Ariadne se encontraba tranquilamente tocando el piano de su cuarto con su gran ventana abierta distraída del mundo e inmersa en sus pensamientos. Poco duro su tranquilidad debido a que sus dos hermanas mellizas entraron repentinamente a su cuarto ch...
El Hogwarts Express partía de la estación 9 3/4 con todos los alumnos en su interior para llevarlos a su escuela. Ariadne se despidió de Ron, Harry y Hermione para dirigirse hacia otra cabina en la que se encontraría con Draco. El rubio y ella no se habían visto des del último día del curso antes de que empezaran las vacaciones y ambos tenían muchas ganas de verse y hablar.
Antes de ir a ver a su amigo, paro a saludar en la cabina de los gemelos Weasley donde se encontraban Oliver y Lee. Abrió la puerta del compartimento con su baúl en mano y entro con una sonrisa para saludarlos debidamente. Los dos chicos se quedaron sorprendidos al ver a Ariadne tan cambiada (a demás de que, la ropa que llevaba puesta, ayudaba a marcar los cambios más). La chica se había vestido con un vestido corto de cuadros azul y verde ajustado de manga corta. También llevaba su cabello suelto y unos zapatos planos negros cómodos.
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Ariadne había captado las miradas de los chicos (y no solo los de la cabina); había llamado la atención de la mayoría que la había visto pero eso a ella no le importaba: no se vestía o actuaba así para alguien más, sino porque a ella le gustaba vestirse y verse así. La chica estaba siendo ella misma y la única opinión que le importaba no era la de los demás.
Saludo con un abrazo a los dos chicos pero le causó risa ver a Oliver observarla de arriba a abajo varias veces. "Si sigues mirándome tanto, me vas a desgastar con la mirada, capi" se burló ella al pillar al chico así haciéndole sonrojar muchísimo. "Ari, creo que no es el único que mira" sé burló Fred desde su asiento refiriéndose a Lee, que también la miraba detenidamente con una sonrisa algo pícara. La chica le dio un pequeño golpecito en la frente al chico de rastras para que quitara esa cara de pervertido que siempre ponía cuando veía a una chica que le gustaba físicamente así consiguiendo que apartara la mirada. A Ariadne le causó mucha gracia ver que Lee la intentaba coquetear de una forma u otra; ella le siguió el rollo por un corto rato pero terminó friendzoneandolo de una forma un poco humillante (ganando que sus otros amigos la aclamaran).
Se despidió de sus amigos para irse con Draco pero, en medio del pasillo (no muy lejos de la cabina de los chicos), George la paró. "Toma, por si tienes frío." Le dijo él dándole su chaqueta. Ella la cogió algo dudosa pero le agradeció el bonito detalle que había tenido con una linda sonrisa. "Es que, a quien se le ocurre ir en manga corta ahora que estamos entrando en el otoño" dijo el chico con una sonrisa divertida mientras cruzaba sus brazos. "A miiii" contestó Ariadne levantando su mano haciendo reír al chico por la infantil respuesta. "Pero como te tengo a ti, se que no me va ha pasar nada. A demás, si llegara a resfriarme, seguro que vendrías y me cuidarías, ¿a que si, George?" comentó como si fuera una niña pequeña la chica acercándose al pelirrojo. George quedó un poco sonrojado ante sus palabras pero se quedó mirándola a los ojos con una sonrisa (al igual que ella a él).
De la nada, unos estudiantes más pequeños que ellos, pasaron corriendo por al lado de donde estaban los dos pero el pasillo era demasiado estrecho y acabaron empujándolos contra la pared. Ariadne quedó acorralada entre los brazos del George (que estaban apoyados en la pared) mientras estaban completamente pegados. El chico estaba distraído mirando como los niños se iban sin disculparse y, eso hizo que no se diera cuenta de como la chica lo estaba mirando; ella había mordido levemente su labio mientras observaba detenidamente la cara de él con un pequeño brillo en sus ojos. Cuando él volvió a mirar hacia delante, se encontró con la cara de Ariadne a corta distancia una de la suya: sus narices estaban casi rozando entre ellas y la distancia entre sus cuerpos era nula. De una forma un poco brusca, el chico se separó de ella por miedo a que pudiera llegar a oír lo acelerado que se había puesto su corazón aún que un gran sonrojo en su cara lo delataba (aún que la chica tampoco que quedaba a tras en eso). Los dos empezaron a balbucear unas disculpas por lo ocurrido a la vez, haciendo que sus palabras no se entendiera para nada. Ambos empezaron a reír por lo ridícula que estaba siendo su conversación, así consiguiendo que la situación se destensara.