Entramos de nuevo a la habitación. Salma lo hace alegre al haber aceptado su propuesta de darle una vida normal a Buno. No es la primera vez que sigo o accedo a sus locas ocurrencias.
—Hemos pensado en algo. ¿No es así Clea?
—Sí —respondo sin ánimos.
—Bueno, Clea quiere ser agradecida contigo.
—Tienes dieciocho años y pienso que debes de continuar con tu vida, así que para comenzar puedes pedirme algo. —Termino de explicar.
—¿Lo que sea?
—Sí.
—Pero, ¿y todos mis documentos?
—Nos encargaremos de eso en estos dias, bueno, yo lo haré–responde Salma.
Salma es experta en falsificar y conseguir documentos. Los hace lo más reales posibles sin que nadie sospeche de su falsedad. Puede ir a prisión, pero parece no preocuparle.
—Quiero un trabajo.
Salma y yo nos vemos por unos segundos—. ¡La cafetería de la escuela! —gritamos al mismo tiempo.
—La cafetería de la escuela necesita personal —explico al verlo confundido—. Salma, ¿crees tener todo listo para el lunes?
—Mañana es domingo así que haré todo lo posible.
—Perfecto.
—Clea necesito ducharme.
—El baño está pasando el pasillo, derecho —respondo señalando en dirección a la puerta.
Él sale llevándose su maleta.
—Te noto pensativa —comenta Salma al verme mirando un punto fijo.
—No sé cómo sentirme al respecto, esto es imposible, que él esté aquí es imposible. E igual tengo miedo de que mi madre y Thomas lo encuentren.
—Clea, él es real, está contigo, y yo también, sabes que te apoyaré en lo que sea.
Salma y yo somos mejores amigas desde que se mudó aquí. Ella tenía 6 años y extraña su país de origen, Colombia. Pero Wonster le gusta. Dice que es un buen lugar para vivir y que los extranjeros son atractivos. Sigue sosteniendo sus palabras hasta ahora. Nos conocimos en un parque. Yo evité que comiera una hamburguesa de lodo. Después su madre y la mía tuvieron una larga conversación acerca de «Como desinfectar las manos después de un largo paseo en el parque». Pensándolo bien. Su madre se preocupaba por eso y nunca supo que Salma comía lodo en todas sus salidas. Yo lo sé ya que en una de nuestras noches jugamos verdad o reto y lo confesó. Ellas entablaron una linda amistad y nosotras igual. Hasta que nuestras madres dejaron de estar en contacto por sus respectivos divorcios. Sí, también tenemos eso en común. Vivir con padres divorciados me ha resultado más difícil a mí que a ella, ya que su padre vive actualmente en Colombia y el mío a tan solo una distancia considerable.
—Necesitamos que no salga de la habitación al menos que sea sumamente urgente.
—Le diré a Thomas que termine el baño de la habitación y puede usar las escaleras de la ventana para salir y entrar.
Bruno entra usando ropa nueva y con su cabello totalmente húmedo. Me percato de lo que hice al haberlo mandado al baño solo y la suerte que tuve de que mi madre o Thom no lo vieran.
—Puedes usar esa caja para poner tu ropa, la llevaré a la lavandería dos veces por semana.
—Gracias Clea.
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Deseo a Bruno
Teen FictionClea Tryson es adicta a las listas. Es fiel creyente de la organización y goza de una estabilidad emocional casi perfecta. Todo comenzó con su primer lista, hecha desde los seis años, en la cual anotaba todos los deseos que pedía enumerados del uno...