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La blanca Navidad había llegado con la blanca nieve que cubría todo el grandioso lugar y alrededores. Hogwarts estaba siendo decorado con temática navideña para los alumnos y profesores que pasarían las vacaciones de invierno allí. Este no era el caso de Ariadne (ni el de Hermione) así que tenían sus baúles preparados para marcharse pero antes querían despedirse de sus amigos.

Entraron juntas en el comedor para dirigirse con Ron y Harry quienes jugaban al ajedrez mágico. Ron les explicó que sus vacaciones en su casa habían sido canceladas ya que sus padres irían de viaje ha visitar a su hermano Charlie.
Hermione les recordó a los chicos que tenían que buscar información de Nicholas Flamel y Ariadne les sugirió que buscaran en la biblioteca prohibida ya que no habían encontrado nada en la biblioteca normal.
Ellas se despidieron de sus amigos y les desearon unas felices fiestas prometiendo también mandarse cartas.

[...]

"Voy ha despedirme de George y Fred, id a buscar a Draco de mientras" les dijo Ariadne a sus hermanas. Hermione ya se había ido después de despedirse de las gemelas a si que las tres se ahorraron alguna posible disputa que se pudiera crear entre el chico rubio y la chica de pelo crespado.

"Ya pensábamos que te ibas sin despedirte" comentó George haciendo un puchero. "Como iba ha hacer eso tontitos" se burló ella dándoles un abrazo a los dos. "Os prometo que os escribiré así que estad atentos a vuestras lechuzas ¿entendido? A demás, puede que os caiga un regalillo a cada uno por navidad de parte de la familia Waxman" rio ella. Ambos asintieron sonriendo y le dieron una pequeña cajita envuelta que tenía prohibido abrir hasta el día de Navidad.
"¿Ya te has despedido de Wood?" Se burló Fred con una sonrisa pícara. "Voy a ignorar esa ridícula cara tuya pero si; me ha regalado unas tiras de regaliz para el viaje" contesto ignorando las segundas intenciones que proponía el pelirrojo. Se les acercó un poco y les susurró a los dos "pero entre vosotros y yo... odio el regaliz" los chicos rieron y Ariadne se fue despidiéndose con la mano riendo mientras el tonto de su amigo Fred hacía ver que se besaba con alguien refiriéndose a la supuesta escena que ella y Olives habían podido tener según él (George le pegó en la nuca con la mano para que parara con una mueca en su cara).

[...]

"Vale, estamos apunto de llegar así que les tenemos que pedir a nuestros padres que nos dejen quedar un día de estos de vacaciones para vernos ¿entendido?" Dijo el Draco cogiendo su baúl. Las tres chicas asintieron y copiaron su acción.

El tren estaba parado ya en la estación así que se dieron un fuerte abrazo los cuatro y se marcharon con sus respectivas familias.
"Mis preciosas niñas" dijo felizmente Alexandra abrazando fuertemente a sus tres preciosas hijas. "Os he añorado tanto". El padre de las tres miro enternecido la escena y les dio un abrazo a cada una de ellas. "La familia Waxman reunida de nuevo y, ahora, todos para casa que tenemos que celebrar la blanca Navidad!" Dijo Damián feliz.

[...]

Ariadne entró a su cuarto agotada y se tiró en su cama de inmediato dejando su baúl tirado en medio del suelo. Giro su cabeza en dirección a su piano y lo observo con una sonrisa en sus labios. Se levantó y se acercó lentamente al enorme instrumento. Abrió la tapa de la cola y la tapa de las teclas mientras se sentaba en la cómoda silla. Pasó suavemente las yemas de sus dedos por las brillantes piezas blancas sin hacer sonar ninguna nota aún. Poco a poco, con volumen muy bajito, empezó ha hacer sonar una dulce y tranquila melodía que le traía paz interior pero el volumen fue aumentando atravesando todas las paredes de su casa haciéndose oír ante el resto de miembros. A la familia le encantaba escuchar como tocaba el piano así que nunca le decían nada por tocar con el volumen alto o por tocar en horas que una persona normal no debería.

La madre de la chica entró en la habitación para escuchar con más claridad la música y se puso a bailar por toda la habitación haciendo reír a su hija que tocaba de formas distintas según el tipo de baile. No pasó mucho tiempo para que su padre se uniera a su esposa para bailar juntos. La pianista les dedico una canción que les gustaba mucho a los dos adultos y ellos la disfrutaron bailándola de una forma lenta y romántica.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- {George Weasley}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora