-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- {George Weasley}

2.8

El partido de quidditch Gryffindor vs. Slytherin estaba en curso; el equipo de las serpientes ganaba 30 - 80 pero eso no detenía a los leones por seguir luchando por la victoria.

Slytherin tenía el quaffle pero fue fácil para Oliver detener el balón y pasárselo a Angelina (que iba escoltada por los golpeadores). Las demás cazadoras iban en contra de sus contrincantes intentando abatirlos tirándolos de sus escobas.
Todo el mundo animaba desde las gradas a su equipo favorito. Era el primer partido oficial de Ariadne pero la chica no estaba para nada nerviosa; estaba segura de sus habilidades y de que iban a ganar por mucho que el marcador no estuviera a su favor en esos momentos. El haber solucionado algunos de sus problemas le había subido su ánimo a lo más alto y tenía su lado competitivo a flor de piel.

Antes del partido: sala común de Gryffindor.

Todos los jugadores estaban ya vestidos con el equipamiento por mucho que aún faltaba bastante para que empezara el partido. Oliver se veía muy eufórico y no paraba de moverse por toda la habitación arriba y abajo estresando alguno de sus compañeros.

Ariadne estaba sentada en el sillón conversando con Harry sobre temas diversos. La chica, estaba curiosa por lo que se sentía estar en el campo compitiendo y como se sentía el ser animado por toda la gente de las grada. El chico de gafas redondas le divertía la situación pero tuvo que dejar la conversación con su amiga ya que el capitán lo había llamado.
La chica de ojos miel se iba a levantar de su asiento pero unas manos en sus hombros la detuvieron. George se situó delante de ella mientras Fred le daba un masaje en sus hombros para ¿intentar relajarla?. "¿Nerviosa novata?" Preguntaron burlones los dos.
George se tiró encima de la chica con un brusco salto mientras abría una chocolatina; el chico era pesado y ella se lo hizo notar bufando y rodando los ojos. "¿Que peso?" Dijo el pelirrojo con una sonrisa encantadora para molestarla (a posta) mientras le ofrecía la chocolatina ahora mordida por él. Antes de que ella pudiera cogerla, Fred se la quitó y se sentó delante de los dos mientras sonreía a su amiga de la misma manera que su hermano había hecho ganándose una mirada de asesina por parte de ella (cosa que le causó risa).
"Vamos a ganar, tengo confianza. Tenemos a los mejores golpeadores, ¿no?" Dijo con una sonrisa Ariadne y cruzando los brazos. "Eso ni lo dudes linda" dijo con aires de superioridad George poniendo sus manos en su nuca para ponerse más cómodo mientras le guiñaba un ojo. La chica rodó los ojos pero no pudo evitar que se le escapara una tonta sonrisa de sus labios por el comentario del pelirrojo.

Poco después de estar conversando con los dos Weasley y tirandose pequeñas puyas amistosas, Oliver la llamó (como estaba haciendo con todos los miembros del equipo). Ariadne tiro al pelirrojo que tenía encima al suelo para molestarlo, le guiño un ojo sonriendo satisfecha y se dirigió con el capitán mientras notaba como George la miraba des del piso.

"Que ganas de que llegue ya el partido!" Empezó hablando Oliver muy entusiasmado mirando a la chica a los ojos y poniendo sus dos manos en los hombros de ella. La novata soltó una pequeña risilla al ver ten emocionado al chico y eso hizo que los dos se ruborizan un poco y desviarán sus miradas . El capitán empezó un pequeño discurso alentador pero Ariadne le paró a la mitad tapandole la boca con la mano desconcertándolo un poco. "Oliver, vamos a ganar" le dijo muy confiada ella también eufórica.
A los dos les brillaron los ojos y agrandaron sus sonrisas. La chica apartó su mano de la boca del capitán y el chico le dio un fuerte abrazo que pilló completamente por sorpresa a la chica. Ella se lo intentó devolver pero Oliver ya se había apartado de ella completamente rojo y nervioso. Ella no pudo evitar una sonrisa al ver como el chico balbuceaba y intentaba dar una excusa pero no le salían las palabras.
"Relájate, capi" le dijo la chica de ojos miel cogiéndole de las manos para que se calmara mientras no podía evitar reír un poco.