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     —¡Charlie! —corro hacia él y lo abrazo.

     —¡Hey!

     —Adivina que sucedió en mi fin de semana.

     El salón se encuentra vacío, es lógico, faltan diez minutos para que la clase comience.

     —Mmm. ¿Ganaste la loteria?

     —Algo mejor.

     —Me rindo.

     —Tuve un beso bajo la lluvia y bailé mi canción favorita con el chico de mis sueños —digo y acompaño mi anécdota con un largo suspiro.

     —¿Bruno?

     —¡Sí!

     —Me alegro por ti. Tu fin de semana estuvo mejor que el de Noah Silverton.

     —¿Qué sucedió? —pregunto. La preocupación se nota en mi tono de voz pero trato de no pensar en lo peor.

     —Tuvo un accidente en su coche el sábado por la tarde. Se rompió el brazo.

     Ahora sé la razón por la cual no estuvo presente en la fiesta de Trisha.

     —¿Está mejor?

     —Sí. Volverá a la escuela mañana pero no podrá practicar lacrosse en un par de meses.

     Hago una mueca de desagrado. El lacrosse es muy importante para Noah. Salma dice que algunas tardes el equipo practica en el gran patio de la casa de Noah. A eso le llamo dedicación.

     —Lo llamaré después de clases.

     Termina de acomodar sus libros y se sienta en la mesa. La barba de Charlie ha crecido notoriamente y su cabello abunda, tal vez es porque está despeinado, aún así, hace resaltar el azul de sus ojos.

     —¿Ya pensaste qué harás en Navidad?

     —Presentaré a Bruno ante mis padres. Pienso contarles todo.

     —¿Te creerán?

     —Ese es el problema. Quieren que retome mis terapias.

     —¡Auch! ¿Tan mal te ven?

     —Al parecer —respondo divertida.

     —¿Bruno y tú ya formalizaron su relación?

     Me quedo pensando unos segundos, aunque me avergüenza admitirlo, respondo:

     —No. ¿Crees que no quiere algo formal conmigo?

     —Que no te ame lo suficiente no puede ser la única razón por la que no lo haga. Aveces es inseguridad, lo que provoca el miedo a la respuesta.

     —¿Bruno inseguro? —preguntó incrédula—. Es lo más cercano a la perfección.

     —Hasta la rosa más hermosa tiene miedo de no ser escogida para formar parte del ramo.

     Su frase me hace recordar la rosa de papel que me dio Noah. La guardo en medio del diario que me regaló Zach. Pensar en Noah me hace tambalear, es un chico maravilloso y muy diferente a Bruno. Tengo miedo a equivocarme y escoger a la persona incorrecta. Hay más posibilidades de acertar y ser feliz por el resto de mi vida (o lo que dure nuestro amor).

     La clase de Charlie comienza, la mayoría del tiempo son risas y comentarios divertidos u obscenos por parte de los alumnos, es típico, nos sentimos en confianza con él. De un momento a otro nos calla y pide nuestra atención.

Deseo a BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora