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Ron, Hermione y Ariadne se dirigían al salón de DCAO para recoger a su amigo Harry de su castigo después de terminar su cena pero se lo encontraron en medio el pasillo actuando de una forma muy extraña.

"¿Lo habéis oído?" Les pregunto agitado el chico de gafas redondas. "¿Oír, qué?" Dijo incrédulo Ron mirando confundido a sus dos amigas. "La voz" contesto Harry. "¿Voz? ¿Qué voz?" Pregunto esta vez Ariadne empezando a preocuparse. El chico de ojos verdes les explicó que la había escuchado en el despacho de Lockhart y ahora la estaba escuchando de nuevo.
Harry empezó a correr en dirección a la voz que escuchaba y advirtió a sus amigos que se estaba moviendo. También les dijo que creía que iba a matar y eso desconcertó aún más a los otros tres.

Los cuatro se detuvieron asustados delante de una pared el pasillo cuando vieron que tenía unas enormes letras escritas con sangre de la gata del conserje en ella. El animal estaba colgando de un hiero que sobresalía de la pared. "La cámara de los secretos ha sido abierta. Enemigos del heredero, temed" leyó en alto Hermione.
Muchos alumnos de las distintas casas aparecieron por los pasillos parándose al rededor del escrito de la pared y de los cuatro chicos totalmente desconcertados por lo que estaban viendo. El conserje Filch pasó como pudo entre los alumnos para ver lo que pasaba pero quedó horrorizado cuando vio a su gata colgada y ensangrentada.
Le hecho la culpa a Harry y lo amenazo con matarlo por lo que suponía que le había hecho a la Sra.Norris pero Dumbledore lo detuvo a tiempo. El director observó la pared escrita y mando de inmediato mandó a todos los alumnos a sus dormitorios. "Todos menos vosotros cuatro" dijo mirando fijamente a Harry, Ron, Ariadne y Hermione.

Ariadne dio una última mirada a Fred y George antes de girarse para mirar de cara a los profesores. Los dos chicos estaban en las primeras filas de la multitud que se encontraba más cerca de Ariadne y los demás. Se les veía preocupados; los dos no querían irse del lugar sin sus amigos.

Dumbledore calmo al triste conserje y le explicó que su gata no estaba muerta, estaba petrificada. "Lo imaginaba. Lastima no haber estado. Conozco el contrahechizo que podría haberla salvado" comentó el profesor Lockhart acercándose a la gata mientras Ariadne y Snape ponían los ojos en blanco a la vez.

El director estaba un poco preocupado porque no sabía cómo había poder sido petrificada. Filch volvió a culpar a Harry (que estaba al lado de sus amigos a unos metros de los profesores) pero él se defendió ya que no había sido el verdadero culpable. Snape, aún que pareciera raro, apoyo al chico de gafas: "Tal vez Potter y sus amigos estaban en mal lugar en mal momento". Los cuatro alumnos se miraron extrañados y desconfiados ante las palabras del profesor de pociones. "No obstante..." continuó el hombre de pelo negro "las circunstancias son sospechosas. Es más, no recuerdo haber visto a Potter en la cena". Comentó acercándose a ellos con paso rápido.
"Eso es culpa mía, Severus. Harry estaba ayudándome con mi correspondencia". Defendió el profesor de DCAO Lockhart. "Por eso fuimos Ron, Hermione y yo a buscarle, profesor" aclaró Ariadne. "Lo acabamos de encontrar cuando dijo..." empezó Hermione deteniéndose por un momento pensando en lo que había dicho su amigo sobre la misteriosa voz. "Cuando dije que no tenía hambre" termino mintiendo Harry haciendo sospechar un poco a Snape.

[...]

Había pasado la semana y les tocaba clase de transformaciones con McGonagall. Ariadne se había sentado al lado de su hermana Ambrose para poder cuchichear un poco durante la clase.
"¿Sigues enfadada con Draco?" Le preguntó susurrando la chica de pelo oscuro. La del pelo claro resopló y asintió con la cabeza. "Me da igual que os haya dicho a vosotras que está muy arrepentido, sigo bastante molesta. Se comporto como un capullo." Comentó tranquilamente mientras se acomodaba la coleta que se había hecho aquel día.

"Prestad atención, por favor" pidió la profesora levantándose de su silla para empezar la clase. "Hoy transformaremos animales en cálices de agua" informó poniéndose al lado de un ave que tenía en lo alto de su mesa.
Ariadne, acarició a Hermes (que estaba en lo alto de su mesa) con una sonrisa enternecida antes de seguí prestando atención a la clase.
"Uno, dos, tres. Vera Verto" conjuró McGonagall agitando su varita suavemente. En cuestión de segundos el pájaro se transformó en un cáliz de cristal y oro muy hermoso.
Ron Weasley fue el primero de la clase en intentar realizar el hechizo pero no le salió muy bien; su rata había tomado la forma de cáliz pero esta tenía bigotes, pelo y cola. Muchos rieron ante la fallida transformación y la profesora aconsejó y regaño al pelirrojo sobre cambiar su varita rota.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- {George Weasley}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora