico.

- Quiero contarlo, quiero contártelo. A los pocos días tuvo un accidente de tráfico y, pues, pues, se fue. No sé porqué te he traído aquí. No sé... Cuando mi padre se fue empezó este Hugo, la rabia, la agresividad, la fachada de tipo duro, todo. Nadie ha logrado contener esa ira, Rafa siempre tiene que ir tras de mí, frenarme, agarrarme para evitar daños mayores. Pero contigo ha sido diferente desde el principio... La noche en que nos conocimos fui capaz de contenerme, fuiste capaz de contenerme...

- No me quería subir a la moto porque hace casi dos años tuve un accidente - Anaju rompió a llorar dejando ir todas las lágrimas que había contenido durante la confesión de Hugo.

- Lo siento, no debería haberte forzado. Joder lo llego a saber y nos quedamos en casa - se maldijo Hugo.

- No lo sientas, no lo sabías, algún día debía llegar, algún día debía superar ese terror y tú me has ayudado. No fue nada grave, pero el miedo siempre ha estado. Bueno, no fue nada grave si lo comparas con como suelen acabar los accidentes de moto. Me rompí la tibia, dos costillas y estuve una semana en coma. Por eso no bailo toda la noche, no porque sea una vieja - ambos rieron recordaron su conversación en la fiesta de la piscina.

Después de las carcajadas volvió el silencio al faro. Ambos sabían que acababan de crear un algo especial entre ellos. Hugo terminó su cigarro y volvió a iniciar la conversación.

- Sabes que es lo que más me molesta de lo de Rafa y Eva? - preguntó de forma retórica - Que me lo hayan escondido, que me hayan engañado. A Rafa lo conozco desde el día en que nací prácticamente y a Eva también hace muchos años que la conozco, me jode que me hayan engañado.

- Y no te duele perder a Eva?

- No... En los últimos meses sabía que algo pasaba, sabía que la estaba perdiendo, estaba rara... Ahora entiendo el porqué... Comprendo que se haya enamorado o se haya enrollado con Rafa. Yo tampoco se lo he puesto fácil, ella necesita mucho cariño y yo no quería dárselo... Yo nunca doy cariño, supongo que va en el pack de tipo duro...

- Qué vas a hacer mañana cuando los veas?

- Nada, bueno les diré que me jode que me hayan engañado, pero no les tengo rencor. Yo no estaba enamorado de Eva, si lo estuve, pero ahora era algo más carnal, más pasional... No sé ni porqué seguíamos juntos... Por costumbre, quizás. Por que le hicimos mucho daño a una persona, en su momento, y al menos, yo, sentía que debía hacer que esto funcionase, pero no ha funcionado... No me duele perderla como novia porque no pierdo nada, soy el mismo con o sin ella. Cuando llegué les desearé que sean felices y coman perdices.

Las carcajadas de Anaju inundaron el lugar. Le encantaba el humor del rubio, esa capacidad para reírse de todo, para que nada le importase demasiado, lo admiraba en cierta forma. Esa noche, de forma inconsciente empezó a enamorarse de Hugo, pero no sería consciente hasta más adelante. Se quedaron hablando en el faro hasta que los primeros rayos de luz aparecieron en el cielo.

[Faro de Cavalleria, 20/7/2021, 06:14]

- Quizás deberíamos volver, hay gente que te debe echar en falta... - comentó Hugo

- Si, quizás ya va siendo hora.

- Si quieres volvemos andando, si no quieres subirte a la moto, pero te aviso que son cinco horas andando - vaciló Hugo.

- Creo que prefiero subirme a la moto, tonto - bromeó mientras acariciaba el pelo del rubio.

En este trayecto Anaju sí se agarró a Hugo y él se sintió en el séptimo cielo. Los ojos le brillaban y la sonrisa le ocupaba toda la cara, pero lo disimuló bastante bien. Si Anaju se había empezado a enamorar del rubio esa noche, él ya estaba completamente perdido y lo sabía.

[Villa Azucena, 20/7/2021, 06:47]

Hugo dejo a Anaju en su villa. Se quedó mirando como un adolescente enamorado, que al final es lo que era, como la chica que ocupaba su corazón entraba hacia su casa. Él estaba preparado para arrancar la moto cuando Anaju regresó corriendo donde él se había parado con la moto.

- Qué quieres, te has dejado algo?

- Ana Julieta, ese es mi nombre compuesto.

- Es bonito, me gusta, no sé porque lo escondes... Ya me lo contarás algún día - Y sorprendentemente el rubio se acercó a Ana Julieta y le dejo un pequeño y dulce beso en su mejilla. - Bueno vete ya, Julieta...

Lo que no sabía Anaju es que alguien había presenciado toda esa escena desde la ventana de su habitación.

Días de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora