CAPÍTULO XVII

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Se nos había hecho de noche, así que volvimos a donde estaban los caballos y fuimos hacia la pirámide. Estaba muy feliz. Ese día había empezado muy mal, pero gracias a Horus había remontado. Mientras que volvíamos desde lejos se podían observar dos figuras. Al acercarnos los rostros se volvieron más nítidos. Ra y un hombre nos estaban esperando.

Resultaba ser el padre de Horus. Después de una pequeña charla volví a mi habitación y me preparé para la cena. El padre de Horus me había parecido muy majo, aunque no estuviera preparada para conocerlo. Después de prepararme salí de la habitación y me encontré con el padre de Horus.

Tuve una pequeña charla sobre lo que Atenea le había contado sobre mi. Y después de aclarar ese malentendido el padre dio mi aprobación sobre la relación que teníamos Horus y yo. Y no solo eso, la cena fue muy intensa. Después de aguantar ese infierno de cena Anubis y yo nos levantamos.

Los dos salimos del comedor y fuimos a mi habitación. Por el camino estuvimos charlando y luego se despidió. Me comentó que si Osiris quería ir a su habitación a dormir no había problema. Se lo agradecí, ya que en las siguientes semanas no tendría mucho tiempo para estar con Horus. Entré en la habitación y me desplome en la cama.

—Hola preciosa ¿qué tal la cena?

—¿Que parte? ¿La parte donde Ra a nombrado General a Horus o la parte donde Atenea ha insinuado cosas delante del Rey? Ah, y que no se me olvide la parte donde el padre de Horus me ha dicho que no tenía problema en que me acostara con Horus.

—Una cena genial entonces.

—Exacto. —Los dos nos reímos. —Siento tener que pedirte esto, pero mañana Horus y yo vamos a ir a visitar a Jord, alguien que me ayudó después del accidente del árbol.

—Si lo quieres llamar accidente...—dijo burlón.

—Bueno, dejando eso de lado...Va a venir para hablar los detalles de mañana y...

—No te preocupes. Si Anubis está de acuerdo yo no tengo ningún problema.

—Si, antes me a comentado que podías ir. —Alguien llamó a la puerta.

—Soy yo, Horus. —Osiris fue a abrirle la puerta.

—Hola, ¿que tal...General?—Hizo énfasis en la última palabra y salió de la habitación. —Disfruta y...—Murmuró algo que no pude oír y se fue con una sonrisa pícara en la boca.

—Hola, General. Entonces ¿que quería concretar?

—Pues tenía algunas dudas sobre la vestimenta que llevará, señorita. Un vestido como ese no sería muy apropiado.

—Entonces debería quitármelo. —Comencé a soltarme el pelo, deje sobre la mesa la peineta que Osiris me había regalado, y me quité el vestido. —Entonces, mi capitán, ¿que debería ponerme? —Se mordió el labio inferior.

—Si fuera por mi, nada, pero no me gustaría mostrar ese hermoso cuerpo a nadie más. Si me permite ir a su vestidor, podríamos elegir la ropa adecuada.

—Oh claro, General. Acompáñeme. —Con pasos sexys y lentos fui al vestidor. —Se que no es mucho per...—Me tiró al suelo y se quitó la corbata.

—Te quedaba genial ese vestido, pero estas mucho mejor sin el...—Una sonrisa picara se dibujo en sus labios.

—Yo te prefiero con uniforme...—Cogí la corbata y le rodee el cuello. Lo atraje hacia mi. —Pero esta vez haré una excepción. —Tirando de la corbata lo bese apasionadamente y me coloqué encima de él. Le aparté la chaqueta y con suavidad le fui desabrochando los botones.

Ancient Lost PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora