XXX.

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[Cosmopolitan UK, 72 Broadwick Street, London, 26/09/2023, 012:23 BST]

En la pausa para comer Ana y Michael se acercaron a Leon's, uno de los restaurantes de comida rápida más cercanos a las oficinas. Sin decir nada, la morena le enseñó y tradujo la conversación de WhatsApp que mantenía con el cordobés, fue el propio Michael quien se encargó de poner fecha a este primer encuentro entre los dos viejos amigos.

- Viernes 29 a las cinco de la tarde, no hay nada que hacer, que él elija el lugar. - Anaju frunció el ceño - Es una superestrella, supongo que el sabrá en que lugares puede parar sin que estén mil paparazzis esperando, aquí, en el Leon's es imposible.

- Cierto - contestó la alcañizana mientras empezaba a teclear el mensaje en su móvil.

[Soho Recording Studios, London, 26/09/2023, 012:23 BST]

ANAJU

Viernes 29 a las cinco, elige tú el sitio

Volver a ver a Ana Julieta, durante más de cinco minutos, estaba a punto de convertirse en realidad. Pero, ¿en qué punto se encontraban? ¿cuál era el lugar más adecuado para encontrarse? Para Hugo, Ana siempre sería su persona a pesar de que ahora estuviese feliz con Sophie, a pesar de que para muchos pareciese que había conseguido pasar página. El rubio estuvo un buen rato pensando cuál sería el mejor sitio para poder verse, sin que los paparazzis le persiguiesen, pero sin que fuese demasiado íntimo.

HUGO

Mi casa.

Ese fue el lugar elegido para Hugo. Su casa en Chelsea. El poco sabía de las intenciones que tenía Anaju con esta reunión, no sabía que ella intentaba recuperar ese vínculo que tanto les unió hacia más de dos años. El andaluz pensó que ella tan sólo quería un trato cordial. Imaginó que a sabiendas de que ambos se movieran por los mismos ambientes no quería que lo suyo pareciese una guerra fría. Imaginando eso Hugo decidió jugar en casa, ese intento de relación cordial podía acabar muy mal y si se iban a retraer todo lo ocurrido que mínimo que jugar en terreno conocido. Allí siempre podía hacer uso de su comodín.

[Cosmopolitan UK, 72 Broadwick Street, London, 26/09/2023, 012:25 BST]

A Anaju casi se le sale el corazón cuando vio el mensaje. Quería verla sola y en su casa. Por un momento olvidó la existencia de Sophie, pensó en Menorca, en esa primera cita en qué sus amigos les dejaron una de las villas sola para ellos, pero fue el propio Hugo quién se encargó de recordárselo

HUGO

A las siete viene Sophie a cenar, dos horas es suficiente ¿no?

Ese era el comodín de Hugo, su novia. La persona que le ayudaba a olvidar a la alcañizana desde hacia casi cuatro meses. Si veía que la cosa se torcía podía adelantar la cena y Anaju no tendría más remedio que abandonar el partido.

ANAJU

Ningún problema

Dos horas no eran suficiente para la morena. Si dependiese de ella elegiría toda una vida al lado del cordobés.

[24 Ryllet Road, Shepherd's Bush, London, 29/09/2023, 15:35 BST]

Anaju abandonó las oficinas a media mañana. Quedaba más de una hora para el encuentro con Hugo y ya estaba repasando todo su armario sin saber muy bien que ponerse. No iban a ir ningún sitio, tan solo a su casa. Hablarían, se pondrían al día y quizás tomarían algo. Era un encuentro informal, pero aun así ella quería dejar sin palabras al rubio.

Finalmente optó por un pitillo y un top ajustado rojo, Anaju quería jugar y quería ganar y sabía que con eso podía decantar el partido hacia su lado. Recogió su pelo en dos trenzas y maquilló levemente su cara. Estuvo dando vueltas por su casa, dejando el tiempo correr, visualizando todos los escenarios que podían darse en cuanto se vieran juntos en casa de Hugo, pero lo que si tenía claro es que ella saldría de ahí dejando claro cuáles eran sus sentimientos. Salió de casa, dirección la línea de metro que la llevaría al barrio de Chelsea cuando quedaba media hora para la cita, si podía llamarse así.

[59 Abingdon Road, Kensington & Chelsea, London, 29/09/2023, 17:05 BST]

El cordobés se miró por última vez al espejo en cuanto escuchó al timbre. Repeinó su pelo por decimocuarta vez en los últimos diez minutos con sus manos y se desabrochó los tres primeros botones de la camisa negra que vestía en aquel momento.

Contó hasta diez, inhaló y exhaló tres veces y finalmente abrió la puerta de su casa.

Los ojos nácar se cruzaron con los ojos color azabache por primera vez en dos años. Hugo intentó encontrar las pupilas de Anaju y ésta intentó descifrar el color de ojos del rubio, todavía no lo conseguían. Se quedaron un rato observándose, en silencio, él en la puerta y ella todavía en la calle. Por las mentes de ambos pasaban velocidad de la luz esos días que compartieron en Menorca y todo lo que pudo haber sido, si ambos no hubiesen sido tan testarudos.

Fueron las primeras gotas de lluvia que interrumpieron los pensamientos de ambos. Sin mediar palabra, pero sin dejar de mirar a los ojos de la morena, Hugo se apartó ligeramente para dejar entrar a la chica.

Hugo cerró la puerta detrás suyo y siguió los pasos de Ana hasta el salón de la casa. Una vez allí por fin se saludaron.

- Hola - dijo Anaju tímida extendiendo su mano para saludar al rubio con un apretón de manos tal y como hacían los ingleses.

Sin saber muy bien porqué, Hugo la cogió de la mano y la arrimó contra su cuerpo quedando ambos a pocos centímetros. Volvieron a observarse, los ojos de Anaju viajaban de los labios del rubio a sus ojos anacarados y lo mismo hacían los de Hugo. Eran dos panteras sedientas, viejas conocidas, que tenían ganas de devorarse otra vez.

- Hola Anajus - susurró el cordobés.

Y se lanzó a los labios de Anaju, actuando sin pensar, sin controlar, como él era. Y una vez más fue Anaju quién echó el freno. Quién controló. Rechazó ese beso, puso su mano en el pecho de Hugo y lo apartó ligeramente.

- Pablo... - mustió Hugo en reacción a ese rechazo.

- Pablo no, Sophie.

La alcañizana cogió de la mano a Hugo y lo llevó hasta el sofá. No pensaba decirle todo lo quería decirle de primeras pero la situación se dio así. Bajó su mirada al suelo, ordenó sus sentimientos y comenzó su monólogo.

- Hugo, no hay Pablo, dejo de haberlo en cuanto nos vimos en la Cosmo, no hay nadie que desee ese beso más que yo, pero no quiero falsas esperanzas y no quiero hacer daño a Sophie. Seguro que Sam me diría que no pensase en ella, que esto te toca a ti, pero así soy yo. En cuanto escuché tu disco hace unos días. Ojalá lo hubiese escuchado antes, ojalá hubiese aceptado antes que te necesitaba, porque hubiese corrido a tus brazos, antes, cuando no había nadie más, igual que lo hago ahora. Sigo enamorada de ti y creo que lo voy a estar siempre.

Días de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora