[White Lodge Close, Highgate, Hampstead Heath, London, 28/10/2023, 12:17 BST]
Los últimos en llegar durante la mañana del 28 eran Hugo y Sophie. En el momento en el que solo quedaban ellos por llegar Anaju empezó a dar vueltas por la casa, era un manojo de nervios, ella que era la calma personificada no pudo mantenerse sentada más de cinco minutos.
Ding dong
El sonido del timbre interrumpió su enésima excursión por las diferentes estancias y volvió rápidamente al salón principal, donde estaban todos conversando. No quería ser ella quién recibiese a la pareja.
Fue Rafa quien se dirigió con prisa a abrir la puerta para recibir a su mejor amigo. Se lanzaron el uno a los brazos del otro, hacia meses que no se veían, una lágrima se escapó de los ojos de Hugo, a pesar que él nunca lloraba. Después de ese intenso abrazo, Hugo fue saludando a él resto del grupo, algunos no los veía desde el último verano en Menorca y su novia hizo lo mismo, aunque algunos como Rafa y Sam ya la conocían, nunca la habían visto en persona.
A medida que se iba acercando a Ana Julieta el cuerpo de Hugo se iba tensando. En un principio pensó que podría fingir indeferencia ante la chica, pero pronto se dio cuenta que eso sería imposible.
Anaju trató de evitar la mirada penetrante del rubio. Miraba a todas partes, a sus amigas, a sus manos, a los muebles, menos a él. Sabía que si caía en los ojos del rubio iba a ser incapaz de mantenerse firme.
- Hola - susurró el rubio tímidamente cuando tuvo delante a la morena.
- Hola - Anaju sonó seca al contestar a Hugo y él enseguida lo notó.
- Lo siento, sé que me estoy comportando como un gilipollas, pero no sé como manejar todo esto.
- No hace falta que lo manejes, tienes que estar con Sophie, ¿no? Pues estate.
Rápidamente se alejó de Hugo para saludar a Sophie, que le dio un abrazo que parecía amigable, pero pronto se dio cuenta que no.
- Eres una mentirosa, no vas a estar con Hugo nunca - susurró la americana al oído de Anaju.
- Vaya, cero sorpresas - murmuró la morena hacia sus adentros. - Tranquilita que no lo quiero, todo para ti - dijo esta vez dirigiéndose a la modelo.
Anaju rompió el abrazo y prestó atención a Sam que estaba hablando para todo el grupo.
- Ahora que estamos todos, toca repartir las habitaciones - explicó Sam. - En total hay 11 habitaciones, dos están en la planta baja y suelen ser para el staff...
- Staff, que no tenemos - interrumpió Rafa provocando las risas del grupo.
- Exactamente, amigo mío, - continuó Sam - así que en total hay nueve habitaciones. Somos cinco parejas y dos solteros, lo que hacen 7 habitaciones y aún sobraran dos. En la planta de arriba de todo hay cuatro habitaciones, en la segunda otras cuatro y en la principal una. Habíamos pensado en usar las cuatro de la segunda y tres de arriba de todo, ¿os parece bien a todos?
Todo el grupo asintió y Sam siguió con su monólogo.
- Arriba de todo estamos ya instalados Anaju, Flavio y yo. Faltaría una habitación más.
La morena rezó hacia sus adentros para que Hugo no se ofreciese voluntario, aunque de nada sirvió. Rápidamente el rubio levantó su brazo y dirigió su mirada a Anaju.
*****
Anaju estaba terminando de instalarse en la que sería su habitación durante los próximos siete días, sin saber que Hugo la observaba desde el marco de la puerta.
- ¡Joder! - exclamó la aragonesa cuando se giro y vio al rubio.
- ¿Aún te asustas por todo? - preguntó Hugo de forma dulce.
- Sí. ¿Algún problema?
- No, no, joder. Lo siento, no sé cuantas veces voy a tener que pedirte disculpas, pero lo haré. - sé sinceró el rubio.
- No hace falta que pidas disculpas, puedes volver con tu novia.
- En el fondo te gusta que esté aquí, en el fondo te gusta que te preste atención - contestó Hugo con chulería - es lo que deseas, me deseas.
- Pensaba que habías superado el síndrome creerte Mario Casas en 3MSC. - respondió Anaju mientras se dirigía a la puerta para cerrarla.
- Pensaba que te ponías como una moto cuando me pongo en modo chulito - Anaju empujó al rubio y cerró la puerta.
Era cierto que el cordobés conseguía prender el cuerpo de la alcañizana en llamas cuando usaba ese lenguaje, pero ella no iba a dejar que lo notase.
- Joder, Ana, lo siento - gritó Hugo desde detrás de la puerta. - Ya sé que has dicho que no lo sienta, pero lo siento, déjame explicarme.
La morena recordó la conversación que había mantenido con Rafa el día antes, y después de un pequeño debate interno decidió abrir la puerta.
- Cinco minutos, Hugo, cinco minutos.
Anaju se sentó en un sillón y Hugo en el borde de la cama.
- Llevó sin dormir bien desde el día en que nos vimos en la revista. Desde ese día que no he sabido cómo actuar. Estuve muy cabreado al principio, pero poco a poco estoy aceptando que nadie tiene la culpa que el destino nos haya juntado de esta manera. Si alguien la tiene soy yo, por haber sido un puto cobarde. El día que estuviste en mi casa, no pensaba, no fui consciente de nada hasta horas más tarde, simplemente me dejé llevar Ana, porque es lo que deseaba desde hacía mucho tiempo, es lo que todavía deseo. Pero no puedo, por la discográfica. No ahora, pero quizás en unos meses, semanas...
- Hugo, me creería todo esto sino hubieses dejado de hablarme después de lo que pasó en tu casa.
- Si te seguía hablando no iba a ser capaz de cumplir con las peticiones de la discográfica así que decidí cortar por lo sano.
- ¿Qué coño pasa con la discográfica? - cuestionó Anaju con cierta exasperación.
- Me han pedido perfil bajo, que no cree ninguna polémica antes de lanzar el single, todavía no soy un artista consagrado y cualquier mierda puede perjudicar mi imagen. Nunca había tenido problemas con eso porque nunca me había perseguido la prensa rosa, hasta que empecé a verme con Sophie.
- ¿Y qué pasa cuando saques el single? - Había un ligero enfado en las palabras de Anaju.
- No lo sé, Ana.
- Yo si lo sé, que entonces sacarás otro single, y luego el disco y luego la gira y pretenderás que yo te esté esperando eternamente - el enfado cada vez era mayor - y me jode, me jode porque entiendo porque lo haces pero me jode. - Las primeras lágrimas empezaron a caer por las mejillas de la morena.
Hugo se levantó de la cama y se acercó al sillón donde estaba sentada la chica. La cogió de las manos y la levantó, estaban uno en frente de otro y por primera vez en todo el día sus ojos establecieron contacto visual. El rubio acarició la cara de Ana Julieta limpiando sus lágrimas.
- Nunca me contaste porque solo la gente de confianza sabe que te llamas Ana Julieta. - Susurró el rubio dulcemente.
- Ya te lo contaré algún día, Huguito, ya te lo contaré.
Los labios de ambos estaban a pocos milímetros, pero esta vez había una razón de peso que a Anaju no le permitía dejar de lado su raciocinio.
- Hugo, - Anaju puso más distancia con el rubio - será mejor que vuelvas con Sophie, si no quieres que lo largue todo a la prensa rosa.
- Ojalá hubieses llegado un mes antes... - suspiró Hugo mientras abandonaba la habitación.

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Días de Verano
FanfictionDebía ser el verano de sus vidas, pero alguien se cruzó en ellas.