CAPÍTULO XV

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Yo seguía mirando las vistas mientras que Osiris se acercaba a mi. Me puso la mano en el hombro y me preguntó:

—¿Qué pasa, preciosa?

—Estoy preocupada.

—¿Sobre que? Me tienes aquí para lo que sea. —Ese "lo que sea" no me sonó muy bien.

—Horus, antes de que trajeran aquí, me dijo algo que no conseguí oír del todo, y me preocupa.

—Espera, espera, ¿has dicho Horus?

—Si ¿por qué? —pregunté extrañada.

—Cuando he ido a hablar con Anubis había un chico discutiendo con él y me a parecido que decían el nombre Horus.

—¿Y has conseguido escuchar lo que decían?

—Me a parecido escuchar que él quería verte pero que si lo hacía Ra se cabrearía mucho más de lo que ya estaba. Por lo que los guardias han tenido que sacarlo a rastras. —Agaché la cabeza.

—Entiendo...—Suspiré.

—No te preocupes, no te va a pasar nada mientras que yo esté aquí.

—¿Y por qué debería fiarme de ti?

—Porque no te he hecho nada hasta ahora, y ahora mismo estamos solos. Además, porque creo que voy a ser tu nuevo instructor de combate.

—¡¿Enserio?!

—Eso creo, pero todavía no me han dicho nada. Pero por ahora deberías descansar, has tenido un día movidito. —Ni que lo digas.

Me acosté en la cama y me sumergí en un sueño profundo. Esta vez me encontraba en un acantilado. Estaba agarrada de una mano a una de las piedras y estaba a punto de caerme. Al final del acantilado había piedras puntiagudas y el mar estaba agitado, por lo que caer no era una opción. Al mirar hacia arriba me encontré con dos manos. Una era la de Horus y la otra la de Poseidón.

—¿Que mano tomarás? ¿El bien, el mal? Tienes que elegir, Isis. —Una voz estaba susurrando.

—¿Quien eres y por qué siempre apareces en mi sueños?

—Isis ¡Elige! —La voz se convirtió en la de un hombre. —Sino...

Horus y Poseidón se tiraron del acantilado por su propia voluntad. Me desperté de un sobresalto. Tenía la cara llena de lágrimas y estaba empapada de sudor. Laps seguía durmiendo a mi lado y Osiris no se donde estaba. Me levanté de la cama y me dirigí al baño. Mala idea. Osiris estaba desnudo dentro de la bañera.

—¡Perdón!

Me giré y volví a cerrar la puerta. ¿Pero qué quieren, matarme del susto entre todos? Esperé hasta que Osiris saliera y me di una ducha de agua fría. Al salir había un enorme desayuno sobre la cama y un vestido, como los de película, colgado con una nota.

Hola, soy Ra. Ponte esto antes de salir de la habitación y que Osiris venga contigo. Anubis se encargará del niño, no le hare nada. Espero que no huyas, las consecuencias pueden ser fatales.

Pd: Espero que te guste el desayuno.

¡Pero quien coño se cree que es! El rey... Suspiré.

—Osiris, ¿sabes cómo narices se pone algo como esto? —Le señalé el vestido.

—No la verdad, es muy...

—Grande, rosa, feo...

—Iba a decir muy raro, pero tus adjetivos no están mal. —Soltó una carcajada. —Primero desayuna y luego ya veremos como se pone esto. Y lo que a pasado en el baño, no te preocupes. Debí haber puesto una nota.

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