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La tarde era lluviosa y todos se refugiaban en la sala del cáliz de fuego (para poder también curiosear y así ver quien se inscribía en el Torneo).
Ariadne se encontraba (ya cambiada con su uniforme) en la sala esperando a que Fred y George entraran por la puerta ha hacer su "espectáculo". Hermione leía en las gradas mientras ella estaba con Harry y con Ron hablando a la vez que veían a los alumnos mayores tirar su pequeño pergamino doblado a las abrasadoras llamas azules del cáliz.
Cada vez que alguien se inscribía, la gente aplaudía y les miraban asombrados; era fascinante.

Mientras Ron expresaba su más grande admiración hacia los inscritos, vio que Cedric entró a la sala acompañado por sus amigos; este parecían divertirse mientras los otros bromeaban. Ariadne saludó al chico con la mano y él le dedicó una sonrisa amable como respuesta justo antes de que sus amigos lo empujaran hacia el cáliz.
Cedric lo observó un par de segundos antes de estirar el brazo y arrojar al fuego su pergamino con su nombre; el chico se había inscrito en el torneo y todos le aplaudieron (como se notaba que era popular).
Cuando el Hufflepuff volvió con sus amigos, pasó por delante Ron, Harry y Ariadne y el pelirrojo intentó saludarle pero el mayor pareció no verle.

"Gloria eterna. Suena alucinante, ¿verdad? Dentro de tres años, cuando podamos salir elegidos." Dijo Ron con los pensamientos por las nubes. "Si, pero mejor vosotros que yo" comentó Harry riendo. "La verdad, no me importaría participar pero eso de la eterna gloria... No me llama mucho" añadió Ariadne antes de los tres rieran.

"¡Siiii!" Entraron gritando los gemelos Weasley mientras todos los presentes les aplaudían y les chocaban las manos. "Gracias, gracias. Chicos, la hemos hecho" explicó Fred emocionado a la gente de las gradas. "De esta misma mañana" añadió George mostrando un pequeño frasco junto a su hermano. "No va ha funcionarrrr" canturreo Hermione (que había cerrado su libro después de oír tanto bullicio).
Los dos pelirrojos se le acercaron y se pusieron a su altura, uno a cada lado. "¿A si? ¿Y eso por qué, Granger?" Preguntó con una sonrisa pícara Fred. "¿Veis esto?" Señaló la chica hacía una aura que rodaba el cáliz. "Es una línea de edad. Dibujada por Dumbledore en persona." Explicó orgullosa.
"¿Y?" Preguntó George despreocupado haciendo así que Hermione se desesperará un poco. "Pues que un genio como Dumbledore no se va a dejar engañar por una triquiñuela tan absurda como una Poción Envejecedora." Se quejó la chica ya cansada de los dos chicos. "Por eso es tan maravillosa." dijo Fred. "Porque es absurda." le terminó la frase su hermano antes de que ambos se levantaran y se pusieran uno en frente del otro.

"¿Listo, Fred?" "Listo, George" dijeron mientras batían sus pequeños frascos con pócima. Acto seguido, cruzaron sus brazos y dijeron "Por nosotros" antes de tomarse la poción a la vez. De un salto, cruzaron la línea de edad y , al comprobar que no corrían ningún peligro, empezaron a animar junto con todos los que hacían de público (a excepción de Hermione, claro). Ron los miraba súper alucinado mientras les aplaudía.

"¿Listo?" Se dijeron entre ellos antes de tirar su trozo de pergamino a la llama azul. Quedaron unos segundos observándola para luego chocar los cinco pero lo que nadie se esperaba era que, de las mismas llamas del cáliz, salieran unas bolas de fuego que empujaron a los dos pelirrojos fuera del círculo de edad haciéndoles volar a metros de distancia con un fuerte golpe contra el suelo al final.

Lo que fue más cómico para todos los demás, fue que, cuando ambos chicos se miraron doloridos, ambos empezaron a envejecer de una forma rapidísima. Los pelos se les volvieron más largos y blancos y unas inmensas barbas grises se les formaron. "¡Fue tu idea!" Se quejó Fred. "¡Fue tu idea!" Le reprocho George antes de que empezaran a pelear entre ellos.

Ariadne reía por la escena a más no poder; que amigos más tontos tenía. Más y más gente se acumulara para ver el espectáculo pero, antes de que la pelea se les fuera de las manos, la chica a se acercó a ellos para separarlos sin parar de reír.
Fue fácil para ella: cogió a cada uno por la oreja con sus manos y los separó mientras oía sus quejidos y los de algunos alumnos llamándola aguafiestas (en forma de broma).
Igualmente, dos segundos después todo el mundo se calló (incluidos los gemelos) para observar expectantes como Viktor Krum acababa de entrar a la sala seguido por uno de sus compañeros y su director.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- {George Weasley}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora