7

59 10 2
                                    

Ya dentro del coche razono todo lo que la señora Moon me dijo.

-El chico de cabello castaño -susurro-. ¡Maldición! Noah.

Durante todo el camino a casa no paro de pensar en eso. Aunque debo de admitir que me siento afortunada y que mi conclusión no es lógica si lo que dijo fue en orden cronológico.

Estaciono en el garaje y me bajo. Al entrar a la casa noto que aún no llegan mis padres pero Bruno ve cómodamente la televisión en la sala.

-Pensé que era tu madre.

-¿Bruno? -Él voltea a verme-. ¿Enserio no recuerdas nada? Me refiero a que, dijiste que ya existías.

-Es tan difícil para ti como para mí. Si buscas respuestas no las tengo, Clea. Ni siquiera sé quién era, que soy y que será de mí.

Sus ojos me miran fijamente. Su pecho sube y baja. No es difícil que oculte sus emociones. Pareciera como si mis preguntas le fueran realmente incómodas.

-Lo lamento. -Dejo las llaves en la mesa de centro.

-Limpié tu habitación, quería ayudar en algo.

-Gracias.

~~~

No pude dormir en toda la noche al pensar en eso. Ya es de mañana y me encuentro con los chicos en la cafetería para explicarles todo lo que pasó ayer.

-¿Eso te dijo? -Salma y Richard preguntan al mismo tiempo. Aparentemente sorprendidos.

Me resultó más difícil contar lo que dijo la señora Moon de lo que esperaba. No pararon de hacer preguntas en medio de la explicación y que me miraran con los ojos tan abiertos me hacían sentir aún más nerviosa.

-Sí.

-En mi caso, si hubiera tenido la oportunidad de que se cumplieran mis deseos hubiera pedido un trasero enorme y envidiable.

Reímos ante su comentario.

-Richard, tu trasero es perfecto.

Salma lo ve con lujuria haciendo que Richard se sonroje.

-Gracias cariño.

Puedo ver a Bruno feliz conversando con los chicos mientras trabaja. Nunca voy a desear algo más, mucho menos que se vaya.

-¿Irán a la fiesta de Noah?

-Sí -respondemos Chard y yo al mismo tiempo.

-¿Cuáles serán sus disfraces?

-Yo seré una conejita mala -responde Chard mordiendo un pedazo de su zanahoria.

-Bruno y yo los iremos a comprar mañana.

-Espero que se disfracen de novio y novia.

-Eso nunca pasará -respondo.

-Debes de ser más positiva Clea.

-Tal vez no es porque él no quiera. Es porque yo no quiero.

Abren sus ojos y dejan de comer para mirarme. Menean la cabeza sin creer mis palabras.

-No sé cuánto tiempo lo tenga a mi lado y no quiero hacerme la idea de un futuro con él.

No sé cuantas veces he aclarado esto. No quiero contarlas ya que me sería una preocupación y una responsabilidad más.

Deseo a BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora