Pasaron los días en Menorca, Hugo y Anaju eran felices, se enamoraban cada día más y se enganchaban cada día más, obviando que su final era inevitable. El uno para el otro se habían convertido en esa droga de la que no podían prescindir, Hugo para Anaju significaba perder el control y Anaju para Hugo era paz. Pero una llamada les recordó que el desenlace de su historia estaba cerca.
[Villa Truvi, 30/7/2021, 09:21]
Hugo llegó a la isla con una decisión por hacer, asistir o no a las clases de la universidad el próximo mes de septiembre. En un principio él siempre tuvo la decisión clara, desmatricularse y mudarse a alguna de esas ciudades donde parece que los sueños se cumple, pero no contaba en que conocería a una publicista de Barcelona, que le cambiaría todo.
El móvil del rubio despertó a la pareja, era su madre preguntando por su decisión, ya que si finalmente decidía cursar la carrera debía empezar a buscar piso o residencia en Barcelona. Sorprendentemente Hugo no supo que responder a las cuestiones de su madre, lo que hace dos semanas era algo obvio para él ahora no estaba tan claro. No estaba listo para dejar ir sus sueños, pero tampoco tenía claro si lo debía arriesgar todo por un amor de verano, o si realmente merecía la pena dejar de luchar por aquello por lo que llevaba trabajando toda su vida por una historia que bien podía tener final feliz como no tenerlo. En esa llamada con su madre hubiese deseado tener una bola de cristal que le mostrase cuál era la decisión correcta. Y la bola de cristal, como no, acabó apareciendo en forma de Anaju.
- Qué quería tu madre? - preguntó Anaju cuando Hugo volvió a su habitación.
- Que qué pienso hacer el año que viene, bueno el año que viene, de aquí mes y medio - aclaró Hugo.
- Y qué le has dicho? Como se ha tomado que no vayas a la universidad? - Anaju ignoraba completamente los pensamientos del rubio. Una parte de ella deseaba que Hugo se decidiese por Barcelona, porque aunque sabía que ahora no era su momento, pensaba con ambos en la misma ciudad sería más fácil que el destino volviese a unirlos, pero la poca cordura que le quedaba sabía que dos semanas no podían interferirse en los sueños de Hugo. Si él quería Londres sería Londres.
- No le he dicho eso - contestó Hugo, sin saber si explicar el motivo de su indecisión.
- Y entonces? - Anaju frunció el ceño.
- No sé lo que voy a hacer en septiembre, Barcelona ha vuelto a ser una opción para mí - el rubio bajo su mirada al suelo, temía enfrentarse a la reacción de Anaju.
- Porqué? - Las peores pesadillas de Anaju empezaban a hacer de las suyas. Su parte racional no podía permitirse pensar que Hugo podía abandonar su sueño de ser cantante por ella, y menos aún cuando estos días había visto el potencial que tenía. Solo necesitaba que alguien importante se fijara en él y lo tendría todo. Por mucho que su locura, su parte irracional deseasen a Hugo en Barcelona, solo podía pensar en como se sentiría si eso salía mal, si Hugo olvidaba la música por una relación fallida.
- Por ti. - Hugo soltó la bomba y seguía sin poder mirar a Anaju. En pocos días había aprendido a leerla y sabía que ella le diría que no, que no permitiría que fuese a Barcelona solo por ella.
- No, Hugo, si vas a Barcelona es porque quieres ser profesor de educación física antes que músico. No lo harás por mí.
- No quiero ser profesor de educación física, te quiero a ti y tu estás en Barcelona.
- Hace diez días querías Londres, Nueva York, Los Angeles y lo sigues queriendo. No me permitiría que dejases escapar eso por algo que no sabemos como va acabar.
- Danny y Sandy tampoco sabían como iba a acabar y arriesgaron.
- No Hugo, no. Danny y Sandy no sabían como iba a acabar y por eso lo dejaron al acabar el verano. Fue el destino quién se encargo de unirlos otra vez. Nuestro final está escrito en el calendario, lo sabíamos antes de empezar. El 4 de agosto se acaba todo.
- Y que pasa después del 4 de agosto? Yo te necesito Anaju, no puedo hacer como si no te conozco, mientras espero que nuestro caminos se vuelvan a cruzar por arte de magia. - Las lágrimas de rubio que se agolpaban desde hacia rato en sus ojos, empezaron a caer.
- No vas a tener que hacerlo porque mi número de teléfono lo vas a tener siempre. Nunca tendré problema en contestarte a una llamada. Pero Huguito, por favor no llores porque no quiero empezar a llorar cuatro días antes.
- Tu crees que nos volveremos a cruzar? - preguntó Hugo secándose las lágrimas.
- No hay nada que más desee pero todo a su debido momento, no hagamos cosas de las que nos podamos arrepentir. No dejemos de hacer cosas el uno por el otro. Está bien dejarse llevar pero a veces hay que controlar un poco.
- Pero aún nos quedan cuatro días para perder el control no?
- Claro que sí Huguito - afirmó Anaju mientras se recostaba en el pecho del chico.
La alcañizana supo encontrar las fuerzas que no tenía Hugo para encarar esa conversación. En muchos momentos pensó en decirle que también podía ser cantante en Barcelona, que no perdían nada en intentarlo, pero sabía que en el fondo era una locura. Recordó su verano de final de bachillerato y lo poco que lo hubiese disfrutado si hubiese estado atada a otra persona.
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Días de Verano
FanficDebía ser el verano de sus vidas, pero alguien se cruzó en ellas.