-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- {George Weasley}

3.3

Las fuertes lluvias habían cesado después de varios días, cosa que les fue perfecto a los alumnos, ya que empezaban sus primeras clases optativas del curso.
Ariadne había escogido dos optativas: Cuidado de Criaturas Mágicas y Runas Antiguas. Estaba dudosa si escoger también Aritmancia pero decidió que era mejor empezar por solo dos asignaturas aquel curso (pensaba que no podría dar abasto si tenía que complementar sus clases con el quidditch), aún que no era la misma forma de pensar que Hermione.
La amiga de la chica de ojos miel, había escogido hacer la mayoría de asignaturas (aún que coincidieran en horarios). Le había pedido a Ariadne que no le hiciera preguntas al respecto sobre cómo iba a ha asistir a todas ellas, solo le explicó lo justo: una profesora la estaba ayudando, por eso no podía decir nada. También, le pidió que si alguien le preguntaba, que la cubriera y no revelara nada de información.
Ariadne le hizo caso a su amiga (por mucho que tenía una curiosidad inmensa por saber como lo haría) y acordaron que, en Runas Antiguas, mantendrían las distancias por si Ron y Harry preguntaban.

[...]

Ariadne entro al aula 6B del sexto piso con su manzana del desayuno recién terminada. Tiró los restos de la fruta a la basura antes de ir a sentarse al lado de Draco y Ambrose para empezar su clase de Runas Antiguas con la profesora Batsheda Babbling.

Estaba un poco somnolienta a primera hora de la mañana pero intentó prestar la máxima atención a la introducción que se hizo sobre la Runología (ya que era un tema muy teórico y eso podría llegar a costarle en los futuros exámenes).
Más hacia el final de la clase, la profesora mandó ha traducir unos escritos (supuestamente fáciles) para entregar antes que terminara la hora de asignatura. A demás, mando deberes para la próxima clase que tuvieran; trataba sobre hacer una pequeña búsqueda y un trabajo sobre traductores famosos de runas.

Una pequeña parte competitiva salió de Draco y Ariadne y empezaron a competir por ver quien lograba terminar la tarea de clase antes. Con lo que no contaban, era que Ambrose estaba compitiendo con ellos también y lo terminaría infinitamente antes que los dos (eso picó un poco al rubio). La segunda en terminar fue Ariadne y eso irritó aún más al chico; había perdido y lo odiaba.

La dos chicas lo esperaron al lado de la puerta del aula charlando tranquilamente sobre sus mascotas y, cuando Draco salió, se le veía algo molesto. También lo demostró lanzándoles un par de puyas a sus dos amigas: a Ambrose la intentó molestar metiéndose con lo mal que le quedaban sus gafas nuevas (aún que no era cierto) y a Ariadne con las malas calificaciones que tenía en pociones (al contrario que él). Las mellizas ignoraron al completo sus comentarios (como siempre) y eso hizo que se molestara aún más; que no lograra lo que quería le frustraba y cabreaba (era como un niño pequeño y caprichoso).
Últimamente, Draco se irritaba más fácilmente de lo normal pero, a demás, se había vuelto más arrogante de lo habitual. Al principio, les sorprendió un poco a las trillizas el nuevo comportamiento de su amigo pero rápidamente se acostumbraron a él.

[...]

Se dirigían Hermione, Ron, Harry y Ariadne hacia su clase de Cuidado de las Criaturas Mágicas con sus libros y mochilas en mano. Según sus amigos le habían contado a Ariadne, en su clase de adivinación, le habían predecido a Harry algo muy malo y, el pelirrojo, lo relacionó con Sirius Black.
Según Hermione, esa asignatura era absurda "La clase de Runas Antiguas, esa sí que es una asignatura fascinante" comentó la chica de pelo crispado mientras su amiga le daba la razón.
"¿Runas antiguas? ¿Cuantas as asignaturas tienes este año?" preguntó Ron algo incrédulo mientras pensaba.
"Unas cuantas" le contestó ella mientras le cogía el brazo a su amiga Ariadne y empezaban a andar más rápido para así adelantarse.
"Un momento, eso no es posible. Runas Antiguas es a la misma hora que Adivinación" acabo deduciendo el chico pecoso observando como sus dos amigas se iban y reían mientras le ignoraban.