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     —Drynks Party es el sábado, chicas. No pueden faltar —dice Trisha con emoción. Sus mejillas se tornan rojas y su sonrisa se amplía.

     —No podré ir —aviso sin ánimos.

     —¡Oh no! Claro que irás —se apresura a responder.

     Trisha organiza cada año una fiesta llamada: «Drinks Party». La temática es: «Sexys y ebrios». Tienes que ir lo más sexy posible y tomar todos los tragos que tu cuerpo pueda resistir. Trisha lo hace el primer día de Diciembre. Dice que este lindo mes tiene que ser recibido de la mejor manera. A mi parecer es absurdo y grotesco.

     —No seas... —Chard saca su diccionario y tarda unos segundos buscando la palabra–. Aburrida.

     —Vamos Clea. Será un nuevo mes. Tus tres permisos se renovarán. —Trata de convencer. Salma tiene razón, un nuevo mes, tres permisos nuevos. Pero después de ver a Noah evadir mi presencia y a Bruno responderme cortante, no tengo ganas de nada.

     —Tengo planes ese día.

     —¡No seas mentirosa! —gritan los tres al mismo tiempo captando la atención de la mayoría en la cafetería, incluso la de Bruno, quien está trabajando.

     —Está bien, iré.

     Exclaman de emoción y hablan de lo que harán en la fiesta. Seremos quienes ayuden a Trisha a organizarla esta vez.

     Me concentro en asesinar a mi gelatina y ver a los pedazo más grandes temblar. No de miedo, pero imagino que están asustados.

     —¿Podemos hablar? —pregunta Bruno. Su ronca voz hace que me asuste.

     Salma, Chard y Trisha, parecen más nerviosos que yo. Me levanto y lo sigo. Me dirije fuera de la cafetería hacia un pasillo vacio.

     —Se acabó —suelta sin escrúpulos.

     —No entiendo.

     —Se acabó. Me rindo. Dejaré el camimo libre para Noah. No tiene caso seguir sintiendo esto por ti.

     Sus palabras me duelen. No sé exactamente que siente por mí, pero sus palabras me hacen pensar que le gusto.

     —Recibí una llamada de Ivan esta mañana. Dijo que puedo ir a estudiar a la misma universidad que él. No tendría que pagar una renta, hay un complejo de departamentos en el campus.

     No estaba cortante por lo que pasó en clase de Joshua, lo estaba por la noticia de Ivan.

     —¿Eso tiene relación con rendirte y olvidarte de todo esto? —preguntó indignada.

     Siento un nudo formarse en mi garganta.

     —Habrán nuevas personas, nuevas experiencias, nuevas chicas y tres horas de distancia de por medio.

     —¿Esos son tus impedimentos? ¡Por Dios, Bruno! Yo te amé incluso cuando pensé que no podía tenerte. ¿Qué pasará con tus primeros planes? Yo estaba incluido en ellos.

     —Lo siento Clea.

     —Está bien. No importa. Nunca importó.

~~~

     Kathe y Thomas se dedican a comer, en cambio yo, juego con los guisantes y los separo por grupos. Últimamente tengo la manía de jugar con mi comida. Me impresiona que Kathe no me regañe por eso.

Deseo a BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora