Ninjago One-Shots (AU Y UA)

Solo

Lloyd estaba sentado en su habitación mal iluminada, con la cara enterrada en sus manos. Quería hablar con alguien, pero no quería despertar a nadie. Además, era solo culpa suya que no tuviera a nadie con quién hablar.

¿No les había dicho que no se preocuparan? ¿No había sido él quien les dio esa sonrisa tan convincente y les dijo que estaba bien? Claro que sí. Y seguro que les había mentido.

Él no estaba bien. Claro, él quería estar bien. Pero eso no es lo mismo, ¿verdad? Lo había pensado ya hace un momento. Tal vez era así la cosa. Si quería estar bien, podría ignorar que no lo estaba. Nadie iba a saberlo.

Excepto por él, y eso realmente no contaba. Mientras nadie más lo supiera. Él podría lograrlo, ¿verdad? Podía actuar como si todo estuviera bien, tal vez incluso podría actuar como si todo estuviera bien.

Jugó un poco con el pensamiento.

¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no hizo eso hace mucho? Si lo intentara realmente, probablemente podría llevar a cabo un acto creíble. Un acto perfecto

Entonces a todos les gustaría. Ya no sería solo el ninja verde. O el hijo de Garmadon. Sería Lloyd Garmadon, el niño que estaba completamente bien.

Sería amable, comprensivo, afectuoso, servicial, pero lo más importante es que nunca tendría problemas cuando se tratara de él.

Nunca causaría problemas, nunca lastimaría a nadie, nunca arruinaría nada...

Pero, ¿no lo había intentado ya?

Él lo hizo. Y había funcionado muy bien. Demasiado bien. Todos habían sido tan felices, porque finalmente parecía sentirse mejor.

Todo el mundo pensaba eso, porque él simplemente mantuvo el acto. Incluso Lloyd pensó que lo estaba haciendo bien. Pensaba que era feliz. Hasta que todo cayó sobre él en noches como esta y se dio cuenta de que había engañado a todos, incluso a sí mismo.

Se masajeó la frente, tratando de descubrir dónde terminaba todo esto y en cómo comenzó la mentira. No tenía idea. Fue bastante difícil de entender.

Quería hablar con alguien, pero ¿qué diría él? No podía decirles que no estaba bien. ¡Se suponía que él tenía que estar bien! ¿Por qué no estaba entonces?

Parpadeó, tratando de hacer desaparecer la sensación punzante en sus ojos, pero tan pronto como se dio cuenta de las lágrimas, parecía que simplemente no se detendrían.

Lágrimas corrieron por sus mejillas, mientras trataba de ahogar el sollozo que escapaba de sus labios. No podía arriesgarse a que nadie lo escuchara. No podía arriesgarse a que se enteraran.

Se abrazó con fuerza mientras caían más lágrimas, tratando de tranquilizarse. Pero parecía que cuanto más intentaba dejar de llorar, o al menos hacerlo en silencio, peor era.

Lloyd saltó. Había alguien en la puerta. No quería que lo vieran así. ¿Qué demonios debería hacer?

"Simplemente actúa". La voz en su cabeza gritó. El simplemente tendría que fingir de nuevo que estaba feliz. No hay problema.

Abrió la puerta y se preparó para salir con su mejor sonrisa.

- ¿Lloyd? ¿Estás bien? – pero claro, era Kai. Él lo había descubierto con esa falsa sonrisa. Después de todo, Lloyd había estado llorando segundos antes.

- ¿Huh? Oh sí, estoy bien - le dio a Kai lo que esperaba que fuera una sonrisa tranquilizadora pero creíble - ¿Por qué preguntas? -

- Oh, solo quería verte y ver si en verdad estabas bien - Kai le dio la misma mirada que Lloyd a menudo le recordaba a Nya cuando estaba preocupado por él, pero Lloyd no podía entender exactamente qué se suponía que significaba en este tema - Has estado actuando raro últimamente y estamos, bueno... estoy un poco preocupado por ti, todos lo estamos - Kai se detuvo por un momento, mirando casi buscando algo en Lloyd - ¿Estás seguro de que estás bien? -

- Estoy totalmente bien - intentó Lloyd, pero su voz se interrumpió. Se mordió el labio. Kai realmente parecía preocupado. ¿Tal vez debería decirle?

Kai puso una mano gentil sobre el hombro de Lloyd y una vez más, todo se derrumbó sobre Lloyd.

Antes de darse cuenta, estaba llorando en la camisa de Kai. Diciéndole todo. Kai solo escuchó, mientras frotaba la espalda de Lloyd. No dijo mucho, pero no necesitaba hacerlo. Porque en ese momento, Lloyd supo que no estaba solo.