[White Lodge Close, Highgate, Hampstead Heath, London, 30/10/2023, 00:49 BST]
Hugo subía las escaleras que separaban el comedor de la habitación de Anaju a paso lento, en un par de ocasiones dudó sobre si estaba haciendo lo correcto, sobre si era mejor dar la vuelta y darle el tiempo que necesitaba, pero acabó ganando su parte impulsiva, como siempre.
Toc toc toc
Esos tres golpes hicieron que Anaju se levantará de la cama. Abrió la puerta y se encontró al rubio de ojos color nácar, que con un pequeño hilo de voz la saludó.
- Hola - dijo Hugo tímidamente.
Anaju no era capaz de hablar, desde el momento en que vio como Sophie abandonaba esa casa se había quedado en shock, solo fue capaz de articular dos palabras.
- Lo siento.
El cordobés leyó los labios de la morena y negó con la cabeza, a lo que Anaju frunció el ceño.
- No tienes porque sentirlo, no es tu culpa, es mía. - Hugo estuvo un rato en silencio tratando de encontrar las palabras adecuadas. - He sido yo quién no ha sabido gestionar todo esto - gesticulo con las manos señalándose a ellos mismos - lo he hecho mal y me he portado fatal contigo. Lo siento.
- Ven tonto - dijo Anaju con voz dulce mientras acercaba al chico a su cuerpo.
El rubio y la morena se fundieron en un profundo abrazo. Un abrazo que sonaba a promesa, a prometerse que esta vez sí harían las cosas bien y no se dejarían nada por decir. Hugo acariciaba el pelo de la alcañizana y ésta posaba su cabeza en el hombro de Hugo.
- Anita, ¿puedo dormir contigo esta noche? - preguntó el andaluz rompiendo el silencio que se había instaurado en la habitación. - Hace mil que no consigo dormir bien.
- Claro que si, Huguito - contestó Anaju separándose de los brazos de Hugo.
La morena volvió a tumbarse en la cama mientras observaba como el cantante se desvestía. Con el tiempo los tatuajes habían aumentado, pero aún así sus ojos iban directos al tatuaje que adornaba el lado izquierdo del cuello del chico, ese tatuaje que conseguía prenderla en llamas. El chico se quedó en calzoncillos bajo la atenta mirada de la diseñadora.
- Si quieres, me pongo algo de ropa - dijo Hugo guiñando un ojo mientras se acercaba al borde de la cama.
- Está bien así - contestó la chica tragando saliva.
- Anajus, no calientes si no te lo vas a comer - jugó Hugo con picardía a la par que se metía en la cama.
- ¿Quién dice que yo esté calentando nada? - rebatió Anaju.
*****
- Ana, que no muerdo, puedes acercarte un poco más - comentó Hugo al observar que la chica estaba a punto de caer al suelo.
- ¿Quieres que me acerqué? - preguntó Ana Julieta de forma dudosa.
- Claro que lo quiero, tonta - el rubio tiró del brazo de la chica acercándola hacia a él. Habían quedado en cucharita, la espalda de Hugo contra el pecho de Anaju. La alcañizana aprovechó para deslizar sus dedos con delicadeza por el torso del chico repasando todos sus tatuajes.
Estuvieron un buen rato así, ambos sumidos en sus pensamientos, tratando de organizar todo aquello que querían decirle al otro. Fue Anaju la que inició la conversación.
- Huguito, ¿estás durmiendo? - susurró con delicadeza Anaju.
- No, ¿por? - preguntó Hugo girando sobre si mismo para estar cara a cara con la morena.
- ¿A que te referías con 'todo esto' antes? - la pregunta sorprendió al rubio pero tardó poco en responder. Estaba harto de esconder los sentimientos que la alcañizana seguía despertando en él.
- A todo Anajus, a todo lo que siento por ti. A todo lo que nunca he dejado de sentir por ti, por mucho que lo haya intentado.
A Anaju le brillaron los ojos al escuchar las palabras de Hugo - Y... ¿se puede saber que es lo que sientes Hugo Cobo Cobos?
- Amor, Anaju, amor es lo que siento, un amor que no me cabe en el pecho. Estoy enamorado de ti Ana Julieta Calavia. Decir que no lo estoy sería mentir y estoy harto de mentir.
La chica fue incapaz de esconder la sonrisa tonta que le salió al escuchar las palabras del rubio. De forma inconsciente acarició la cara del rubio, quedando a pocos centímetros el uno del otro.
- ¿Y tú? - preguntó Hugo - ¿Tú que sientes Anita?
- Ya lo sabes Hugo, estoy igual que hace un mes, o peor. Estoy enamorada de ti, hasta las trancas y la única solución que veo posible es luchar por ti.
Esta vez fue Hugo el que fue incapaz de resistirse y se lanzó a los labios de la alcañizana. Fue un beso tierno que confirmaba las palabras que se habían dedicado el uno al otro minutos antes. Poco a poco la intensidad fue subiendo hasta que se separaron para recuperar el aire.
El rubio se quedó durante un buen rato con la mirada fija en los ojos de Anaju, intentando encontrar esas pupilas en medio de dos pozos negros. Fue entonces cuando acepto que había perdido la partida contra su corazón, cuando se dio cuenta que lo único que quería en esta vida era compartirla con la diseñadora gráfica que había robado su corazón hacia más de dos años.
- Buenas noches Anajus - Hugo besó la frente la aragonesa.
- Buenas noches Huguito - esta vez fue ella quién se giró, quedando su espalda contra el pecho de Hugo.
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Días de Verano
FanfictionDebía ser el verano de sus vidas, pero alguien se cruzó en ellas.