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Me refugio en la biblioteca. Trato de leer un libro pero mi mente solo se concentra en recordar lo que pasó ayer. Inevitablemente mis labios forman una sonrisa tonta.

-¡Lo sabiamos! -gritan Salma y Chard saliendo de su escondite.

-¿Me estaban vigilando? -pregunto indignada.

-¡Claro que sí! -responde Salma en un grito -. Teníamos que hacerlo. Anoche te llamamos y sonabas muy agitada. Después, no entraste a ninguna clase y como último punto, sonríes como una tonta enamorada. ¡¿Se acostaron?!

-¡Shh!

Se recargan en la mesa quedando muy cerca de mí. Están muy seguros de que contaré lo sucedido con Bruno.

-Sí. Solo no vayan a...

-¡Ahhhh!

-Gritar -termino la oración.

Me obligan a contar cada detalle. Están muy atentos, en realidad es la primera vez que los veo tan atentos y felices.

-¿Poner música a todo volumen? -pregunta Chard divertido-. Clea, mereces el premio a la mejor idea.

-¿En dónde quedó el: «Protegeré mi virginidad con uñas y dientes»? -pregunta Salma imitando mi voz-. Siempre decías lo mismo.

-No dudo que no haya usado uñas y dientes, pero no para proteger su virginidad -responde Richard en mi lugar y los dos estallan en risas.

-No es gracioso.

-Sí lo es. Clea Tryson se acostó con uno de los chicos más sexys del planeta.

Ruedo los ojos y recargo mi frente en la mesa. Ahora no me siento tan bien de haberlo hecho. Las cosas con Bruno pueden cambiar y tal vez se quede con la idea de que podemos acostarnos las veces que quiera. Y no será así. Esta vez lo juro por la vida de toda mi familia.

-Mi pequeña Clea ha crecido. ¿Cómo te sientes ahora?

Es una buena pregunta. Y una que no puedo responder.

-No lo sé.

-Adivino, te duele el cuerpo -dice Salma con seriedad.

-¿Podemos hablar de otra cosa? -sugiero.

-¡Te duele el cuerpo! -gritan por cuarta vez en lo que lleva del día.

Bruno entra a la biblioteca y se sienta en nuestra mesa. Sabe muy bien que si no me encuentra por ningún lado, la biblioteca es mi refugio. Todos saben eso.

-Hola -saluda y me da un tierno beso en los labios. Él nunca había hecho eso.

-Nosotros nos vamos -dice Chard. Antes de irse me brindan una mirada maliciosa.

Bruno se levanta y se sienta enfrente de mí. Me toma de las manos y juega con una de mis pulseras.

-Clea, necesito preguntarte algo.

¡Ahhhh! He esperado este momento toda mi vida. Vivo por este momento. Me mira a los ojos y me sonríe tímidamente. Trato de contener la felicidad y prácticar mi respuesta mentalmente para no sonar desesperada.

-Tal vez no es el lugar o el momento indicado, pero no puedo resistir más.

¡Solo dilo! ¡Por favor!

-¿Quieres ser mi no...? -Un grito por parte de Mike lo interrumpe.

¡¿Enserio?!

-Te busqué por todos lados. Necesitamos terminar el proyecto de Joshua, la clase comienza en diez minutos -explica impaciente.

Deseo a BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora